El precandidato a presidente de Política Obrera pasó esta semana por Mar del Plata. Sus definiciones de cara a las PASO. Publicado en quedigital.com.ar, 5/8.
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Como parte de la campaña de cara a las elecciones primarias del 13 de agosto, el precandidato presidencial por Política Obrera, Marcelo Ramal, pasó por Mar del Plata y dejó definiciones sobre el presente de la izquierda, las propuestas de su espacio y el panorama que se abrirá en caso del triunfo de las coaliciones mayoritarias: “Las elecciones serán el preámbulo de una crisis, no una salida a ella“.
En 2019, tras la crisis del Partido Obrero (hoy, integrante del Frente de Izquierda), entre los militantes que rompieron con la conducción del partido surgió Política Obrera, que encuentra entre sus principales referentes a Jorge Altamira -actual precandidato a diputado nacional- y a Ramal, quien encabeza la lista en las primeras elecciones ejecutivas nacionales del espacio tras su participación en 2021.
En el marco de la campaña de cara a las PASO, Ramal pasó por Mar del Plata y, además de notas periodísticas y una charla en la Facultad de Derecho junto a la precandidata a intendenta, Fernanda Díaz, dio una entrevista a Qué digital sobre los ejes de la campaña de Política Obrera.
Por un lado, para Ramal, el diagnóstico de una izquierda electoralista tan dividida es característica de una “confusión política” de sus referentes y encuentra un paralelismo con la reciente escisión del PO. “Nosotros en la crisis del Partido Obrero colocamos con fuerza la necesidad de una comprensión y una política frente a una crisis nacional e internacional de alcances históricos. La gravedad de la situación fue minimizada en aquel momento por la dirección del PO, que pretendía continuar con una rutina de preparación electoral”, inició el dirigente.
Así, años después -y ante lo que considera una ratificación de ese contexto de crisis- afirma que el conjunto de la izquierda carece de una caracterización de la crisis y las prioridades. “Una muestra de esto es cómo el Frente de Izquierda y sus partidos han dedicado las PASO a una suerte de riña entre las listas de la interna, plagadas de insultos y ataques personales que no gira en torno a un programa político“, apuntó.
En ese marco y sobre todo para canalizar el malestar que actualmente se escurre hacia otros discursos radicalizados de derecha, sostuvo que a la izquierda “le falta presentarse como una alternativa de poder político”. Según Ramal, aunque no logre ser una fuerza mayoritaria, debe acompañar un “proceso social objetivo”: “En este país, la intención de volver a trasladarle a los trabajadores la factura de la crisis va a despertar sin dudas una rebelión popular, más temprano que tarde. Está madurando una situación de choque entre los trabajadores y el Estado y sus partidos del régimen político capitalista. Si la izquierda, en esa circunstancia, no postula una salida de poder político, no va a estar en condiciones de orientar esa crisis y rebelión”, teorizó.
“Hay una gran confusión política. Hoy el Frente de Izquierda está en pronóstico reservado. El actual escenario de la llamada unidad es tóxico para un trabajador que se acerque a la izquierda y busque qué lugar ofrecen estos partidos, y si este Frente es un canal para que los trabajadores se expresen. Creemos que en este momento no lo es. Fuimos parte del Frente como legisladores, pero hoy el FIT no es un canal que despierte un interés de los trabajadores y luchadores, es más bien un ámbito contaminado en torno a una puja, que se ha convertido en una batalla por cargos“.
Es en ese marco que Política Obrera, según Ramal, “pretende recoger el hilo conductor de una izquierda que no abandone su horizonte socialista y que plantee una lucha del poder político frente a la crisis que se está desenvolviendo”, diferenció.
El docente universitario y precandidato presidencial, entonces, subrayó que los ejes de campaña del espacio político pasan por revertir las “agresiones a las condiciones sociales y laborales de la clase obrera y el colapso del medio ambiente como resultado de una sociedad que ha abordado el medio ambiente en función del lucro privado, con un manejo no humano y capitalista que llevó a esta catástrofe social y crisis climática“.
“La propuesta que resume integralmente nuestro planteo es la reorganización socialista de la sociedad en función de que la clase trabajadora tome el poder político. Comprendemos que esta crisis plantea un problema de poder político y abre el juego sobre qué clase social debe gobernar. Entonces el gran problema que está planteado es que la clase trabajadora asuma las riendas de poder. A partir de ahí -en un gobierno de trabajadores- reordenaríamos las prioridades nacionales partiendo de la condición salarial y laboral, asegurando un salario que cubra la canasta familiar, poner fin al trabajo precarizado, asegurar que la jubilación sea una porción importante del actual salario. También repudiar una deuda usuraria que opera simplemente como una suerte de derecho vitalicio sobre los trabajadores del país a favor del capital financiero internacional”, resumió.
Al respecto, la precandidata a intendenta, Fernanda Díaz, completó: “De ganar las elecciones, Política Obrera tiene que llamar a una asamblea soberana y constituyente que asuma el poder político en lugar de un Estado que hoy lo tiene y lo usa sirviendo al capital. De allí se desprenderán una serie de medidas que tienen que ver con llevar adelante las reivindicaciones más necesarias e inmediatas de los trabajadores. Acá los partidos tradicionales se llenan la boca. Está de moda hablar de crisis educativa, pero resulta que son ellos los que gobiernan ahora, los que gobernaron previamente y los que nos han llevado a esta situación. Y esto se traslada a todos los planos. A la educación, a la salud, a la pobreza en la que vivimos. Ellos son los responsables. Entonces nosotros tenemos esta agenda de dar vuelta esta situación a la que nos llevaron quienes ya gobernaron”.
Más allá de las internas dentro de la izquierda, Marcelo Ramal consideró que al observar qué se plantea desde los partidos tradicionales o capitalistas se prevé una agenda contraria: “El agravante es que todos los candidatos capitalistas que hoy rescatan este orden político y social dictado por el FMI, no tienen otra propuesta en carpeta que agravar esta crisis social con reforma laboral, previsional, y además una agenda represiva. Este es el escenario”, marcó.
En ese sentido, de cara a cómo serán los próximos cuatro años si se impone alguna de las coaliciones más representativas del sistema, como Unión por la Patria o Juntos por el Cambio, pronosticó: “Van a ser años muy convulsivos, envueltos en una situación internacional convulsiva. En el plano interno, con reforma laboral, reforma previsional, liberación de tarifas, un escenario que un poco se adelantó. Y todo esto va a dar lugar indudablemente a una reacción de la clase obrera, y lo importante será la orientación política que adopte esa reacción. Claramente no vamos a un periodo político de rutinario equilibrio capitalista donde quien gobierna va a esperar la próxima alternancia. Las elecciones no le van a dar una salida a esta crisis y lo demuestra el debate en el conjunto de los bloques del sistema”, analizó.
Así, planteó que cualquiera de las dos variantes, que caracterizó en función de “la liberalización o seguir como hasta ahora”, no toman en cuenta que el financiamiento del régimen actual “se ha agotado por completo”: “El esquema gradualista está agotado y el otro, el de la liberalización, podría muy bien terminar en una especie de fuga de capitales final. Entonces las elecciones serán el preámbulo de una crisis, no una salida a ella. Y esto tiene que ser dicho en la campaña para preparar a los trabajadores para los episodios que se vienen”, cerró.