“En esta campaña electoral se discute una crisis de poder”

Escribe Jorge Altamira

Discurso pronunciado por Jorge Altamira, candidato a diputado nacional por CABA, en la presentación de listas de Política Obrera, 14/7/2023.

Tiempo de lectura: 13 minutos

Compañeras, compañeros:

Hoy es una jornada especial, es la jornada de lanzamiento de nuestra campaña electoral, a la cual hemos llegado a través de un enorme esfuerzo militante que debemos reivindicar.

Hemos quebrado infinitos obstáculos para poder levantar hoy esta tribuna y participar en esta campaña electoral. No solo hemos quebrado infinitos obstáculos, todavía hay obstáculos que tenemos que quebrar. Porque en este proceso electoral, nos tenemos que hacer cargo de la distribución de nuestras boletas en las 24 provincias de nuestro país. El Estado, que tiene su Correo, que tiene sus mecanismos, se abstiene de hacer este aporte. Esto demuestra que las elecciones democráticas son, en realidad, un obstáculo para la democracia. Un freno, una barrera, sistemáticamente. Y así como los trabajadores arrancan sus reivindicaciones por medio de la lucha, nosotros hemos arrancado el reconocimiento electoral, también, a través de la lucha. No hay nada que no se pueda conseguir a través de la lucha.

Ahora, veamos esto en toda su amplitud, o con mayor amplitud. Esto tiene que ver con la consistencia política de una organización. Nosotros hemos librado desde las expulsiones del Partido Obrero una lucha política como no recuerdo en otra etapa de mi militancia revolucionaria. De la nada y con nada, hemos sacado un periódico diario. Alguna vez escuché por ahí, de una mufa, que solamente vivíamos de escribir, o sea que sacábamos una prensa superior a la de nuestros rivales, donde abordamos todos los problemas nacionales e internacionales con nuestras caracterizaciones y perspectivas.

Levantar esta tribuna, presentar estas listas es el fruto de una lucha política. De una lucha política por la clarificación de los problemas. De una lucha política por la comprensión de la lucha de clases que se desarrolla en cada momento, no solo a nivel nacional sino también a nivel internacional. No existen procesos administrativos en la estructuración de un partido revolucionario. Con estos métodos, una expulsión de un aparato degenerado, a lo único que dio lugar es a un fuerte sobresalto consciente y político. Y, hoy, el aparato está con el MST, agente de la Sociedad Rural y agente de la OTAN en la guerra internacional.

Por eso, solo la ignorancia o la desatención explica que alguien nos pregunte: ¿cuál es la diferencia que ustedes tienen con la izquierda? Solo eso lo explica y muestra adónde llevan las crisis políticas cuando son afrontadas con espíritu revolucionario, con seriedad, con esfuerzo, con estudio.

Miren ustedes esto, un debate improvisado, macaneador, cualquier término que ustedes quieran elegir, opuso en las vísperas de estas expulsiones dos planteamientos. Nuestro planteamiento, que vivíamos una época de decadencia extraordinaria del capitalismo, y el otro planteamiento político, que sostenía que la iniciativa estratégica era de la burguesía mundial. ¿Cuál es el resultado? La guerra muestra que la burguesía ha perdido totalmente la iniciativa estratégica, porque una fuerza propulsora del desarrollo social puede librar guerras, pero libra guerras nacionales, guerras progresistas, guerras contra las rémoras del pasado. No guerras de conquista, de robo, depredación, ensayo de armamento nuevo, preparación de combates nucleares. Eso no significa una iniciativa estratégica, eso significa una decadencia completa, una decadencia irreversible, una decadencia que clama a gritos que la humanidad se desembarace de esta lacra y establezca un nuevo régimen social.

