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La refrendación de la reforma constitucional de Gerardo Morales tuvo toda la impronta de una conspiración política. Los convencionales fueron citados a las cinco de la mañana de este martes 20 con el propósito de asegurar una jura express, antes que las movilizaciones comenzaran a llegar a la Legislatura. En la noche anterior, Morales improvisó una maniobra para desactivar los cortes de los pueblos originarios: aseguró que no modificaría los artículos relacionados con la posesión de tierras. A pesar de ello, el día debutó con una movilización imponente frente a la Legislatura, acompañada de cortes en el interior. La legislatura fue virtualmente cercada por las columnas de manifestantes.
La respuesta de Morales fue una represión brutal, acompañada de provocaciones policiales. En efecto: las cámaras de televisión captaron la presencia de “tiradores de piedras” al interior de los destacamentos de infantería. Estos provocadores oficiales, munidos de gomeras, tuvieron un particular ensañamiento con los periodistas presentes, apredeando sus cámaras y filmadoras. Los gases y las balas de goma también fueron arrojadas impiadosamente sobre las caras de los manifestantes. Un compañero del MAR, Nelson Mamani, se encuentra hospitalizado y en estado crítico. Los pertrechos represivos contaban con camionetas sin identificación, que literalmente se dedicaron al secuestro de manifestantes. Las organizaciones de derechos humanos y abogados democráticos de la provincia contabilizan en estas horas decenas de detenidos comprobados y otros desaparecidos.
Por la tarde, la acción de Morales se extendió al allanamiento del sindicato docente y de otras organizaciones, sociales, incluyendo al domicilio de Milagro Sala.
La jornada del 20 se convirtió en una instancia de lucha nacional contra la reforma reaccionaria de Morales. En Buenos Aires, una importante movilización se dirigió desde el Obelisco hasta la Casa de Jujuy, en el mismo momento en que se desarrollaba la represión contra el pueblo jujeño. También tuvieron lugar marchas en Tucuman y Salta, en este caso, motorizada por “Política Obrera”.
En horas de la tarde, se mantenían los cortes en diversos puntos del interior provincial. Los docentes, en tanto, ratifican su huelga indefinida. Morales ha apresurado la votación de su reforma, pero esa reforma ha sido desautorizada por la rebelión popular, que no ha cedido frente a la represión feroz. La reforma puede y debe ser derrotada, desarrollando la tendencia que se ha puesto de manifiesto en estas jornadas de lucha. Huelga general, hasta tirar abajo el adefesio de Morales, ¡Libertad a los detenidos, juicio y castigo a los responsables de la represión criminal!