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El obrero norteamericano y la teoría de la revolución permanente PARTE 2

Escribe Daniel Gaido

Karl Kautsky sobre el libro de Werner Sombart "¿Por qué no hay socialismo en los Estados Unidos?” - 2° parte.

Tiempo de lectura: 42 minutos

LEER "EL OBRERO NORTEAMERICANO Y LA TEORÍA DE LA REVOLUCIÓN PERMANENTE" PARTE 1

El imperialismo y la aristocracia obrera

El principal defecto de El obrero norteamericano, aparte de su casi ausencia de análisis de la cuestión negra, que constituían más del diez por ciento de la población norteamericana en 1910 (casi 10 millones en un total de 92 millones de habitantes), (101) es la escasa atención que Kautsky prestó a la cuestión del imperialismo y de su impacto sobre el movimiento obrero, especialmente su rol en el desarrollo de una aristocracia y una burocracia obreras en los países imperialistas. Eso se debió a que, aunque el término imperialismo comenzó a ser utilizado en círculos socialistas en 1900 para designar el último estadío de desarrollo capitalista, (102) los teóricos marxistas europeos comenzaron a analizar detenidamente el tema sólo a partir del congreso de Stuttgart de la Segunda Internacional, que tuvo lugar en 1907, es decir un año después de la publicación del artículo de Kautsky. (103) Como parte de esta controversia, Parvus publicó su libro La política colonial y el colapso del capitalismo (104) y Kautsky su estudio sobre el socialismo y el colonialismo. (105) Tres años más tarde, el economista austro-marxista Rudolf Hilferding publicó su magnum opus, El capital financiero. (106) Junto con el estudio del economista británico John A. Hobson Imperialism: A Study, publicado en 1902, el libro de Hilferding proveyó la base teórica para el famoso libro de Lenin El imperialismo, la etapa superior del capitalismo, cuyo objetivo inmediato era descubrir las causas económicas y de clase para el estallido de la Primera Guerra Mundial y el colapso de la Segunda Guerra Mundial. (107)

El análisis del rol de la aristocracia proletaria y la burocracia sindical como base social del reformismo dentro del movimiento obrero fue iniciado por dos teóricos ultraizquierdistas: el americano Daniel De Leon en su panfleto de 1903 Two Pages from Roman History, (108) y el “tribunista” holandés Anton Pannekoek en su libro The Tactical Differences in the Labor Movement (1909). (109) Pero las conclusiones que extrajeron de este análisis fueron nonsequiturs: sectarismo organizacional y creación de sindicatos paralelos revolucionarios (“dual unionism”) en el caso de De Leon; oposición a la participación de los comunistas en las elecciones parlamentarias y en los sindicatos, oposición del “comunismo de los consejos obreros” al partido, y una versión temprana del tercermundismo en el caso de Pannekoek. (110)

Kautsky analizó un aspecto de estos fenómenos (el ascenso de una burocracia sindical contrarrevolucionaria) en la última serie de artículos que escribió sobre los Estados Unidos:una polémica con el ala derecha del SPD sobre las estadísticas acerca del estándar de vida de los obreros norteamericanos y sobre el burócrata sindical Samuel Gompers, líder de la American Federation of Labor, en ocasión de su visita a Alemania hacia fines de 1910.A fin de entender el carácter áspero de la polémica y sus implicaciones, es necesario ver cómo la declinación política de la izquierda europea que se produjo después del fracaso de la revolución rusa de 1905 afectó la vida interna del SPD.

Bajo la influencia de la revolución de 1905, el congreso de Jena del SPD, reunido en septiembre de ese año, había adoptado una resolución planteando el uso de la huelga general política en la lucha por los derechos electorales y democráticos, aunque a pedido de Bebel la huelga general política fue descripta como una táctica defensiva contra el ataque previsto de la burguesía ante el avance del partido obrero. Sin embargo, el 16 de febrero de 1906 tuvo lugar una conferencia secreta entre el comité central del SPD [Parteivorstand] y la comisión general de los sindicatos “libres” (es decir, socialdemócratas), liderados por su secretario Carl Legien, en la cual el comité central del SPD se comprometió a “tratar de prevenir una huelga general en la medida de lo posible”. Si de todas maneras la huelga estallaba, el partido asumiría sólo la responsabilidad de su liderazgo: los sindicatos no participarían en ella oficialmente, y sólo se comprometieron a “no acuchillarla por la espalda”. Los costos financieros de la huelga general debían ser cubiertos por el partido; algo obviamente imposible. El acuerdo significaba una anulación en la práctica de la resolución del congreso de Jena, y fue ratificado poco después por la resolución del congreso de Mannheim, que tuvo lugar en septiembre de 1906. Esta resolución, nuevamente a sugerencia de Bebel, reconocía explícitamente que el comité central del partido no podía iniciar ninguna acción de masas sin la aprobación de los sindicatos, dándoles de facto el control de la política del SPD.El Lepiziger Volkszeitung, editado por Rosa Luxemburg y Franz Mehring, sacó de estos acontecimientos la amarga conclusión de que diez años de lucha contra el revisionismo habían sido en vano, “porque el revisionismo que matamos en el partido resurge con mayor fuerza en los sindicatos”. (111)

Los líderes sindicales fueron capaces de imponer su línea al SPD debido a dos causas principales: la gran cantidad de miembros de los sindicatos y sus todavía mayores recursos financieros en comparación con el partido. Los sindicatos “libres” socialdemócratas crecieron de 215.000 miembros en 1892, a más de un millón en 1904 y a dos millones y medio de miembros en 1913, dejando muy atrás tanto a los sindicatos liberales Hirsch-Duncker como a los sindicatos cristianos, los cuales tenían, respectivamente, 106.000 y 218.000 miembros en 1913. En 1906, cuando el SPD llevó a cabo su primer censo, se descubrió que el número de miembros registrados era 348.327 mientras que el de los sindicatos libres llegaba a 1.689.709. En 1913 la proporción era aun dos y medio a uno en favor de los sindicatos. Además, el ingreso del partido para el año fiscal 1906-07 fue 1.191.819 marcos, mientras que el de los sindicatos libres era 51.396.784 marcos, es decir cincuenta veces mayor.

La evolución del movimiento socialista norteamericano antes de la Primera Guerra Mundial fue muy similar a la del SPD y a la de la gran mayoría de los partidos que pertenecían a la Segunda Internacional. Creada como una federación de partidos obreros europeos (en los Estados Unidos, europeo-americanos) en 1889, las secciones nacionales de la Segunda Internacional pronto comenzaron a girar a la derecha como resultado del largo período de crecimiento económico gradual que duró desde la segunda mitad de los 1890 hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914. Otra causa importante fue la transición de la mayoría de los países en los que la Segunda Internacional estaba basada al imperialismo. Aunque los burócratas sindicales nunca fueron parte del Socialist Party of America, debido al peso mucho menor del socialismo en los Estados Unidos, el crecimiento del cáncer reformista en el partido siguió un curso similar. Aun la cronología de la declinación del socialismo alemán y norteamericano es muy similar: la reacción contra el ala izquierda comenzó en los Estados Unidos después de los malos resultados de las elecciones presidenciales de 1908, muy similares a las así llamadas “elecciones de los Hotentotes” en Alemania en 1907, que también resultaron en un revés para el SPD y en un fortalecimiento del ala derecha del partido. (112)

La polémica de Kautsky con la burocracia sindical (Gompers)

Durante la polémica contra la burocracia sindical, hasta fines del año 1909, Kautsky siguió siendo el líder más reconocido del ala izquierda del SPD, cuyos puntos fuertes dentro del aparato partidario eran la organización de mujeres, el movimiento de la juventud y la escuela del partido. La segunda edición del libro de Kautsky La revolución social, publicada en 1907 y revisada para incluir las lecciones de la revolución rusa de 1905, fue celebrado como un triunfo para el bolchevismo por Lenin. (113) En 1905 Kautsky escribió una introducción llena de entusiasmo al libro de Henriette Roland-Holst (una colaboradora cercana de Rosa Luxemburg) sobre la huelga general, que alarmó al cauteloso Bebel. (114) Finalmente, en mayo de 1909 Kautsky publicó su libro El camino al poder, que Lenin llamó “el último y el mejor de los trabajos de Kautsky contra los oportunistas”. (115) En este libro Kautsky defendió las ideas marxistas tradicionales de que el ministerialismo y la votación a favor de los presupuestos estatales burgueses en el parlamento significaban un suicidio moral y político, y analizó con mayor detenimiento las implicaciones revolucionarias del imperialismo. El comité central del SPD se opuso a la publicación del libro y pidió eliminar o corregir una serie de pasajes, temiendo que resultara en un juicio de alta traición contra el partido (Karl Liebknecht estaba entonces cumpliendo una sentencia de prisión por su libro Militarismo y antimilitarismo). Kautsky finalmente accedió a presentar las tesis del libro como una opinión personal y no como una exposición oficial de la política del partido, o que causó una gran indignación a su amiga Clara Zetkin, una futura líder del Spartakusbund. (116)

