Escribe Jorge Altamira
Lo que hay detrás del ‘memo’ K con el FMI.
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El memorándum que firmó Massa con “el equipo técnico” del FMI no abrió la canilla para que el Fondo aporte las divisas para pagar los vencimientos de deuda de Argentina el martes próximo a más tardar. Como se insinuó desde el comienzo, la plata vendría de un organismo internacional, lo que excluye a China. Ahí parece haberse anotado la Corporación de Fomento, como lo señalamos con anticipación el viernes último. Pero todavía no se vio ese dinero; sería curioso, de todos modos, que la CAF contribuya al pago de los intereses de la deuda pública externa en manos de acreedores privados. Tampoco se vio la llamada “confianza” de los inversores, al menos por ahora, porque los mercados paralelos del dólar no han dejado de subir.
Lo más curioso del mencionado “memo” es que compromete a Argentina a reunir un saldo positivo de reservas de mil millones de dólares para noviembre. El monto, una baratija, resulta inalcanzable si se tiene en cuenta que significaría juntar más de 8 mil millones de dólares, porque las reservas son en la actualidad negativas por más de 7 mil millones. Para cumplir con la “meta” asignada no alcanzaría ni una devaluación masiva, porque en el año corriente el salto del balance comercial es negativo y aún menor el de cuenta corriente, que incluye giro de dividendos y pagos de intereses.
El “memo” en cuestión inculpa a Argentina por no cumplir con las metas pactadas en materia de déficit fiscal, por ejemplo, o suma de reservas internacionales y financiamiento del Tesoro por parte del Banco Central. El planteo raya en la idiotez cuando se tiene en cuenta que los compromisos asumidos son inalcanzables. El fracaso económico del gobierno no es otro que el del mismo FMI – lo mismo ocurrirá con lo que se acaba de firmar o se termine firmando con el directorio del Fondo hacia fines de agosto. En caso de que la historia se repita, Sergio Massa renunciará al ministerio de Economía, porque ya no puede renunciar a la candidatura.
La novedad, sin embargo, es que según Mira Resnick, vicesecretaria adjunta de Seguridad Regional de Estados Unidos, la venta de 24 F-16 a Argentina es virtualmente un hecho (Clarín, 30/7). Llamativamente, podrían llegar al país antes que a Ucrania, que los reclama a gritos para apoyar la “contraofensiva” que ha planificado con la OTAN contra los territorios ocupados por Rusia. “Una decisión inminente” – insiste la funcionaria. Las ofertas de bombarderos modernos de China y de India quedarían en el archivo. Que el asunto tiene alcance estratégico se ve en las siguientes afirmaciones: “Hemos trabajado para asegurarnos que no haya nada que se interponga en el camino (!!!!!) de esta venta en el futuro”; “lo que estamos diciendo es que hay ciertas categorías de cooperación en materia de seguridad que Estados Unidos no puede digerir (!!!!) de nuestros socios en materia de seguridad. Simplemente, no nos permitiría avanzar… en otras formas de cooperación”. Un ultimátum: o integración político-militar, o el FMI manda a Argentina a pescar en el Pacífico.
Este es el cuadro político financiero de las PASO y las elecciones generales. Son unas elecciones reaccionarias por quienes están al frente de la disputa por los votos, por el contenido anti-obrero de sus planteos (destrucción del derecho laboral y previsional), por el apoyo que reciben de la burocracia de los sindicatos y de las organizaciones sociales, y por la contemporización política del izquierdismo trucho, desde Grabois y compañía a sus vacilantes compañeros de ruta que actúan en el FIT-U ("Un paso adelante" con Grabois, dijo Belliboni, "vale más que una docena de programas").
El significado de la opción F-16 o default es, asimismo, estratégico. Con la OTAN o el boicot político y económico.