Ginés culpabiliza los trabajadores de la salud

Escribe Ale Greig

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En una reciente entrevista en el programa “Solo Periodismo” (Crónica, 20/04) el ministro de Salud Ginés González García manifestó que, en el contexto de la pandemia “vamos bien, pero hay que mejorar”. En alusión al levantamiento de la cuarentena, expresó que estaba a favor de levantarla pausadamente, midiendo el nivel de circulación e impacto epidemiológico, y que, aunque la cuarentena continuará, tendrá características diferentes: la apertura no va a ser total, habrá que regular la cantidad de movimiento y el tránsito interjurisdiccional.

Con el correr de las preguntas, el ministro comenta que el gobierno quiere atenuar en el tiempo la llegada al pico máximo. En relación a esto, el periodista le pregunta a Ginés si estaba al tanto de que el 14% de los contagiados es personal de salud, a lo que respondió “...estamos intentando mejorar el cuidado, porqué de ese porcentaje, muy pocos casos de los trabajadores de salud han sido contagiados directamente por los enfermos de coronavirus; la mayoría fueron o que llegaron al servicio de salud ya portadores del virus o se lo contagiaron entre los mismo trabajadores, por eso se habla de contagio horizontal; y esto tiene que ver con que no se usó correctamente la ropa, con que no se sacó correctamente la ropa, con que algunos trabajadores sanitarios concurrieron con fiebre a trabajar, a veces inclusive médicos, con lo cual uno en realidad , tenemos que ser menos omnipotentes los colegas, y entender que si tenemos un síntoma, lo primero que tenemos que hacer es no ir a los lugares donde podemos contagiar a mucha gente…”.

Sin embargo, los profesionales de la salud vienen denunciando desde el primer día el grado de exposición al virus y la falta de recursos sanitarios para lidiar con el asunto. El médico a cargo de la cartera en salud “no quiere, como todo el mundo, llegar a un pico de infección que no pueda canalizarse a través de los dispositivos sanitarios”, pero sabe perfectamente que esta crisis pandémica llega en una crisis del sistema de salud desvencijado, y que la falta de recursos, insumos, profesionales, no son los suficientes.

Lejos de verse afectado por la sobrecarga laboral y condiciones paupérrimas que reinan en clínicas y hospitales, el funcionario responsabiliza y culpabiliza a los trabajadores de la salud pública como privada, por el estallido de contagios en la salud. “No sean omnipotentes”, dice, “si tienen síntomas no vayan a su lugar de trabajo”.

El gobierno niega los insumos necesarios, a duras penas reconoce el COVID-19 ante las ART -sin incorporarlo al listado de enfermedades profesionales-; a muchos trabajadores, a pesar de pertenecer a grupo de riesgo o presentar situaciones de vulnerabilidad, en los distintos centros de salud se les ha negado la licencia correspondiente.

No es casualidad tampoco que estas declaraciones surjan a poco de anunciar el relajamiento de la cuarentena por presiones del sector empresarial. El gobierno desliga su responsabilidad política en el avance del coronavirus, haciendo responsables a la población del contagio y, especialmente, al sector de la salud.

El riesgo pandémico es inminente; no es momento de levantar ni aliviar las restricciones de la cuarentena.

Es necesario garantizar el salario y que solo aquellas actividades de necesidad tengan actividad; no es suficiente con prohibir los despidos, es necesario un subsidio general para todos los trabajadores desempleados, en negro y autónomos.

Que en los distintos lugares de trabajo los trabajadores puedan organizarse en comisiones de control e higiene. Una partida extraordinaria presupuestaria en salud, mayores, recursos e insumos, y personal correspondiente.

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