En El camino del poder Kautsky, usando estadísticas del United States Bureau of Labor, había mostrado que el poder de compra de los salarios en Norteamérica se había estancado durante más de una década, a pesar de todas las luchas sindicales de los obreros norteamericanos. Kautsky sostuvo que el alza en los salarios nominales había sido más que contrarrestada por el alza en los precios –debido entre otras cosas a la aparición de trusts (monopolios) y de asociaciones de empleadores– y por el incremento en la intensidad del trabajo, como lo demostraba especialmente el crecimiento del trabajo a destajo. Los sindicatos se verían por lo tanto forzados a entrar en la arena política y a colaborar estrechamente con el Partido Socialista si querían ser capaces de hacer frente a la presión de los empleadores y defender el estándar de vida de sus miembros. Este análisis condujo a una polémica furiosa con los órganos sindicales como el Grundstein y especialmente el Korrespondenzblatt der Generalkomission der Gewerkschaften Deutschlands, que lo acusó de ser “un oponente de la organización sindical” y de “menospreciar y subestimar” el trabajo sindical. (117)

La Comisión General de los Sindicatos Libres de Alemania (Generalkommission der Freien Gewerkschaften Deutschlands), es decir la federación de sindicatos socialdemócratas, había sido creada en noviembre 1890 por una Conferencia de Ejecutivos Sindicales reunida en Berlín. El presidente de la Comisión desde 1890 hasta su muerte en 1920 fue Carl Legien (1861- 1920),un miembro del ala derecha de la socialdemocracia alemana y un defensor acérrimo de la independencia de los sindicatos con respecto al partido socialista. Legien también ejercía una influencia decisiva sobre la política de la Comisión como editor de su periódico, el Korrespondenzblatt. Además, ocupaba una serie de cargos importantes. En 1893 fue elegido al Reichstag, en 1902 fue nombrado secretario del Bureau Internacional de Sindicatos Socialistas, y en 1913 se transformó en presidente de la Federación Internacional de Sindicatos creada en Zürich. (118) Durante la Primera Guerra Mundial Legien se transformó en un chauvinista declarado y después de la revolución alemana de 1918 en un promotor de la cooperación entre los empleadores y los sindicatos. (119)

Kautsky respondió a las críticas de la Comisión General arguyendo que las luchas sindicales podían elevar los salarios en un momento dado, pero no determinar su evolución a largo plazo, que dependía de causas económicas más profundas. Dada una tendencia al alza de salarios, los sindicatos podían aumentarlos más rápidamente; dada una tendencia a la baja, podían retardar su disminución. Pero no podían controlar esas tendencias, como los reformistas sostenían. Los sindicatos eran capaces de “mantener los salarios a un nivel relativamente más alto que el que alcanzarían en otras circunstancias, pero no pueden garantizar su alza absoluta ininterrumpida”. (120) Si los sindicatos querían ser capaces de hacer frente al poder concentrado de los capitalistas y de su Estado, estaban forzados a politizarse y a emplear su arma más poderosa: la huelga general política.

“Los sindicatos ingleses entendieron perfectamente bien que no podían seguir avanzando con métodos puramente sindicales, y se constituyeron en un partido político, que ya les ha dado una influencia considerable. La fuerza del proletariado austríaco también descansa en la colaboración estrecha entre el partido y los sindicatos. Nunca se les ocurrió separar rigurosamente ambos campos. Cada lucha política de la socialdemocracia es a la vez una lucha por los sindicatos, y cada lucha sindical también concierne al partido. En Alemania, las esferas de influencia de ambas organizaciones están aún fuertemente separadas, debido a causas históricas que no favorecieron la lucha de clases proletaria. Pero las grandes batallas que nos esperan unirán estrechamente al partido con los sindicatos en una poderosa falange, en la que cada parte no trabará a la otra, sino por el contrario, cada una alentará y fortalecerá a la otra para la lucha. Fomentar este proceso, enfatizando los grandes objetivos que sólo pueden ser alcanzados mediante una lucha en común del partido y los sindicatos, y acentuando la impotencia creciente a la que el aislamiento condena a ambas partes –esa fue una de mis tareas principales cuando me propuse escribir El camino del poder. En ese momento no me di totalmente cuenta de que, al hacer esto, estaba generando antagonismo entre los rutinarios cuyo entusiasmo ha sido debilitado por los esquemas tradicionales. Pero aun entre ellos esperaba más comprensión de la que encontré en mis críticos del Korrespondenzblatt. Se han alineados con Rexhäufer y Gompers.” (121)

La disputa sobre las estadísticas americanas fue sólo el primer round en la polémica entre Kautsky y los órganos sindicales del SPD.Cuando Samuel Gompers, el líder de la American Federation of Labor, visitó Alemania en julio de 1909, fue alabado por Legien, como “un verdadero revolucionario que quiere unir a las masas proletarias”. Kautsky le recordó a Legien que “Gompers es no sólo un oponente de la forma especial que el movimiento socialista ha asumido en América, sino un enemigo de la lucha de clases proletaria en general”. (122)

Después de citar una de las típicas filípicas a lo Panglos de Gompers sobre la confianza que debería reinar entre los capitalistas, su gobierno y sus esclavos asalariados, Kautsky agregó:

“No puede decirse que esta confianza ciega es producto del hecho de que en América el gobierno y los capitalistas son especialmente amistosos hacia los trabajadores. Es poco probable que haya una clase capitalista más vulgar e inescrupulosa que la norteamericana, o un país en el que la clase capitalista tenga un control más absoluto de los instrumentos del poder, en el que las leyes sean más desvergonzadamente manipuladas (y, en caso de necesidad, violadas) en beneficio de los capitalistas y en detrimento de los trabajadores, que los Estados Unidos. Sin embargo, Gompers está lleno de confianza. Estas declamaciones sentimentales sobre la armonía no son meramente frases ocasionales dichas para ganar la aprobación de la burguesía, sino el contenido del su trabajo político. Gracias a él, Gompers ha sido nombrado primer vicepresidente de la [National] Civic Federation, una fundación capitalista de los últimos años, (123) que surgió debido al ascenso del socialismo americano, y que se ha abocado a la tarea de promover la colaboración entre obreros y burgueses. En realidad, es una organización de lucha contra el socialismo y contra la lucha de clases proletaria, que conduce una propaganda enérgica gracias a los amplios medios financieros de los que dispone." (124)

Al ver la influencia mucho mayor del movimiento socialista en Europa, el burócrata sindical americano ocultó cuidadosamente esos hechos de sus audiencias europeas: Gompers juega su doble rol de presidente de la American Federation of Labor y vicepresidente de la Civic Federation sólo en América. En Europa aparece solamente en el papel de presidente de la federación sindical. Olvidó su rol de vicepresidente de la Reichsverband [la Liga contra la socialdemocracia alemana] mientras cruzaba el Atlántico. Mr. Gompers trabaja como comedor de socialistas sólo en escenarios donde su claque está asegurada. La prudencia es no menos importante que la valentía.” (125)

En realidad, Gompers había viajado a Europa para encontrar apoyo en el viejo continente, después de que el fracaso espectacular de sus políticas había hecho peligrar su posición en los Estados Unidos:

“Gompers elogia su ‘política obrera’ como si a ella se debiera el hecho de que el estándar de vida en América es más alto que en Europa. Esa es una patraña ridícula. El estándar de vida más alto de los obreros norteamericanos no ha sido ganado durante las últimas décadas sino heredado de sus antepasados. Fue, sobre todo, un producto de la disponibilidad de tierras para los colonos, de las cuales todo el que quisiera ser independiente recibía lo que necesitaba. Esa disponibilidad de tierras ‘libres’ es la razón principal de que el estándar de vida norteamericano en general, y el de los obreros asalariados en particular, sea mucho más alto que en Europa. Pero esta superioridad, de la que el señor Gompers está tan orgulloso, está desapareciendo rápidamente."