Estas divergencias, estos debates, han llevado a unos a un lugar y a otros, probablemente no a otro lugar, sino al lugar que siempre estuvieron: defendiendo el programa revolucionario. Son dos lugares completamente diferentes. Llevaron a que unos votaran una declaración en la Legislatura de Buenos Aires de apoyo al Sionismo; un tratado que debía ratificar y ratificó la legislatura, redactado por Netanyahu y Trump. Con un tratado firmado por Netanyahu y Trump. Entonces, ¿dónde estamos unos y otros? Las posiciones revolucionarias ponen en pie una nueva militancia, en tanto las posiciones contrarrevolucionarias hunden en el pantano a un frente que tenía perspectivas diferentes o pretendía tener perspectivas diferentes cuando se formó. La separación es neta, es clara. Porque es importante ir a una campaña electoral con una fisonomía clara frente a los trabajadores, de lo contrario es carrerismo electoral. Por ejemplo, lo que hace toda una serie de grupos que están también en esta campaña electoral, que nadie sabe lo que quieren ni lo que piensan ni lo que hacen, pero que tienen dinero para pagarle a gente o empresas para que le consiga las firmas, los avales, los certificados para conseguir una personería. ¡Nuestra campaña es de pata y pulmón!

La campaña del aparato del Partido Obrero con ¡gi-gan-to-gra-fías! que, según Elisa Carrió, el otro día por televisión refiriéndose a las de Juntos por el Cambio cuestan $1.800.000 (un millón ochocientos mil pesos) cada una. La diferencia es muy marcada, cuando uno invierte un millón ochocientos mil pesos por una gigantografía y las distribuye en las rutas, en los caminos y por todos lados, está haciendo un negocio político, no está haciendo una campaña revolucionaria. Porque la gente dice “mirá lo que este me dice y mirá como se presenta, ¿qué diferencia hay entre unos y otros?”. Es necesaria esta comprensión, porque lo que lleva al apasionamiento por la militancia revolucionaria es la convicción basada en la comprensión de lo que uno está viviendo y de la sociedad en la que uno está viviendo y, de este modo, exhorto a todos ustedes, a todos sus familiares, a todos sus amigos a que se jueguen todo por el todo, en los días que nos quedan en esta campaña electoral de nuestro partido, Política Obrera.

Si ustedes miran la campaña electoral, es muy ilustrativa -contra lo que dicen los medios y contra lo que dicen algunos comentarios-. Porque entre insultos y agravios hay un hilo conductor en esta campaña electoral. La discusión es la siguiente: Argentina tiene una crisis de poder. Esta caracterización nuestra es la caracterización de Juntos por el Cambio y de Unión por la Patria, este es el punto de partida. La pregunta es: ¿qué hacemos? ¿Abandonamos los métodos democráticos para imponer nuestro programa y vamos a la represión, vamos a un planteo fascista? ¿O tratamos de salvar los métodos democráticos para no llevar a la Argentina a un proceso político de violencia, de choques, que pueden terminar con el poder político? De un lado, están Milei y Patricia Bullrich; del otro, los que proponen la unión nacional, juntémonos, Larreta, Massa, este, el otro, con el FMI y tratemos de aplicar democráticamente lo que según Patricia Bullrich debiera ser todo o nada. Están discutiendo eso; detrás de esas discusiones está claro que ellos son conscientes de que tienen una crisis de poder. Que todo lo que vayan a hacer para salir de este pantano va a suscitar la rebelión popular. Unos dicen, bueno que ‘jodan un poco en la 9 de Julio’ y otros dicen que no. Hay un encuadre muy claro, inclusive del sector partidario de la unión nacional.

Hoy, en la marcha de apoyo a la rebelión en Jujuy, ví carteles luminosos donde Lousteau habla de “terminar para siempre” con los piquetes. “Terminar para siempre con los piquetes” es una consigna fascista, porque inclusive en la legislación británica hasta la llegada de Margaret Thatcher, los piquetes en las huelgas eran legales en Gran Bretaña. Una conquista del movimiento obrero. En Estados Unidos siguen siendo legales. La palabra piquetes es una derivación del inglés, que inventó la palabra piquete. Como ustedes ven, “terminar para siempre con los piquetes” es la consigna de un Mussolini, de un Bolsonaro, de un Hitler. Terminar para siempre con los piquetes es reducir a la impotencia política completa a la clase trabajadora.

