EEUU: la crisis epidémica y el derrumbe económico

Escribe Emiliano Monge

EEUU: la crisis epidémica y el derrumbe económico

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Trump ha retomado, con mayor ferocidad, la campaña contra el distanciamiento social, a pesar del crecimiento de contagios y muertes por Covid19, que está lejos del pico previsto. La oposición de numerosos gobernadores y de alcaldes, ha desatado una crisis política, que podría convertirse en constitucional.

De oto lado, la guerra comercial se ha trasladado al campo de la pandemia : compras hostiles de farmacéuticas en Europa, choques con Rusia por el precio del crudo, amenaza de ocupación a Venezuela, bloqueo y sanciones a Venezuela e Irán, provocaciones contra China. La disputa por la participación de cada país en el mercado mundial se ha convertido en más despiadada.

Trump denuncia que “China pudo haber detenido” (al virus). The Economist dice que “es muy temprano para saber si la gente va a terminar felicitando a China por haber suprimido la enfermedad o culpándola por silenciar a los médicos de Wuhan que dieron la alarma” (16/4). En este escenario, Boeing indicó que reabrirá sus puertas el lunes, también la industria metalúrgica y automotriz. Los aeropuertos y las aerolíneas pretenden hacerlo mismo. La población tendrá que autoinmunizarse o enfrentar las consecuencias de esta ‘reapertura’. No habrá ninguna medida en caso de tener más trabajadores contagiados: la empresa solamente tendrá que reemplazarlos. Si los trabajadores se niegan a volver al trabajo por entender que no existen medidas de seguridad, no tendrá ningún tipo de seguro, posibilidad de litigio o prestación de desempleo.

El jueves, un diputado republicano dijo que “dejar que mueran más americanos de coronavirus es ‘el menor de dos males’, comparado al agrietamiento de la economía debido a las medidas de distanciamiento social” (CNN, 15/4). Son declaraciones similares a las de Roberto Campos Neto, presidente del BC de Brasil: mejor para la economía mientras más rápido se contagie y muera la gente.

Fascismo

Trump promovió el viernes por tweet a grupos de ultraderecha con insignias nazis a manifestarse en las capitales contra las órdenes de aislamiento social impartidas por los gobernadores. Algo que The Guardian calificó de “desobediencia civil”.

Piden “reabrir América” (ReOpen), y comparan esta lucha con la guerra de la independencia. No faltaron las banderas de los confederados (los esclavistas en la guerra civil) y fundamentalistas evangélicos. Se trata de grupos vinculados al gobierno, particularmente a la ministra de Educación Betsy DeVos, cuya familia de millonarios los financia. O millonarios como los hermanos Koch y el diputado Mat Maddock, el Tea Party y la cadena Fox.

Los gobernadores recibieron el apoyo de la Corte Suprema. Aunque las protestas fascistas fueron minoritarias (la más grande de mil personas), se extendieron por muchas ciudades.

Las personas que sin seguro de salud, ahora pueden subir a 50 millones. Se han agregado veintidos millones de desocupados en tres semanas. Los trabajadores que ganan menos de 50 mil dólares al año probablemente pierdan el empleo 3 veces más rápido que aquellos que ganan 100 mil. El 40% de los que ganan menos corren el riesgo de perder el trabajo, sólo el 18% de este sector puede trabajar desde casa. 58% de los que trabajan en sus lugares de trabajo tienen miedo de que se contagien. 43% puede tomarse días por enfermedad. Más de 9.000 trabajadores de la salud se enfermaron, 27 murieron, 2.000 trabajadores del transporte se enfermaron y 75 murieron.

La prensa difundió más las acciones de la extrema derecha, que las enormes protestas del personal de la salud, trabajadores de comercio, Amazon, Instacart, fast food, metalúrgicos, automotrices, tránsito, alimentación, que transforman a EEUU en un reguero de luchas obreras. Las medidas que impulsa Trump generan la respuesta del proletariado.

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