Un claro testimonio de ello es la completa interrupción de la emigración alemana a Norteamérica. Unas pocas décadas atrás, un obrero alemán aun mejoraba considerablemente su situación emigrando a los Estados Unidos. Por esta razón muchos fueron allá a probar su suerte. Hoy la superioridad del estándar de vida norteamericano es tan mínima, que la emigración no vale más la pena.

El nivel de vida del obrero alemán en general ha aumentado durante las últimas décadas, mientras que el del obrero americano ha declinado. De acuerdo a las estadísticas antes mencionadas, el poder de compra de los salarios americanos en 1896 estuvo 4,2% por encima del promedio para la década 1890-99. En 1905 estaba sólo 1,5% por encima de ese promedio, y aun ese punto y medio debe haberse perdido como consecuencia de la crisis.

Precisamente durante la década en la cual el movimiento obrero americano estuvo dominado por Gompers, el ascenso de la clase obrera americana se estancó.

Sabemos muy bien que eso dependió de factores de los cuales Gompers no es responsable. El agotamiento de la reserva de tierras libres, el influjo masivo de obreros con estándares de vida más bajos, la aparición de empresas industriales a gran escala en el sur, y finalmente el fortalecimiento de las asociaciones de empresarios han sido los causantes de esta situación.

Pero de todas maneras, esto prueba que Gompers no tiene motivos para vanagloriarse de la superioridad de las condiciones de trabajo americanas sobre las europeas, y para presentarlas ente los obreros europeos como el fruto de su política de armonía y confianza.

El señor Gompers no ha creado las tendencias degradantes del capitalismo que son tan evidentes hoy en día en América, pero ha hecho todo lo posible para allanarles el camino, porque su política de colaboración de clases condenó al proletariado a una impotencia política completa.

El proletariado sólo puede conquistar el poder político uniéndose en una organización política de clase propia. Gompers y sus acólitos han ejercido toda su influencia para volver esa organización imposible. Los proletarios no deben construir un partido obrero especial, sino vender sus votos al mejor postor entre los candidatos burgueses. Sólo que no deben hacerlo en el sentido vulgar de vender sus votos por dinero, sino dárselos a aquellos candidatos burgueses que les hagan más promesas.

Una política más ridícula, corrupta y políticamente desmoralizante para el proletariado es difícil de imaginar. Gracias a ella no hay ningún país industrializado democrático en el que los obreros sean tratados con más desprecio por el gobierno, y especialmente por los tribunales, que los Estados Unidos.” (126)

En las elecciones presidenciales de 1908 Gompers había convencido a la AFL de que apoyara al candidato demócrata William Jennings Bryan, que fue derrotado por el candidato republicano William Howard Taft. Después de este fiasco Gompers había partido rumbo a Europa para buscar apoyo entre los burócratas sindicales del viejo continente. Kautsky concluyó su artículo con este consejo:

“Los compañeros deben recordar siempre, al tratar con Gompers, que cada palma que levantan para aplaudirlo será usada para dar una bofetada a los miembros de nuestro partido hermano en los Estados Unidos, cuyo enemigo más peligroso y venenoso es Samuel Gompers.” (127)

Dos meses y medio después de publicar este artículo sobre Gompers, Kautsky escribió una secuela llamada “Die Civic Federation,” donde defendió al principal órgano de la federación alemana del partido socialista norteamericano, el New Yorker Volkszeitung, que había sido acusado por el Korrespondenzblatt de incitar a una escisión en las filas de la AFL, o sea de apoyar a los Industrial Workers of the World, una acusación negada por los editores del periódico. Kautsky concluyó llamando a la Civic Federation “una banda de nuestros enemigos más sucios y encarnizados”, y preguntándose cómo Legien podía considerarse un amigo de Gompers. (128) Este artículo dio lugar a otra ronda de polémicas sobre Gompers y la National Civic Federation en las páginas de la prensa socialdemócrata alemana. (129)

Las posiciones de Kautsky y de Lenin sobre los sindicatos

La crítica de Kautsky a Gompers fue una proyección de la lucha contra la burocracia sindical alemana llevada a cabo por el ala revolucionaria de la socialdemocracia, que demandaba la subordinación de los sindicatos al partido. (130) Las críticas de Lenin a los líderes sindicales alemanes seguían la línea de Kautsky. El 31 de enero de 1911, es decir después de la ruptura de Kautsky con Rosa Luxemburg, Lenin le envió una carta pidiéndole que escribiera un artículo para la revista marxista rusa Mysl, en contra de la neutralidad de los sindicatos hacia el partido. (131)

La posición de Lenin sobre Gompers y la American Federation of Labor puede hallarse en su artículo “En America”, escrito en diciembre de 1912, que es un comentario sobre la trigésimo segunda convención anual de la AFL. Lenin describió a la AFL como “una reliquia viva del pasado: de las viejas tradiciones liberales y burguesas de los sindicatos de obreros calificados (craft unions) que son tan fuertes entre la aristocracia obrera norteamericana”. Lenin describió con optimismo los 5.074 votos recibidos el año anterior por el candidato socialista a la presidencia de la AFL, Max Hayes, que fueron casi la mitad de los 11.974 votos recibidos por Gompers. Obviamente, Lenin apoyaba la política de “taladrar desde adentro” (“boring from within”) la AFL más que la política de formar sindicatos revolucionarios separados como los Industrial Workers of the World. La línea de Lenin se convirtió más tarde en la política sindical oficial del partido comunista norteamericano, que patrocinaba a la Trade Union Educational League dirigida por William Z. Foster. (132)

Lenin indicó que “Gompers no sólo acepta totalmente el mito burgués de la ‘armonía entre el trabajo y el capital,’ sino que lleva adelante una política abiertamente burguesa en la Federación contra los socialistas, aunque declare apoyar la completa ‘neutralidad’ política de los sindicatos”. Lenin remarcó que “ese estado de cosas en el movimiento obrero norteamericano nos muestra, como en Gran Bretaña, la división claramente visible entre la política sindical y la política socialista, la escisión entre la política obrera burguesa y la política obrera socialista”. Lenin atribuyó la fuerza de la política burguesa en las filas del movimiento obrero a las condiciones excepcionalmente favorables para el desarrollo del capitalismo en los Estados Unidos. “Estas condiciones han tendido a producir dentro de la clase obrera una aristocracia que ha seguido a la burguesía, traicionando a su propia clase”. (133)

La actitud de Kautsky ante la táctica del partido obrero (Labour Party)

En el congreso del Bureau Socialista Internacional que tuvo lugar en octubre de 1908, Lenin criticó la resolución de Kautsky apoyando la afiliación del British Labour Party a la Segunda Internacional. Lenin estaba de acuerdo con su admisión, pero dado que el Labour Party no era una organización socialista con una política independiente de la burguesía, Lenin propuso enmendar la resolución de Kautsky, describiendo al partido como “el primer paso de parte de las organizaciones realmente proletarias de Gran Bretaña hacia una política con conciencia de clase y hacia un partido obrero socialista”. La rectificación de los errores sectarios de la Social Democratic Federation (el partido socialista previamente existente en el país) no podía ser hecha dando “ni el más mínimo aliento a otros errores, indudables y no menos importantes de los oportunistas británicos que lideran el así llamado Independent Labour Party”. (134) Aunque en ese entonces Lenin describió al incidente como “sólo una ligera torpeza en la resolución de Kautsky”,es retrospectivamente significativo debido a la involución política posterior de Kautsky, y también porque su último escrito significativo sobre el movimiento obrero americano fue un artículo polémico, escrito 1909 contra Karl Radek, acerca de las perspectivas para la formación de un partido obrero (Labour Party) en Gran Bretaña y los Estados Unidos, y de la actitud que los marxistas deberían adoptar hacia él. Como en muchos de los trabajos de Kautsky, este análisis histórico brillante culmina en una serie de conclusiones políticas equívocas, que conducían en la práctica a una adaptación a la burocracia reformista de los sindicatos y del partido.