Este es el debate político. Y ese debate político se lleva adelante con virulencia, porque la tensión social y política crece día a día. ¿Cómo van a discutir como damas y caballeros, cuando hay una rebelión en Jujuy, que empezó hace bastante tiempo, que lleva más de un mes, y que no la logran doblegar? Y hay una huelga indefinida de los docentes que no logran doblegar. Y no la logran doblegar, a pesar de que el peronismo de Jujuy está con Morales y las organizaciones sindicales no declararon una huelga en todo este proceso en Jujuy. Es decir que cuentan con la colaboración de la burocracia, cuentan con la colaboración de los partidos populistas como los llaman ellos y, pese a ello, la rebelión popular continúa. Esto se siente en Santa Fe, en la pelea interna de los partidos por las elecciones del domingo. Eso se siente en la Corte Suprema, que dice que Jorge Macri puede ir porque de lo contrario desata una crisis terminal en Juntos por el Cambio, aunque no sea ciudadano de la Capital, en tanto que interviene en Tucumán e interviene en San Juan en función de otro tipo de medidas.

Pero esto nos demuestra, por un lado, que hay una crisis de poder; que están debatiendo abiertamente cómo salir de esta crisis de poder. No está cantado cómo se sale de esta crisis de poder. La vienen arrastrando sistemáticamente. Macri suplantó al gobierno de Cristina y fracasó miserablemente. Intentó una política represiva en ocasión de la reforma previsional, pero, en marzo de 2018, se desató una fuga de capitales. Las leyes de la explotación, de la competencia, conducen a crisis capitalistas y, naturalmente, están fuera del alcance de la burguesía. Se desató entonces una crisis cuyo alcance está vigente al día de hoy. Por lo tanto, esta es una discusión fundamental, nos coloca en esta campaña electoral el problema uno, de las libertades democráticas, que hay que defender.

La candidata a vicepresidenta de Milei es partidaria abierta del Proceso militar. Bullrich el otro día se criticó por haber sido montonera. El propósito era señalar a la derecha que ella se había convertido en su representante más auténtica. Esta derecha pretende desarrollar lo que ha logrado en España; lo que la derecha ha logrado en Italia y lo que la derecha está logrando en Alemania: que en las próximas elecciones el partido neonazi se convierta en el segundo partido en influencia, o probablemente en el primero, porque podría llegar a ganarle al partido socialdemócrata alemán. Entonces estos dicen “bueno, miren, allá funciona”. Hay una discusión internacional y el tema de la guerra influye, aunque no se trata sólo de la guerra.

El otro día, en la capital de Lituania, Vilna, aprobaron un documento para escalar la guerra a los niveles que sea necesario para obtener una victoria militar a como fuera y, además, iniciar un cerco militar sobre China. Esto es incompatible con la democracia. Cuando uno desarrolla una política militar de esa amplitud y una guerra de esa amplitud, tiene que acomodar la economía para sustentar la guerra. En Alemania crece la industria del armamento y declina la famosa industria automovilística alemana. ¿Qué es una economía de guerra? Una economía de austeridad, una economía de ajuste, una economía de reducción de los salarios, una economía de disciplinamiento. Si no, que lo digan los trabajadores de Ucrania, que tienen a sus partidos políticos de izquierda y a sus sindicatos proscriptos y todas las leyes laborales suspendidas. Todo esto en nombre de la democracia. De manera que esta es una discusión relevante.

La discusión demuestra -vamos a usar una palabra que ellos usan- un problema de gobernabilidad. La palabra gobernabilidad, en el mundo capitalista, en la sociedad capitalista, ¿qué significa? Cómo mantengo dominados a los trabajadores. Porque si no puedo dominar a los trabajadores, ¿cómo voy a conseguir esa gobernabilidad? La novedad política es que los tiempos de esta discusión podrían acelerarse, porque Argentina, en este momento, debido a las contradicciones, a los límites del plan elaborado por Massa y el FMI, está en las vísperas de una nueva corrida cambiaria. El dólar ya se fue a $520. Si esto es el indicador de que la burguesía presiona para que Massa acate al FMI y devalúe la moneda, vamos a tener un salto inflacionario. Por lo tanto, vamos a tener un proceso electoral acompañado de luchas, acompañado de choques.

