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El martes 31 se concretó el paro de 24 horas resuelto por la dirección de la FOTIA, la federación obrera de la industria azucarera. El paro se materializó en el marco de la paritaria del sector, donde se había llegado a un acuerdo de aumento del 130 %, pero no en la forma en que ese porcentaje se haría efectivo. La cámara empresarial planteó otorgarlo en cinco cuotas hasta octubre. El planteo de FOTIA era que se otorgara en su totalidad a partir de mayo. Los salarios de los obreros azucareros, en la actualidad, rozan la indigencia, pues la categoría 1 está en 113.000 pesos. Con ese aumento, si se cobrara en su totalidad en una sola cuota, la categoría 1 pasaría a cobrar 260.000 pesos mensuales. Junto a esto también estaban en discusión la inclusión de otros ítem referidos a la antigüedad, las vacaciones, etcétera.
La directiva de la FOTIA resolvió iniciar un plan de lucha con un paro de 24 horas y, de no haber respuesta, continuar con otro de 48 horas, luego otro de 72 horas y, finalmente, declarar la huelga por tiempo indefinido.
La razón de fondo de este “giro” de la dirección de la FOTIA fue la irrupción de los obreros del ingenio Concepción, que en una asamblea autoconvocada decidieron parar las actividades de apresto de la fábrica, denunciando los salarios miserables y a la conducción del sindicato de la fábrica, a cuya cabeza está “Puchero” Galván, secretario adjunto de la FOTIA y a la vez funcionario a cargo de la Secretaria de Trabajo de la provincia.
Del lado empresarial salieron a justificar el “esfuerzo” que significaba otorgar ese aumento, ocultando que el precio del azúcar pasó $3.600 por la bolsa de 50 kg en mayo del año pasado, a $18.500 en la actualidad, un aumento sideral. La patronal afirma que los rindes azucareros en esta zafra han caído de un promedio del 8,5-9 % y, en los últimos años, al 5 o 6 %, algo que nadie ha podido constatar, para justificar el pago en cuotas. Pero los ingenios, además, se han integrado a la producción de bioetanol y hasta de electricidad: el precio de cada uno de esos insumos ha aumentado por encima de la inflación y de cualquier acuerdo salarial, que explica el derrumbe de las escalas salariales de la principal e histórica producción agroindustrial en la provincia y la fuente de súperganancias de una élite de nuevos oligarcas -los Luque, los Rochia Ferro-, quienes se han transformado en los hombres más ricos de la provincia junto a algunos empresarios de la producción citrícola limonera.
El llamado al paro tuvo eco de inmediato. Al mismo se sumó también la FEIA, Federación de Empleados de la Industria Azucarera. Con solo dos ingenios en actividad -el Florida y el Providencia- y el resto culminando los aprestos para iniciar la molienda, sin embargo, el paro se cumplió masivamente. Con una excepción: en el ingenio La Florida, Rocha Ferro llegó a un acuerdo para otorgar el aumento en 3 cuotas y no en 5, motivo por el cual un burócrata histórico de la FOTIA, Luis Gonzáles, secretario general del sindicato de la fábrica, decidió no participar de la medida. Como resultado de ello, el resto de la directiva decidió expulsarlo por inconducta sindical. En el resto de los ingenios, hubo concentraciones de obreros bloqueando las entradas, paralizando toda actividad y obligando en algunos ingenios a suspender el inicio de la molienda.
En el caso del ingenio Concepción, se concretó el bloqueo y un sector obrero marchó hasta el puente Lucas Córdoba, uno de los principales accesos a San Miguel, que conecta la capital con la ciudad de la Banda del Río Salí. Allí, lugar tradicional de los cortes piqueteros, los obreros concretaron un piquete en la jornada de paro pasando por encima de la conducción sindical de “Puchero” Galván.
Desde la directiva de la FOTIA han informado que se van a reunir mañana para decidir los pasos a seguir. Ha trascendido que habrían tejido un acuerdo para no concretar el paro de 48 horas la semana que viene y posponerlo para la siguiente. El propósito sería ´despejar´ parte de la conflictividad sindical en el último tramo hacia las elecciones del 11 de junio. La versión oficial señala que esa semana se inicia la molienda en la mayoría de los ingenios y las medidas serían más efectivas. Todas estas alternativas se las pretende resolver al margen de las bases obreras.
Por asambleas y un plenario de delegados con mandatos, abierto a la participación de los trabajadores azucareros, para que allí se resuelva la continuidad del plan de lucha.
La clase obrera azucarera, como también ocurre con los trabajadores de la salud, los docentes, los obreros del limón, entre otros, está dando muestra clara del esfuerzo por sacarse de encima el lastre de las direcciones burocráticas, que actúan bloqueando cualquier acción independiente de los trabajadores, y por poner en pie direcciones combativas que orienten la lucha con los métodos históricos de la clase obrera: las asambleas, los plenarios con mandatos, los congresos de base, la huelga general.
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