Kautsky distinguió entre dos modelos de desarrollo histórico: el modelo continental europeo, cuyo mejor ejemplo era la socialdemocracia alemana, y el modelo anglosajón, que podía ser estudiado más claramente en Gran Bretaña, pero también en Norteamérica y Australia. La gran diferencia entre el mundo anglosajón y el continente europeo consistía en el hecho de que el desarrollo político del último tuvo lugar bajo la bandera de la revolución francesa de 1789, mientras que la revolución burguesa en Inglaterra fue completada en 1688, es decir, con más de un siglo de antelación. La revolución burguesa anglosajona tuvo lugar, por lo tanto, bajo condiciones menos desarrolladas, y no podía producir la enorme transformación en la vida espiritual y política que produjo la revolución francesa. Los subsecuentes avances políticos de las clases revolucionarias en Inglaterra y sus colonias norteamericanas desde 1688 asumieron normalmente la forma de luchas aisladas por objetivos particulares, que no envolvían al conjunto de la sociedad, y constituyeron, por ende, un campo mucho menos fértil para el desarrollo de ideas revolucionarias. Por el contrario, las clases revolucionarias en el continente europeo, cuyas ideas fueron influenciadas por la revolución francesa, eran mucho más propensas a considerar a la sociedad como un todo y a fijarse objetivos que implicaban transformaciones sociales globales. En consecuencia, estaban más predispuestas que sus contrapartes inglesas a considerar la conquista del poder político como un medio indispensable para la realización de la revolución social.

En el continente europeo, Kautsky arguyó, la organización política del proletariado –un partido de masas con un programa marxista– se había desarrollado antes de su organización sindical, mientras que en los países anglosajones (en Inglaterra después de la declinación del cartismo) todo el interés de la clase obrera se centraba en el movimiento sindical, y un partido político independiente parecía superfluo, dado que no había obstáculos legales a su actividad política individual. En estas condiciones, sólo era posible formar un partido obrero independiente de masas uniendo a los sindicatos en una organización política común, como un estadio de transición hacia la creación de un partido obrero revolucionario con un claro programa marxista. Kautsky esperaba que la American Federation of Labor fuera capaz de jugar ese rol en los Estados Unidos. (135) Más tarde, a pesar de la amarga experiencia de los comunistas americanos con el fiasco del Federated Farmer-Labour Party de 1924, Trotsky y sus seguidores norteamericanos finalmente adoptaron la consigna de crear un partido obrero basado en los sindicatos (labour party) durante la Gran Depresión y el estallido de huelgas masivas que condujeron a la formación de una nueva federación de sindicatos industriales, el Congress of Industrial Organizations (CIO). (136)

Del marxismo revolucionario al centrismo

En Balance y perspectivas (1906) Trotsky escribió:

“La función de los partidos socialistas fue y es revolucionar la conciencia de la clase obrera, así como el desarrollo del capitalismo revolucionó las relaciones sociales. Pero el trabajo de agitación y organización en las filas del proletariado tiene una inercia interna. Los partidos socialistas europeos, particularmente el mayor de ellos, la socialdemocracia alemana, se han vuelto conservadores a medida que las grandes masas han abrazado la causa socialista y se han organizado y disciplinado. Como consecuencia, la socialdemocracia, como organización que expresa la experiencia política del proletariado, puede en cierto momento transformarse en un obstáculo al conflicto abierto entre los obreros y la reacción burguesa. En otras palabras, el conservatismo propagandista de los partidos obreros socialistas puede en un cierto momento obstruir la lucha directa del proletariado por el poder político.” (137)

Desgraciadamente, esta profecía resultó ser correcta y, por así decirlo, encarnó en la persona del viejo Kautsky.

Kautsky había advertido sobre la creciente burocratización del partido ya en septiembre de 1906, en el congreso de Mannheim del SPD.138 En una carta dirigida a Hugo Haase el 14 de febrero de 1909, en el contexto de la oposición del comité central del SPD a la publicación de su libro El camino del poder, Kautsky escribió: “Lo que más me deprime de todo este asunto es la debilidad de August [Bebel], que seguramente se debe a su mal estado de salud. Me reprochó incluso mi reseña del libro de Cunow en el Vorwärts, que consideró ¡demasiado revolucionaria! (139) La palabra revolución parece causarle un malestar físico. En su obituario de Natalie Liebknecht habla de los ‘años del movimiento’ y no de los ‘años revolucionarios.’ La situación es tal que, hoy por hoy, el partido socialdemócrata más poderoso del mundo tiene el comité central más servil del mundo. August ha perdido toda su fuerza, y durante los últimos años él era el único político con una visión amplia entre nosotros. Singer tiene buenos instintos y trabaja excelentemente con Bebel, pero sin él, y aún menos contra él, no está en condiciones de poner en movimiento la masa indolente”. (140) Ambos líderes murieron poco después: Paul Singer en 1911 y Bebel en 1913.

En una carta dirigida a Victor Adler el 26 de septiembre de 1909, Kautsky confesó su pesimismo ante lo que llamó el Überwuchern des Bürokratismus que, comenzando en los sindicatos, se había extendido al partido, transformando a sus casi tres mil funcionarios pagos en meros administradores de un enorme aparato, y extinguía toda iniciativa audaz. Kautsky esperaba que una acción de masas inyectara, una vez más, el ímpetu necesario en el cuerpo inerte de la burocracia partidaria y sindical. (141) Sin embargo, en los años siguientes la burocracia reformista incrementaría su dominio del Comité Central del partido, que pasó a ser controlado por Friedrich Ebert.

La declinación de Kautsky comenzó unos meses más tarde, cuando comenzó a acomodarse a las presiones reformistas de la burocracia y la aristocracia obreras. En 1909 había escrito, en el último capítulo de El camino del poder, titulado “Un nuevo período de revoluciones”:

“La tarea inmediata del proletariado en Alemania es luchar enérgicamente por la democracia, tanto en la federación como en los distintos Estados, especialmente Prusia y Sajonia. Desde el punto de vista internacional, su tarea más urgente es la lucha contra el imperialismo y el militarismo. No menos evidente que la tarea misma son los medios a nuestra disposición para llevarla a cabo. A los que empleamos hasta ahora, debemos agregar la huelga general, que hemos adoptado teóricamente desde el comienzo de los 1890, y cuya eficacia en circunstancias favorables ha sido probada varias veces.” (142)

Sin embargo, un año más tarde, Kautsky se negó a publicar en las páginas de Die Neue Zeit un artículo de Rosa Luxemburg llamando a utilizar la huelga general para obtener el sufragio universal en Prusia, levantando el slogan de la república como una demanda transicional a fin de transformar la cuestión de la reforma electoral en una vía de acción revolucionaria. (143) Este choque resultó en la ruptura de las relaciones personales de Kautsky con Rosa Luxemburg y, un año más tarde, también con Franz Mehring (que fue removido del equipo editorial de Die Neue Zeit en 1912), así como en una serie de polémicas con Rosa, Karl Radek, Anton Pannekoek y Paul Lensch, que marcaron el comienzo de la separación entre el centro y el ala izquierda del SPD y de la Segunda Internacional.

En el curso de este debate, Kautsky asumió el rol de teórico de los centristas en el SPD y desarrolló su infame “estrategia del desgaste” (Ermattungsstrategie) en la lucha contra el capitalismo. Irónicamente, el antiguo lí- der de la polémica contra el revisionismo, que había comenzado con un artículo contra Bernstein escrito por el socialista inglés Belfort Bax, titulado “Nuestro converso alemán al fabianismo,” se encontró a sí mismo recomendando emular la estrategia de Fabius Cunctator. (144) Cuando, en el curso de la polémica, Kautsky comenzó a referirse a los miembros del ala izquierda del SPD como “nuestros rusos,” Rosa Luxemburg le recordó que, unos años antes, él también había sido llamado “ruso” y un predicador del “romanticismo revolucionario”, y que su política actual no era “nada sino parlamentarismo”. (145)

En lo referente a la cuestión central de la política moderna, el imperialismo, Kautsky comenzó a sostener que el conflicto de intereses entre los poderes imperialistas no era una necesidad económica, y a defender la política ilusoria de luchar contra la carrera armamentista abogando por acuerdos internacionales que limitaran el armamento en el marco de la sociedad imperialista. (146) Como dijo Radek, Kautsky se vio forzado a revisar su vieja teoría de que el militarismo era un producto inevitable del imperialismo, no porque el imperialismo hubiera cambiado su naturaleza, sino porque su estrategia fabiana de “agotar al enemigo” no podía ser sostenida por su análisis anterior. (147)

