Es el planteo fundamental de los candidatos del ‘ajuste’ y el eje de la campaña electoral. Nota de tapa de Política Obrera edición impresa N°80.
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En los últimos años y bajo todos los gobiernos -fueran macristas o “nacionales y populares”- la precarización laboral ha avanzado dramáticamente.
En las fábricas, comercios o reparticiones, el salario básico ha sido fundamentalmente destruido. Los adicionales por productividad, presentismo y trabajo de fin de semana han desnaturalizado el contrato de trabajo. El rubro “no remunerativo” ocupa un lugar cada vez mayor.
La precariedad se extiende a los turnos rotativos o cambios de horario, al alargamiento de los períodos de prueba, a las pasantías gratuitas.
La mitad de la fuerza de trabajo se encuentra en negro. Los jóvenes pierden la posibilidad de estudiar. Crecen los planteles contratados por agencias de personal; el salario es desplazado por la factura y el monotributo.
Los cuatro jinetes del ajuste -Massa, Larreta, Bullrich y Milei- quieren convertir en ley la precarización laboral, mediante una ‘reforma’.
El objetivo es instaurar un régimen de alta rotatividad en el empleo, para quebrar la capacidad de negociación de la clase obrera y para deshacerse del personal quebrado por la superexplotación, reemplazándolo por trabajadores más jóvenes.
Este es el planteo esencial del FMI y de los candidatos patronales en estas elecciones: la destrucción del derecho laboral. Cuentan con la complicidad de la burocracia sindical, que ha consentido el trabajo en negro y las contrataciones precarias. La ‘reforma laboral’ plantea derogar la indemnización por despido, aumentar la extensión del período de prueba, eliminar las multas a las patronales, reducir la representación de los delegados.
Por eso, desde el macrista Gerardo Morales hasta el massista salteño Gustavo Sáenz, promueven la ilegalización de las protestas; el ‘liberal’ Lousteau, “terminar con los piquetes”; la montonera Bullrich, “todo o nada”; el sanmartiniano Juan Grabois, desarrollar la “economía popular”, que no está alcanzada por el derecho laboral.
La campaña electoral esconde detrás de los ‘spots’ y la demagogia barata una guerra de clase del capital contra la fuerza de trabajo.
Te llamamos a votar por nuestro partido, Política Obrera, para avanzar y extender el derecho laboral y la reducción de la jornada de trabajo, y como un instrumento de lucha para quebrar y derrotar la guerra de clase desatada por las patronales, sus partidos, el Estado y la burocracia sindical, contra los trabajadores.