Esta es la visión política que hay que tener, no porque uno es un revolucionario, sino porque esto es lo que efectivamente ocurre. Es la realidad que abre en esas direcciones. En estas circunstancias, participar de una campaña electoral significa sencillamente lo siguiente: preparar un futuro. Preparar políticamente a los trabajadores, a los militantes, a los jóvenes, a que comprendan que están en un momento de transición histórica, en vísperas de un giro, algo que va a trastornar más allá de lo que ya está profundamente trastornado. Y hay que llevar este mensaje, hay que plantearlo.

Hay que aprovechar cada oportunidad para señalarlo, como, por ejemplo, los ataques a los derechos laborales de los trabajadores, los ataques a los sindicatos, los ataques a los docentes. Hay que decir que es la política general, catastrófica, del capitalismo.

El otro día, hace poco, me llamó mucho la atención algo curioso. Entre las ´ventajas competitivas´ que no sé qué informe le asignaba a Gran Bretaña, figuraban los medios de información. Pero los medios de información de Gran Bretaña, son, esencialmente, The Economist y el Financial Times. Ellos discuten todos los días la guerra, la crisis mundial, la crisis de gobernabilidad, la crisis de poder, y son los que más trabajan en orientar a la burguesía por un camino de salida. A mí me sorprendió que en un informe destacaran a esos medios de información por la influencia política que tienen sobre la clase dominante, o porque son el lugar donde la clase dominante discute las políticas frente a la inmensa crisis de poder que tiene a nivel internacional. Las variantes que se están analizando acá van a ser determinadas por las fuerzas que ponga cada uno en la lucha. No es la hora de hacer una profecía de que va ganar este o va ganar el otro. Va a depender de los acontecimientos. Pero precisamente porque va a depender de conflictos de clases y de luchas, nosotros, Política Obrera, los compañeros que comprenden este planteamiento, los compañeros que van comprendiendo y asociándose a esta lucha, tienen que tener claridad sobre esta intervención, sobre nuestra campaña.

El esfuerzo máximo en los spots y en las redes es cómo decir en un minuto y medio, en doce segundos, en veinticuatro segundos, todo este mensaje. No es un acto publicitario. Nadie hace un guiño, un movimiento, alguna cuestión que un publicista entendió que va a atraer a los televidentes o al público. Es cómo ir concentrando este mensaje político, porque en Argentina se presentan en estas elecciones cuatro bloques: el bloque derechista de Bullrich y Milei; el bloque burgués, semiliberal y represivo, en su medida, de Larreta y Massa -mezclo los partidos porque acá no importan los partidos, sino los bloques que comulgan con posiciones similares y que, según se desarrollen los acontecimientos, se van a aliar en la segunda vuelta, en la campaña electoral, en el próximo gobierno-; el bloque reformista, centroizquierdista, democratizante, del Frente de Izquierda y el partido revolucionario que es, objetivamente, no subjetivamente, objetivamente, nuestra Política Obrera, que es la expresión misma de estos procesos políticos.

Tenemos cuatro programas diferentes que corresponden a cuatro bloques de clases diferentes. En esto nos tenemos que empeñar. Este es el propósito de un acto de campaña inaugural, como en una competencia de natación, el disparo de pistola y los nadadores que se tiran y ahí empieza el torneo. Entonces llamamos a desarrollar la mayor movilización. Hay que inundar los medios. Llamar y decir ustedes no están entrevistando a Política Obrera. Hay que hablar con los compañeros, detectar los problemas que hay.