Cuando estalló la controversia entre el centro y el ala izquierda del SPD, la mayor parte de los líderes revolucionarios rusos no tomaron partido por Rosa Luxemburg. En julio de 1910 Trotsky le escribió a Kautsky que nadie en el partido ruso, “ni siquiera entre los bolcheviques”, se atrevía a apoyar a Rosa Luxemburg, y que él admiraba su “noble impaciencia” pero consideraba absurdo “elevarla a un principio estratégico para el partido”. (148) El comentario más lúcido fue el de Parvus, quien indicó a Kautsky que “todo el asunto es una copia fiel de la discusión entre los bolcheviques y los mencheviques antes de la revolución rusa [de 1905]”. (149) Pero Lenin tenía un número de divergencias teóricas con Rosa Luxemburg y su organización polaca, sobre temas tales como la cuestión nacional (150) y la organización del partido (151), así como la crítica que ella había hecho de los esquemas de reproducción ampliada de Marx, en la que Rosa Luxemburg había basado su teoría del imperialismo. (152)

Por sobre todas las cosas, Lenin estaba mucho menos al tanto que Rosa Luxemburg del avanzado estado de burocratización del SPD. Sus primeros choques con el liderazgo centrista de la Segunda Internacional se produjeron en 1912, cuando Lenin se opuso a la iniciativa de unificación del partido ruso por parte del Bureau Socialista Internacional, después de la escisión definitiva entre bolcheviques y mencheviques. (153) Una reunión tuvo finalmente lugar en Bruselas en julio de 1914, en la cual los bolcheviques rechazaron toda tentativa de unificación por considerar que no había una base programática común. Pero en lo relativo a la política alemana e internacional, Lenin siguió considerándose un discípulo fiel de Kautsky hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial.

Cuando el SPD traicionó el principio más elemental del internacionalismo proletario, plasmado en el slogan que había sido siempre la base de su agitación (“a este sistema, ni un hombre ni un centavo”) votando por los créditos de guerra en el Reichstag el 4 de agosto de 1914, Lenin revirtió drásticamente su posición y reconoció la validez de la crítica de Rosa Luxemburg al centrismo de Kautsky. En la sección de su libro El Estado y la revolución que trata de la controversia entre Kautsky y Pannekoek sobre la huelga general política, Lenin escribió:

“Pannekoek se levantó contra Kautsky como uno de los representantes de aquella tendencia ‘radical de izquierda’ que contaba en sus filas a Rosa Luxemburgo, a Karl Radek y a otros, y que, defendiendo la táctica revolucionaria, abrigaban unánimemente la convicción de que Kautsky se pasaba a la posición del ‘centro’, el cual, vuelto de espaldas a los principios, vacilaba entre el marxismo y el oportunismo. Que esta apreciación era exacta vino a demostrarlo plenamente la guerra, cuando la corriente del ‘centro’ (erróneamente denominada marxista) o del ‘kautskismo’ se reveló en toda su repugnante miseria.” (154)

El bolchevismo y la contrarrevolución democrática

Siempre hubo un dualismo no resuelto en las concepciones de Kautsky entre su fe en las virtudes milagrosas de la democracia parlamentaria burguesa y su defensa del gobierno obrero –de allí que Trotsky lo llamara “medio renegado” en relación a sus propias ideas, ya que no a las de Marx. (155) La expresión más clara de las contradicciones de Kautsky en esta cuestión es su libro El parlamentarismo, la legislación popular y la socialdemocracia, donde defendió la noción de que el parlamentarismo es una mera forma política que podía recibir cualquier contenido de clase (156), así como la todavía más sorprendente idea de que el parlamento podía transformarse en un instrumento de la dictadura del proletariado:

“Sólo un ciego político puede sostener hoy que el sistema representativo asegura la dominación de la burguesía aun bajo un régimen de sufragio general, y que a fin de derrocar esa dominación es necesario, ante todo, eliminar al sistema representativo. Comienza a ser claro hoy en día que un régimen parlamentario real puede ser tanto un instrumento para la dictadura del proletariado como un instrumento para la dictadura de la burguesía.” (157)

No es de sorprenderse que el principal exponente de la “vía parlamentaria al socialismo” en Francia, Jean Jaurès, en su prefacio a la edición francesa del libro de Kautsky, haya visto en él “una defensa del parlamentarismo desde el punto de vista socialista” y que haya considerado como su parte más interesante “el capítulo en el cual Kautsky parece prever la necesidad de un parlamento, es decir de un régimen de transición, aun durante la revolución socialista”. (158)

Como otros aspectos del pensamiento de Kautsky, también sus posiciones sobre este tema se radicalizaron mucho durante la primera revolución rusa. En El camino del poder, Kautsky les recordó a sus oponentes que Marx y Engels habían “acunado la frase dictadura del proletariado, que Engels defendió en 1891, poco antes de su muerte (159); la consigna de la dominación política exclusiva del proletariado como la única forma en la cual podía ejercer el poder político.”(160) Pero como Rosa Luxemburg notó aun antes de la Primera Guerra Mundial, Kautsky retornó a sus posiciones parlamentaristas cuando se trasformó en el ideólogo del ala centrista del SPD.

La Primera Guerra Mundial finalmente condujo al estallido de una nueva revolución en Rusia en febrero de 1917, cuyo curso no correspondió a los esquemas usuales del bolchevismo. Aunque la revolución fue realizada por los obreros y los campesinos, no condujo al establecimiento de una “dictadura democrática” sino a un régimen de doble poder en el cual un gobierno burgués se vio enfrentado a los consejos de diputados obreros y soldados (soviets) liderados por los social-revolucionarios y los mencheviques. Lenin rearmó el partido con sus tesis de abril, que abrían la perspectiva de tomar el poder y establecer la dictadura del proletariado en el futuro inmediato, como Trotsky, entonces un exiliado en los Estados Unidos, demandaba desde la lejana New York. Después de esta adopción de hecho de la teoría de la revolución permanente por Lenin y el partido bolchevique, Trotsky y los otros miembros de su organización inter-distrito se sumaron al partido bolchevique y jugaron un papel de liderazgo en la revolución de octubre.

A principios de 1917, las frases “pacifistas” del presidente racista de los Estados Unidos, Woodrow Wilson, fueron celebradas ruidosamente por Kautsky y los otros líderes centristas del SPD, como Hugo Haase y George Ledebour, (161) que de hecho sentaron las bases del rol que jugaría la socialdemocracia europea después de la Primera Guerra Mundial como “agencia política del capitalismo norteamericano”. (162) Después de la revolución bolchevique, Kautsky condenó la disolución de la asamblea constituyente en enero de 1918, se postró ante los fetiches del parlamentarismo burgués, y se sumó al campo de la contrarrevolución democrática montada por el imperialismo. Su colaborador más cercano en el partido socialdemócrata independiente (USPD: Unabhängige Sozialdemokratische Partei Deutschlands) fue Eduard Bernstein, que nunca había renunciado a sus concepciones revisionistas. Kautsky escribió tres libros en defensa de la contrarrevolución democrática, dos de los cuales fueron respondidos por Lenin y Trotsky. La revolución proletaria y el renegado Kautsky (1918) de Lenin fue una respuesta al libro de Kautsky La dictadura del proletariado (1918), y el libro de Trotsky Terrorismo y comunismo (1920) es una crítica de otro libro de Kautsky del mismo título. En 1921 Kautsky escribió un tercer tomo en contra de la revolución bolchevique, titulado De la democracia a la esclavitud estatal: Una polémica con Trotsky. (163)

En su panfleto de 1922, Las vías de la revolución bolchevique, Radek citó largos pasajes del ensayo de Kautsky Las fuerzas motoras y perspectivas de la revolución rusa (1907) mostrando que contradecía sus afirmaciones posteriores de que la revolución rusa debería haberse limitado a llevar adelante tareas puramente burguesas, agregando:

