Tiempo de lectura: 3 minutos
Los políticos del momento y también los periodistas no saben a qué recurso apelar para ofrecer una visión consistente de lo que representan los resultados de las elecciones provinciales en el contexto de la crisis política nacional. El periodismo se halla enrolado con alguna de las capillas políticas que pululan en el escenario y en una mayoría de casos oficia como vocero más eficaz o en todo caso estruendoso.
Las elecciones del domingo pasado, en algunos casos municipales y en otros provinciales, tanto primarias como generales, no disciernen ninguna clarificación al impasse política nacional, ni ofrecen una tendencia, más o menos definida. El apuro de unos para ir a festejar a Tucumán, otros Mendoza y Corrientes, y el atropello de personajes en Mendoza ilustra un afán de figuración que raya en lo circense. La tapa de Página/12 que festeja una victoria “aplastante del peronismo” en Tucumán es una incongruencia. El “peronismo” simplemente no existe o es una expresión vacía de contenido. El presidente del PJ, Alberto Fernández, ha sido privado, por sus propios ‘compañeros’ del ejercicio del gobierno. Lo que importan ahora son las camarillas de Sergio Massa, la de Pepe Albistur, la de Agustín Rossi –lo que falta saber es a cuál acabará adhiriendo Juan Manzur, el candidato ‘proscripto’, que pretende representar la “victoria aplastante”. El peronismo mayoritario de Tucumán metió en la Constitución de la provincia una cláusula que habilita los acoples y que el domingo 12 compitió con el récord del tenista Djokovik, con 1.200 colectoras, o sea un fraude constitucional. En la misma Tucumán, Javier Milei se anotó un ‘defol’ político, porque logró que su candidato en la provincia, Ricardo Bussi, perdiera 15 puntos electorales.
¿Qué ha clarificado Mendoza? JxC se llevó el 42% de los votos, pero el ganador de la interna, Alfredo Cornejo, ahora candidato a gobernador, obtuvo no mucho más de la mitad de eso. En las generales deberá competir con De Marchi, un macrista que rompió con el Pro, que no obtuvo mucho menos que el radical. Quienes apuesten a De Marchi podrían recoger una suculenta ganancia. Las ambiciones de De Marchi fueron alentadas por Rodríguez Larreta, quien sin embargo viajó a la capital del vino para festejar con Cornejo. Es claro que el lobby bodeguero se encuentra dividido políticamente, en función de la competencia del lobby minero, que le sustraería los recursos del pago a quienes quieren llegar al mercado internacional y en especial a China.
El caso de San Luís es mucho más pródigo en equívocos que el de Neuquén, donde un emepenenista, con una ayuda del macrismo, derrotó al candidato del MPN. En San Luis, un ex gobernador de los Rodríguez Saa derrotó al candidato del hermano Alberto con el apoyo del hermano Adolfo. Nada, en estos resultados, adelanta cuál será la salida nacional al impasse que atraviesa el régimen político, porque nada se sabe todavía acerca de qué candidatos, coaliciones y programas confrontarán en la disputa nacional. Elisa Carrió, que ha sido sorprendida por el desconocido afán de Massa por recorrer su fundación, Hanna Arendt, acaba de fulminar a Macri con una denuncia sobre la represión, la brutalidad y hasta el acecho de una dictadura de Mauricio Macri.
El electorado no ha expresado una tendencia de voto y de política. El seguidismo a la burguesía no va acompañado de un apoyo fuera de las urnas. Pero lo que sí brota como una tendencia popular ha asumido un carácter pos electoral. En Salta y en Jujuy han surgido poderosos movimientos de lucha -en docentes, salud, agrario, minero- que han llevado a un choque directo con los gobiernos que acaban de ganar sus respectivas elecciones provinciales. El ‘establishment’ salteño entero (con macristas y kirchneristas garantizando el quórum) ha votado una ley antiprotesta, que el gobernador de Massa, Gustavo Sáenz, promulgó con un veto parcial. Con limitaciones ficticias o mentirosas a la intervención policial, Sáenz ha cooptado pichones de burócratas para levantar la huelga, en lo cual ha fracasado (el último sábado en una asamblea en Campo Quijano, se votó continuar con la huelga), incluso a pesar de la colaboración que le prestan los partidos que “se plantan”. En Jujuy, Morales pretende derogar el estado de derecho por medio de una reforma constitucional. “El Norte a seguir”, dice el ex funcionario de De la Rúa. El mundo de la prensa está demorando en advertir que aquello que ocurre en Salta y Jujuy, con innumerables réplicas en todo el país, es una tendencia efectiva, que se desarrolla a la par de las elecciones.
Argentina enfrenta un escenario contradictorio, o sea explosivo. A la agudización de la miseria social y de la tendencia hiperinflacionaria, se suma la vacuidad política del sistema. En la plataforma electoral de Política Obrera se subraya que usaremos las tribunas políticas para destacar la acción directa de las masas y alentar la huelga general y las coordinadoras de lucha de los trabajadores.