Compañeros, la lista que nosotros presentamos, lo he vivido esta semana, es una lista de gobierno. ¿Por qué se los cuento? Es lo que he vivido en varios lugares, pero si los cuento todos no nos vamos más. Voy a contarles algo de esta semana. Esta semana estuve en Campana, apoyando la campaña de nuestro partido, naturalmente, pero específicamente de Buenos Aires. Hicimos una conferencia de prensa y nuestra candidata a intendente habló. Realmente esa mujer debe ser intendente de Campana. Lo que dijo la compañera Analía Reynoso a la prensa fue extraordinario. Conocía su Campana mejor que su propio hogar. Señaló los gravísimos problemas de contaminación del glifosato, la grave crisis de salud mental, la tasa de suicidios más alta en la juventud en los distritos de la provincia de Buenos Aires. ¿Y quiénes acompañaban esa conferencia de prensa? Casi todas, creo que todas, mujeres que, como ella, desarrollan una activa acción en el ámbito de la acción social, y que conocen como nadie esa realidad de Campana. Entonces yo le dije a la compañera: estoy francamente muy conmovido por el dominio político, el dominio social, la claridad de propósitos que nuestros candidatos tienen en Campana.

Reconocer estos hechos no es simplemente una mención a nuestros propios compañeros. Es señalar que el embrión del poder político de los trabajadores está entre nosotros, ya instalado. Y los embriones se desarrollan, salvo que se los congele. Hay una izquierda que ha congelado el embrión y va a retroceder. Yo he hecho por mi cuenta y riesgo el pronóstico de que probablemente uno de los bloques del FIT-U no va a pasar las PASO. Porque, aunque el FIT-U pase las PASO, si la distancia entre el que perdió y el que ganó es muy grande, el que perdió no va a tener ningún cargo, que es lo mismo que si no hubieran pasado las PASO.

Así que, como ustedes ven, la chicana y la maniobra tienen corto vuelo. Los principios, la política y el programa tienen, en cambio, un vuelo enorme. Es una cuestión fundamental. Nosotros llevamos el tema de la guerra a la campaña electoral y a todos los terrenos, porque el tema de la guerra es el tema decisivo históricamente del destino social del capitalismo. La 1° Guerra Mundial llevó a grandes revoluciones socialistas. La 2° Guerra Mundial llevó a nuevas revoluciones, pero también a fenómenos extraordinariamente reaccionarios como el nazismo. Se está desarrollando lo que hasta el Papa reconoce, que es una guerra mundial. O lo que en esta reunión de Vilna se dijo: ‘nuestra campaña es global, queremos llevar la OTAN a Asia y al Medio Oriente’. No mencionaron América Latina, pero la OTAN se encuentra instalada en las Islas Malvinas y, por lo tanto, las Islas Malvinas y los puertos del sur de Argentina son blanco militar de la OTAN en una guerra que se generaliza todavía más.

La guerra es una cuestión vital. ¿Se la esconde, por qué? Por una razón muy simple: para no revelar la explosión de las contradicciones del capitalismo que, a través de la competencia, cada vez más internacionalizada, engendra las mismas guerras. Entonces, ¿cómo esconderle a la sociedad lo que es el capitalismo hablándole de las guerras? La disfrazan: una guerra de la democracia contra un autoritario, una guerra contra un loco y todo lo demás. Pero este loco llamado Putin fue el que trabajó para el capitalismo a la hora de restaurar el capitalismo en Rusia y hacer el mayor remate de empresas estatales de toda la historia, del que se benefició una minoría, un puñado de oligarcas capitalistas. Frente a la guerra decimos: abajo el capitalismo, abajo el imperialismo, por un gobierno de trabajadores en todos los países y por una república socialista mundial.

Compañeros: este programa lo vamos a desarrollar en la campaña electoral y en todos los terrenos de la lucha de clases. El objetivo de esta campaña es preparar a una vanguardia de luchadores que está siendo envenenada con políticas de adaptación a la crisis y no con políticas de oposición militante al capital, llevarla al terreno revolucionario. Estamos empeñados en eso, esa es nuestra política y exhorto a todos, a treinta días nada más, a luchar enérgicamente para que nuestras candidaturas reciban la mayor cantidad de votos, como expresión de una conciencia que crece en favor de un programa socialista y en favor de un gobierno de la clase obrera.

Muchísimas gracias.

Suscribite al canal de WhatsApp de Política Obrera