“Este señor quiere crear la impresión que ha sido un menchevique de nacimiento. Pero como estas citas lo prueban, no sólo estuvo del lado de los bolcheviques sobre la cuestión decisiva del rol de la burguesía en la revolución rusa, sino que donde se desviaba de ellos iba aún más allá y predecía el pasaje de la revolución rusa a una lucha directa por el socialismo. El respetado Kautsky puede argüir en su defensa que sus ideas presentes son un eco de las de Martov, y que en 1905-06 repetía las ideas de Rosa Luxemburg. Los argumentos de Kautsky en 1906 reflejaban los de la tendencia cuyos representantes durante la primera revolucion rusa eran Trotsky, Parvus y Rosa Luxemburg, una tendencia que, como dijimos, estaba fuera de ambas fracciones de la socialdemocracia rusa. Los representantes de esta tendencia indicaron que, aun si el campesinado representaba una gran fuerza revolucionaria que la clase obrera debe a toda costa intentar desarrollar y en la que debía apoyarse, no era capaz de llevar adelante una política independiente debido a su atomización social, a su dispersión, y a su bajo nivel de desarrollo. Mientras que Lenin y los bolcheviques hablaban acerca de una dictadura del proletariado y el campesinado, los marxistas antes mencionados levantaban la consigna de la dictadura del proletariado apoyándose en el campesinado”. (164)

En su panfleto de 1919 “La dictadura proletaria y el terrorismo”, escrito en respuesta a Kautsky,Radek describió en esta palabras la imagen que de él tenían los revolucionarios en aquel entonces:

“Mientras largas filas de popes con incensarios oscilantes marchan al frente de las tropas de Kolchak, buscando quebrar el coraje de los campesinos del ejército rojo con las imágenes de sus íconos, Karl Kautsky muestra al proletariado ruso y europeo un ícono de la milagrosa democracia en una mano y una imagen terrible del despotismo proletario en la otra.” (165)

Radek concluyó diciendo que Kautsky evidentemente nunca había asimilado las lecciones de la Comuna de París de 1871, que fue también una insurrección contra los resultados del sufragio universal en Francia, puesto que la Asamblea Nacional elegida después de la caída de Luis Napoleón incluía 400 representantes monárquicos y 200 republicanos. La contrarrevolución democrática sería luego repetidamente empleada por la burguesía para confundir a los líderes revolucionarios de la clase obrera, por ejemplo, a los jóvenes cuadros de la Cuarta Internacional durante el período revolucionario que se abrió en Europa occidental inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial. (166)

Pero el triste final de Kautsky no disminuye el valor de los escritos de su período revolucionario, de los cuales El obrero norteamericano es un ejemplo notable. Como Trotsky escribió en su obituario: “Recordamos a Kautsky como nuestro antiguo maestro, de quien aprendimos mucho, pero que se separó de la revolución proletaria y del cual tuvimos por consiguiente que separarnos nosotros mismos”. (167)

Publicado en En Defensa del Marxismo N°34 (diciembre 2006)

(*) Comentarios y críticas pueden ser enviadas por correo electrónico a: danielgaid@gmail.com

