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La gran fiesta por el 75 aniversario de los premios Emmy, el premio más prestigioso que concede cada año la Academia de Televisión de Estados Unidos, fue postergada para 2024 aunque sin fecha fija. La huelga de guionistas y actores tiene paralizada a la industria del entretenimiento estadounidense -Disney, Warner Bros. Discovery, Netflix, Amazon entre otros gigantes- y, con ella, a gran parte de la producción mundial de cine y televisión.
El impacto económico potencial de la huelga de escritores y actores podría causar US$ 4.000 millones o más en daños, dijo a CNN Kevin Klowden, estratega del grupo de expertos económicos Milken Institute. Y agregó: “Londres y el Reino Unido, Australia, Nueva Zelandia y otros lugares, que tienen estudios o incluso posproducción, sentirán un efecto real”.
La entrega de los Emmy estaba prevista para dentro de 6 semanas, el 23 de setiembre, pero evidentemente la Alianza de Productores de Cine y Televisión piensa que en ese lapso seguirá firme la huelga de guionistas, que empezó el 2 de mayo, y la de actores, que empezó el 13 de julio.
“Hollywood teme que los guionistas no puedan escribir la escaleta de la gala y que los actores, los principales atractivos de la misma, no se presenten” (El País 28/7). Es lo que ya ocurrió con la huelga de 1980, cuando la mayoría dejó plantado el evento. La serie Succession, por ejemplo, acumula 27 nominaciones a los Emmy 2023. Pero el protagonista, Brian Cox, ha manifestado su apoyo incondicional a la huelga y se ha mostrado en los piquetes.
El fondo de huelga ha recibido aportes generosos del los actores más famosos. El más alto -siete cifras, o sea más de un millón de dólares- provino de Dwayne Johnson.
Miles de actores y guionistas no han retrocedido ante la feroz ola de calor, y los piquetes siguen a la orden del día frente a las oficinas de las grandes empresas. En la sede de Disney, por ejemplo, se junta el elenco de la exitosísima serie This Is Us. Mandy Moore, la protagonista de la serie contó que recibió cheques de 81 centavos por las visualizaciones de la serie en streaming.
Las bocinas de los automovilistas prueban el apoyo de la población a los trabajadores.
Ambos sindicatos exigen regular el uso de la inteligencia artificial, remuneraciones más altas en las compensaciones que reciben cada vez que un servicio de "streaming" vende los derechos de una producción a un nuevo mercado, y aumentos del salario mínimo, entre otras demandas.
Los huelguistas se han ganado la simpatía de la población contraponiendo las millonarias ganancias de las empresas y los vergonzosos salarios que pagan. Como tuiteaba con éxito la actriz Caroline Renard, “como miembro de SAG-AFTRA, tienes que ganar 26.000 dólares al año para poder tener derecho a un seguro de salud. El 87% de los miembros del sindicato no llegan a esa cantidad anual”. Por el contrario, sólo diez personas -los directores de las principales empresas de entretenimiento- ganaron más de 2.000 millones de dólares en los últimos cinco años.
La huelga de Hollywood es la punta del iceberg de una situación convulsiva de la clase obrera norteamericana, que comenzó con la afiliación masiva de trabajadores y trabajadoras muy jóvenes a la actividad sindical.
Claro que deben doblegar una burocracia sindical sin escrúpulos. Esta semana, UPS, el gigante de la mensajería, anunció un principio de acuerdo respecto de un nuevo convenio con el sindicato Teamsters, que representa a más de 300.000 trabajadores. Hasta Joe Biden salió a aplaudirlos porque evitan una huelga con la que los empleados habían amenazado a partir de agosto. El pacto tiene validez para cinco años y es vergonzoso. Plantea la estabilidad laboral para 7.500 trabajadores cuando son casi 200.000 los precarizados. El acuerdo, sin embargo, aún debe ser ratificado por los afiliados.
En la misma línea, un acuerdo entre los representantes de los trabajadores de teatro, los productores y las operadoras evitó una huelga en Broadway. Los 1.500 miembros de la Alianza Internacional de Empleados Teatrales de Escena (Iatse) debían votar el jueves 20 de julio si iniciaban una huelga de tramoyistas y trabajadores de escena en el sector teatral. Antes de la votación, el sindicato llegó a un acuerdo con la Broadway League y Disney Theatrical.
La huelga hubiera paralizado la actividad teatral no solo en Nueva York sino en el resto de Estados Unidos y Canadá porque impedía las giras teatrales de 17 espectáculos, según informó CNN en Español. Sin embargo, “antes de que pueda entrar en vigor el acuerdo debe ser ratificado por los afiliados de base que, en los últimos años, han votado en contra de las ratificaciones de acuerdos” (CBS News).
Se comienza a expresar el hartazgo de los trabajadores ante la explotación del capital y sus miserables condiciones de vida.
Hollywood: los actores se suman a la huelga de guionistas Por Olga Cristóbal, 14/07/2023.