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Marcelo Ramal, precandidato a presidente por Política Obrera, se refirió a los dichos del también precandidato Rodríguez Larreta en relación a la llamada “industria del juicio”.
“La furia de Larreta estalló después que un tribunal ordenara reincorporar a trabajadores despedidos en el marco de una huelga, y le aplicó una multa a la empresa por desacatar el fallo. Larreta, por lo tanto, se ha rebelado contra el derecho de huelga. Pero además prometió ´terminar´ con la ley de multas laborales en caso de ser electo. Esa ley establece sanciones económicas contra la evasión de aportes previsionales, el incumplimiento en el pago de indemnizaciones o las negativas a extender certificados de trabajo en regla: lo que reclama Larreta, en definitiva, es un régimen de completa impunidad patronal en materia de relaciones laborales. Una eliminación de este tipo de multas sólo sería el preámbulo de una transformación más completa de la legislación laboral y previsional: para que las indemnizaciones mal liquidadas dejen de ser sanción, pues hay que terminar con las indemnizaciones por despido. Para que los aportes patronales mal liquidados dejen de ser sanción, pues hay que reducirlos todavía más. El ataque de Larreta a la industria del juicio es la promesa de una reforma laboral y una reforma previsional antiobreras”, señaló Ramal.
“Por lo demás, lo que Larreta llama la “industria de juicio” es la “industria” de la demolición de los derechos laborales, bajo una justicia que responde de conjunto a los intereses del Estado capitalista. Si se tiene en cuenta que en Argentina existen al menos seis millones de relaciones laborales en infracción -los trabajadores en negro o precarios-, apenas se inician por año litigios por el 2% de todas esas situaciones irregulares. Y no estamos contando a quienes están en blanco y soportan otras infracciones, como la mala liquidación de los jornales o la evasión previsional”, agregó Ramal. “La enorme mayoría de los trabajadores sometidos a la ilegalidad laboral no hacen juicio, coaccionados por sus patronales y por la inacción cómplice de las burocracias sindicales. En relación a los juicios que se inician, éstos someten al trabajador a la amansadora de años de espera o, en su defecto, a las ´mediaciones´ ruinosas que promueve la propia justicia del trabajo, donde se termina percibiendo un porcentaje ínfimo de la demanda original”.
Ramal finalizó señalando: “Es significativo que la cuestión del régimen laboral se haya instalado como uno de los ejes de la campaña electoral. Delata la intención de todos los candidatos, del libertarianismo a los pretendidos ´nacionales y populares´, de trasladarle a los trabajadores y jubilados las costas de la bancarrota nacional, a través de una verdadera contrarrevolución en las relaciones del trabajo. Llamamos a votar a Política Obrera, en oposición a los candidatos de la precarización laboral y previsional”.