NOTAS

  1. Para rectificar esta situación, el cuarto congreso de la internacional comunista, reunido en noviembre de 1922, creó una comisión sobre la cuestión negra, cuyos miembros incluían a Claude McKay y Otto Huiswood. Las tesis del Comintern describían a los afro-americanos como "la vanguardia de la lucha por la liberación negra" en las colonias. Ver Fourth Congress of the Communist International, “The Black Question” (30 November 1922), en Alan Adler (ed.), Theses, Resolutions and Manifestos of the First Four Congresses of the Third International, London: Ink Links, 1983, pp. 328-31. http://www.marxists.org/history/international/comintern/4th-congress/blacks.htm
  2. Ver por ejemplo el artículo de Heinrich Cunow, "Handelsvertrag und imperialistische Expansionspolitik", Die neue Zeit, Vol. 28, N° 2, 1900, pp. 215ff., 239ff.
  3. Ver Lenin “The International Socialist Congress in Stuttgart, Proletary, Nr. 17 (20 October 1907), en Collected Works, Vol. XIII, pp. 75-81.
  4. Parvus (Alexander Helphand), Die Kolonialpolitik und der Zusammenbruch, Leipzig: Verlag der Leipziger Buchdruckerei Aktiengesellschaft, 1907. Ver la reseña positiva de Rudolf Hilferding en Die Neue Zeit, Vol. 25, N° 2 (1906- 07), pp. 687-88.
  5. Karl Kautsky, Socialism and Colonial Policy, 1907. http://www.marxists.org/archive/kautsky/1907/colonial/index.htm
  6. Rudolf Hilferding, El capital financiero: [Un estudio de la ultima fase de desarrollo capitalista], Madrid: Tecnos, 1985. Ver la reseña de Kautsky, “Finanzkapital und Krisen (Rudolf Hilferding, Das Finanzkapital)”, Die Neue Zeit, Vol. 29, N° 1 (1911) 764-72, 797-804, 838-64, 874-83. Versión parcial en inglés: Finance Capital and Crises. http://www.marxists.org/archive/kautsky/1911/xx/finance.htm
  7. (The main book on the history of the theory of imperialism in the SPD is Hans-Christoph Schröder) El principal libro sobre la historia de la teoría del imperialismo en el SPD es Sozialismus und Imperialismus: Die Auseinandersetzung der deutschen Sozialdemokratie mit dem Imperialismusproblem und der "Weltpolitik" vor 1914, Bonn-Bad Godesberg: Neue Gesellschaft, 1975.
  8. Daniel De Leon, Two Pages from Roman History: I. Plebs Leaders and Labor Leaders II. The Warning of the Gracchi, Palo Alto, CA: New York Labor News, 1988 (1903). http://www.marxists.org/archive/deleon/pdf/1902/two_pages.pdf En 1920 Lenin le escribió a Bujarin: “Pienso que deberíamos publicar en ruso el libro de De Leon Dos páginas de historia romana con la introducción y la notas de Fraina. También voy a escribir unas líneas. Si estás de acuerdo, por favor, anuncialo a través de la editorial estatal”. Lenin on the United States: Selected Writings, New York: International Publishers, 1970, p. 536, énfasis en el original. Louis Fraina (Lewis Corey), un discípulo de Daniel De Leon, fue el ideólogo del comunismo norteamericano durante sus primeros años.
  9. Die taktischen Differenzen in der Arbeiterbewegung, Hamburg: Erdmann Dubert, 1909. Ver los elogios a este panfleto en Lenin, “Differences in the European Labour Movement” (December 1910), in Collected Works, Vol. XVI, pp. 347-52. http://www.marxists.org/archive/lenin/works/1910/dec/16.htm
  10. Sobre Pannekoek, Gorter y su tendencia ver Lenin Left-Wing Communism: An Infantile Disorder (May 1920), in Collected Works, Vol. XXXI. (http://www.marxists.org/archive/lenin/works/1920/lwc/index.htm) y Trotsky, "On the Policy of the KAPD: Speech Delivered at the Session of the ECCI, November 24, 1920", en The First Five Years of the Communist International, 2nd ed., New York: Monad Press, 1972, Vol. I, pp. 137-52. http://mia.marxists.org/archive/trotsky/works/1924/ffyci-1/ch13.htm
  11. Carl E. Schorske, German Social Democracy, 1901-1917: The Development of the Great Schism, New York: Russell & Russell, 1970, pp. 28-58.
  12. Para un punto de vista trotskista de la historia del Partido Socialista debsiano ver James P. Cannon, “Eugene V. Debs and the Socialist Movement of his Time”, Fourth International, Vol. 16, N° 1, (Winter 1955). http://www.marxists.org/archive/cannon/works/1956/debs.htm
  13. Karl Kautsky, The Social Revolution (1902), Charles Kerr & Co., 1903. http://www.marxists.org/archive/kautsky/1902/socrev/index.htm Lenin, The Agrarian Program of the Social-Democracy in the First Russian Revolution, 1905-1907, Chapter IV, Section 5, en Lenin, Collected Works, Vol. XIII, p. 354. http://www.marxists.org/archive/lenin/works/1907/agrprogr/ch04s5.htm#v13pp72-351
  14. Kautsky, Vorwort to Henriëtte Roland-Holst, Generalstreik und Sozialdemokratie, Dresden: Kaden, 1905. Bebel to Victor Adler, September 16, 1905, in Friedrich Adler (ed.) Victor Adler: Briefwechsel mit August Bebel und Karl Kautsky, Wien: Verlag der Wiener Volksbuchhandlung, 1954, pp. 467-469.
  15. Karl Kautky, El camino del poder, Barcelona: Fontamara, 1979. Lenin, The State and Revolution, Chapter VI, en Collected Works, Vol. XXV, 381-492.
  16. Ursula Ratz, "Briefe zum Erscheinen von Karl Kautskys Weg zur Macht", International Review of Social History, Vol. 12 (1967), pp. 432-77.
  17. “Sisyphusarbeit oder positive Erfolge?” Correspondenzblatt der Generalkomission der Gewerkschaften Deutschlands, 1909, Vol. 9, pp. 501-05, 517-19, 529-32, 545-48, 561-564, 577-80, 617-24. Posteriormente publicado como un panfleto con el mismo título.
  18. Michael Schneider, A brief history of the German trade unions, Bonn: J. H. W. Dietz, 1991, p. 86.
  19. Sobre Legien ver Lenin, “What Should Not Be Copied from the German Labour Movement” (April 1914), Collected Works, Vol. 20, pp. 254-58. http://www.marxists.org/archive/lenin/works/1914/apr/00.htm
  20. Kautsky, “Leichtfertige Statistik”, Die Neue Zeit, Vol. 27, N° 2 (1909) 523.
  21. Kautsky, “Nochmals die amerikanische Statistik”, Die Neue Zeit, Vol. 27, N° 2 (1909) 832.
  22. Kautsky, “Samuel Gompers”, Die Neue Zeit, Vol. 27, N° 2 (1909) 678, énfasis en el original.
  23. La National Civic Federation fue creada en 1900 por la Chicago Civic Federation. Incluía a grandes empleadores y líderes sindicales. El primer presidente de la Civic Federation fue el senador republicano de Ohio, Mark Hanna.
  24. Ibid., pág. 679.
  25. Ibid., pág. 680.
  26. Ibid., págs. 680-81, énfasis en el original.
  27. Ibid., pág. 685.
  28. Kautsky, “Die Civic Federation", Vorwärts, Nr. 256, 2 November 1909. Reimpreso en Die Neue Zeit, 28, N° 1 (1910): 132-37.
  29. Kautsky, Nochmals die Civic Federation, 253-54. Ver también Generalkommission der Gewerkschaften (Correspondenzblatt), “Immer noch ‘Civic Federation’”, y Kautsky’s response in Vorwärts, “Und doch noch einmal die Civic Federation” (November 23, 1909). 130 Ver, por ejemplo, Kautsky, "Partei und Gewerkschaften", Die Neue Zeit, Vol. 24, N° 2 (1905), págs. 716-35, 749- 54, y "Die Neutralisierung der Gewerkschaften", Die Neue Zeit, Vol. 18, N° 2 (1900), págs. 388-94, 429-33, 457-66, 492-97. Hay una edición francesa online del último artículo con el título "Politique et Syndicats". http://marx.org/francais/kautsky/works/1900/00/kautsky_19000000.htm
  30. “Fünf Briefe W.I. Lenins”, International Review of Social History, Vol. 9, N° 2 (1964), págs. 255-67.
  31. Ver el panfleto de Foster, “The Bankruptcy of the American Labor Movement”, Trade Union Educational League, 1922. http://www.marxists.org/archive/foster/1922/index.htm
  32. Lenin, “In America” (December 1912). Collected Works. Moscow: Progress Publishers, 1972, Vol. 36. Reimpreso en Lenin on the United States: Selected Writings. New York: International Publishers, 1970, págs. 56-57, énfasis en el original.
  33. Lenin, "Meeting of the International Socialist Bureau", Proletarii, N° 37, 16 October 1908, Collected Works, Vol. XV, pp. 231-46, énfasis en el original. http://www.marxists.org/archive/lenin/works/1908/oct/16b.htm
  34. Karl Kautsky, "Sects or Class Parties", The Social Democrat (London), Vol. 13, N° 7 (July 1909), pp. 316-28. Originalmente publicado como "Sekte oder Klassenpartei?", Die Neue Zeit, Vol. 27, N° 2 (1909), pp. 4-14. http://www.marxists.org/archive/kautsky/1909/07/unions.htm
  35. Leon Trotsky on the Labor Party in the United States, New York: Merit Publishers, 1969.
  36. Leon Trotsky, Results and Prospects, Chapter IX: Europe and Revolution. http://www.marxists.org/archive/trotsky/works/1931-tpv/rp09.htm
  37. Protokoll über die Verhandlungen des Parteitages der Sozialdemokratische Partei Deutschlands, Abgehalten zu Mannheim: vom 23, bis 29. September 1906, pág. 257.
  38. Kautsky, “Ein neues Buch über die französische Revolution”, Vorwärts, 1909, Nr. 32, February 7, 1909; una reseña de Heinrich Cunow, Die revolutionäre Zeitungsliteratur Frankreichs während der Jahre 1789 bis 1794, Berlin: Buchhandlung Vorwärts, reeditada en 1912 as: Die Parteien der grossen französischen Revolution und ihre Presse.
  39. Reproducido en Ratz, op. cit., pp. 432-77.
  40. Adler (ed.), op. cit., págs. 500-502.
  41. Kautsky, Der Weg zur Macht, hrsg. und eingeleitet von Georg Fulberth, Frankfurt am Main: Europaische Verlagsanstalt, 1972, pág. 110, énfasis en el original. Versión en inglés: http://www.marxists.org/archive/kautsky/1909/power/ch09.htm
