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Está concluyendo el juicio para definir la extradición de Facundo Jones Huala. La sentencia se conocerá justamente al cumplirse seis años de la desaparición de Santiago Maldonado, quien se manifestaba por la libertad de Jones Huala y contra la represión en Cushamen.
Esta instancia judicial se lleva a cabo en el Escuadrón 36 de Gendarmería Nacional, en la ciudad de Esquel.
El gobierno chileno reclama la extradición para que Huala complete su condena hasta junio de 2024. Esa condena, resultado de una causa iniciada en 2018, refiere a incendios ocurridos en 2013 y estuvo plagada de contradicciones y arbitrariedades: a todos los demás procesados, con excepción de Jones Huala, los sobreseyeron. A dirigente mapuche, sin pruebas concluyentes en los hechos que se le imputaron, en cambio, lo condenaron a nueve años de prisión.
Hubo un primer juicio de extradición en septiembre de 2017 que fue declarado nulo por el magistrado federal de Esquel, Guido Otranto, ante la evidencia -irrefutable- de que la policía provincial había obtenido datos sobre su paradero mediante la tortura al testigo Gonzalo Cabrera. Jones Huala recuperó entonces la libertad.
El 27 de junio de 2017, cuatro horas después de una reunión entre los presidentes Mauricio Macri y Michelle Bachelet, Jones Huala volvió a ser detenido por la Gendarmería, cuando viajaba en auto sobre la ruta 40. Permaneció detenido trece meses en Esquel hasta que, en febrero de 2018, en otro juicio llevado a cabo esta vez en Bariloche, el juez Villanueva concedió la extradición a Chile para que cumpliera la condena a nueve años de prisión. Estando con libertad condicional en Chile, regresó a Argentina en febrero de 2022, donde se refugió hasta que fue detenido en El Bolsón el 30 de enero de este año.
En este juicio por su segunda extradición no se aceptaron las pruebas de la defensa, quienes pidieron la nulidad del juicio. El planteo fue rechazado. Así se llegará a la sentencia, previsible, de extradición.
“La extradición no me va a callar, este es un conflicto político”, expresó Jones Huala en su declaración. Reprochó a la dirigencia política del país y, según aclaró, “no sólo a los sectores de la derecha” sino también a sectores como el kirchnerismo. “Le digo de frente y sin faltarle el respeto, ustedes tienen las manos manchadas con la sangre de Rafael Nahuel y Santiago Maldonado”. Jones Huala también desafió al tribunal por incumplimiento judicial que el magnate Joe Lewis lleva adelante al impedir el acceso libre al lago Escondido.
La detención y extradición de Jones Huala refrenda una orientación de conjunto, que siguen los Estados de ambos lados de la cordillera: defender los intereses capitalistas que necesitan eliminar a las comunidades originarias de los territorios, para lanzarse sin obstáculos a la depredación de los recursos naturales y la explotación inmobiliaria.
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