  42. El artículo fue finalmente publicado como “Was Weiter?” en el Dortmunder Arbeiterzeitung, March 14-15, 1910, y reimpreso en Rosa Luxemburg, Gesammelte Werke, Berlin: Dietz, 1971, Band 2, págs. 289-99. Edición en inglés: “The Next Step”, en Robert Looker (ed.), Rosa Luxemburg: Selected Political Writings, London: Jonathan Cape, 1972, págs. 148-59. http://www.marxists.org/archive/luxemburg/1910/03/15.htm
  43. Kautsky, “Was nun?”, Die Neue Zeit, Vol. 28, N° 2 (1909-10), págs. 33-40, 68-80. Rosa Luxemburg, “Ermattung oder Kampf?” Die Neue Zeit, Vol. 28, N° 2 (1909-10), págs. 257-66, 291-305; reimpreso en Gesammelte Werke, Berlin: Dietz, 1972, Band 2, págs. 344-77. http://www.marxists.org/deutsch/archiv/luxemburg/1910/ermokampf/index.htm Kautsky, “Eine neue Strategie”, Die Neue Zeit, Vol. 28, N° 2 (1909-10), págs. 332-41, 364-74, 412-21. Rosa Luxemburg, “Die Theorie und die Praxis”, Die Neue Zeit, Vol. 28, N° 2 1910, págs. 564-78, 626-42; reimpreso en Gesammelte Werke, Band 2, págs. 378-420. Versión en inglés: Theory & Practice [A polemic against Comrade Kautsky's theory of the Mass Strike]. http://www.marxists.org/archive/luxemburg/1910/theory-practice/
  44. Kautsky, "Nachgedanken zu den nachdenklichen Betrachtungen", Die Neue Zeit, Vol. 31, N° 2 (1912-13), págs. 532-40, 558-68, 662-64. Rosa Luxemburg, "Das Offizi ö sentum der Theorie", Die Neue Zeit , Vol. 31, N° 2 (September 1913), pp. 828-43; reimpreso en Gesammelte Werke, Band 3, págs. 300-21. http://www.marxists.org/deutsch/archiv/luxemburg/1913/offiz/index.htm
  45. Ursula Ratz, "Karl Kautsky und die Abrüstungskontroverse in der deutschen Sozialdemokratie, 1911-12", International Review of Social History, Vol. 11 (1966), pp. 197-227. Irène Petit, "Kautsky et les discussions autour du problème de l'impérialisme dans le parti social démocrate allemand de 1907 à 1914", Revue d'Allemagne, Vol. i (Janvier-Mars 1969), pp. 325-37.
  46. Karl Radek, "Unser Kampf gegen den Imperialismus" (Die Neue Zeit, May 1912). (http://www.marxists.org/deutsch/archiv/radek/1912/05/imperial.htm) y "Wege und Mittel im Kampfe gegen den Imperialismus" (Bremer Bürger-Zeitung, 1912), http://www.marxists.org/deutsch/archiv/radek/1912/xx/kampfimp.htm en Radek, In den Reihen der deutschen Revolution, 1909-1919: Gesammelte Aufsätze und Abhandlungen von Karl Radek, München: K. Wolff, 1921, pp. 156-207. Radek como un seguidor de Rosa: ver Kautsky, “Krieg und Frieden. Betrachtungen zur Maifeier”, Die Neue Zeit, Vol. 29, N° 2 (1910-11), pp. 97-107; y Luxemburg, “Friedensutopien”, Leipziger Volkszeitung, Nr. 103-4 (Mai 1911); reimpreso en Gesammelte Werke, Band 2, pp. 491-504. http://www.marxists.org/deutsch/archiv/luxemburg/1911/05/utopien.htm
  47. Trotsky to Kautsky, 21 July 1910. Kautsky Archive, IISG (International Institute of Social History, Amsterdam). Citado en J.P. Nettl, Rosa Luxemburg, London: Oxford University Press, 1966, Vol. I, p. 433.
  48. Parvus to Kautsky, 10 June 1910. Kautsky Archive, IISG (International Institute of Social History, Amsterdam). Citado en Moira Donald, op. cit., pp. 183-84.
  49. Luxemburg, “The National Question: Selected Writings”, Monthly Review Press, 1976; http://www.marxists.org/archive/luxemburg/1905/misc/polish-question.htm http://www.marxists.org/archive/luxemburg/1896/07/polish-question.htm http://www.marxists.org/archive/luxemburg/1909/national-question/index.htm Lenin, The Right of Nations to Self-Determination (February-May 1914), Moscow: Foreign Languages Publishing House, 1950. http://www.marxists.org/archive/lenin/works/1914/self-det/
  50. Luxemburg, Organizational Questions of Social Democracy (1904), en Rosa Luxemburg Speaks, ed. by MaryAlice Waters, New York: Pathfinder Press, 1970, pp. 112-30. http://www.marxists.org/archive/luxemburg/1904/questions-rsd/index.htm
  51. Rosa Luxemburg, “The Accumulation of Capital” (1913), New York: Monthly Review Press, 1964. http://www.marxists.org/archive/luxemburg/1913/accumulation-capital/index.htm Lenin, “Marginal Notes on Luxemburg’s The Accumulation of Capital”, Research in Political Economy, Vol. 18 (2000), 225-38. Lenin recomendó tres críticas del libro de Rosa Luxemburg: Gustav Eckstein, "Rosa Luxemburg: Die Akkumulation des Kapitals. Ein Beitrag zur ökonomischen Erklärung des Imperialismus", en Vorwärts Nr. 40 vom 16. Februar 1913 (reimpreso como un apéndice a la edición de 1923 del libro de Luxemburg); Anton Pannekoek, "Rosa Luxemburg: Die Akkumulation des Kapitals. Ein Beitrag zur ökonomischen Erklärung des Imperialismus", en Bremer Bürger-Zeitung, Nr. 24 u. 25 vom 29. u. 30. Januar 1913; y Otto Bauer's article “The Accumulation of Capital”, History of Political Economy, Vol. 18, N° 1 (Spring 1986) 87-110 (originalmente publicado en Die Neue Zeit, Vol. 31, N° 1, 1913, págs. 831-38, 862-74).
  52. Lenin, "A Good Resolution and a Bad Speech" (Proletarskaya Pravda, N° 6, December 13, 1913), in Lenin, Collected Works, Vol. XIX, págs. 528-530. (http://marx.org/archive/lenin/works/1913/dec/13.htm) and Lenin, "Kautsky's Unpardonable Error" (Proletarskaya Pravda, N° 8, December 15, 1913), in Collected Works, Vol. XIX, págs. 546- 47. http://marx.org/archive/lenin/works/1913/dec/15b.htm Ver también Georges Haupt, "Lénine, les Bolcheviks et la IIe Internationale", Cahiers du Monde Russe et Soviétique [France], Vol. 7, N° 3 (1966), págs. 387-407.
  53. Lenin, El Estado y la revolución, Capítulo 6, sección 3. (http://www.marxists.org/archive/lenin/works/1917/staterev/ch06.htm) Ver los documentos en Antonia Grunenberg (ed.), Die Massenstreikdebatte, Frankfurt: Europaische Verlagsanstalt, 1970.
  54. Trotsky, “Karl Kautsky” (8 November 1938), en Writings, 1938-39, págs. 98-99. http://www.marxists.org/archive/trotsky/works/1939/1939-kautsky.htm
  55. “Que el sistema representativo está indisolublemente ligado a la dominación de la burguesía es uno de esos mitos que una sola mirada a la historia alcanza para destruir. El sistema representativo es una forma política, cuyo contenido puede divergir enormemente”, Kautsky, Karl, Parlamentarismus und Demokratie, 2. durchgesehene und verm. Auflage, Stuttgart: J.H.W. Dietz Nachf., 1911, págs. 95-96. Primera edición publicada en 1893 con el título: Der Parlamentarismus, die Volksgesetzgebung und die Sozialdemokratie.
  56. Ibid., págs. 121-22.
  57. Karl Kautsky, Parlementarisme et socialisme: étude critique sur la législation directe par le peuple, traduit par Edouard Berth, préface de Jean Jaurès, Paris: Librairie G. Jacques, 1900, pp.V-IX.
  58. En referencia a la introducción de Engels (de 1891) en La guerra civil en Francia, donde él escribe: "Ultimamente, las palabras 'dictadura del proletariado' han vuelto a sumir en santo terror al filisteo socialdemócrata. Pues bien, caballeros, ¿quieren saber qué presenta esta dictadura? Miren a la Comuna de París. He ahí la dictadura del proletariado". (Of late, the Social-Democratic philistine has once more been filled with wholesome terror at the words: Dictatorship of the Proletariat. Well and good, gentlemen, do you want to know what this dictatorship looks like? Look at the Paris Commune. That was the Dictatorship of the Proletariat.”) Frederick Engels, On the 20th Anniversary of the Paris Commune. http://www.marxists.org/archive/marx/works/1871/civil-war-france/postscript.htm
  59. Karl Kautsky, “Der Weg zur Macht: Politische Bebrachtungen über das Hineinwachsen in die Revolution”, Berlin, Vorwärts 1909, Reimpreso en Frankfurt am Main: Europaische Verlagsanstalt, 1972, p. 20.
  60. Rosa Luxemburg, "Wilsons Sozialismus (April 1917)", Spartacus, Nr. 4, April 1917, reimpreso en Gesammelte Werke, Band 4, pp. 246-251. http://www.marxists.org/deutsch/archiv/luxemburg/1917/04/wilson.htm
  61. Leon Trotsky, "Perspectives of World Development" (July 28, 1924), en Trotsky, Europe & America: Two Speeches on Imperialism, New York: Pathfinder, 1971, p. 23. http://www.marxists.org/archive/trotsky/works/1924/1924- world.htm
  62. Kautsky, Von der Demokratie zur Staats-Sklaverei: eine Auseinandersetzung mit Trotzki, Berlin: Verlagegenossenschaft "Freiheit", e.g.m.b.h., 1921.
  63. Radek, The Paths of the Russian Revolution, en Al Richardson (ed.), In Defence of the Russian Revolution: A Selection of Bolshevik Writings, p. 40, énfasis en el original.
  64. Radek, Proletarian Dictatorship and Terrorism, Detroit, Mich.: The Marxian Education Society, 1921, Chapter I: Karl Kautsky’s Autumn Offensive against Soviet Russia, pp. 13-14. (http://www.marxists.org/archive/radek/1920/dictterr/ch01.htm). Ver también Lenin, “Theses and Report on Bourgeois Democracy and the Dictatorship of the Proletariat (March 4, 1919)”, adoptadas en el Primer Congreso de la Tercera Internacional, en Alan Adler (ed.), Theses, Resolutions and Manifestos of the First Four Congresses of the Third International, London: Ink Links, 1983, pp. 7- 19. (http://www.marxists.org/archive/lenin/works/1919/mar/comintern.htm)
  65. Ver Sam Bornstein y Al Richardson, The War and the International: A History of the Trotskyist Movement in Britain, 1937-1949, London: Socialist Platform, 1986, pp. 160-208.
  66. Trotsky, “Karl Kautsky” (8 November 1938), in Writings, 1938-39, pp. 98-99. http://www.marxists.org/archive/trotsky/works/1939/1939-kautsky.htm
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