Escribe Organización Socialista de la Mujer Trabajadora
El 28 de septiembre, marchamos en todo el país.
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El 28 de septiembre, en la mayoría de las plazas políticas del país, tendrá lugar la movilización en defensa de la ESI y del aborto legal, seguro y gratuito.
La conquista del aborto se encuentra jaqueada, en primer lugar, por el descalabro terminal del sistema de salud y por la pertinaz resistencia de los sectores clericales instalados en las direcciones educativas, sanitarias y en la Justicia.
Pero la amenaza a nuestros derechos y reivindicaciones es general, en medio de un escenario social catastrófico: las familias obreras soportan el incremento intolerable del precio de los alimentos y de los alquileres y el colapso del sistema sanitario.
El proceso electoral está dominado por candidatos férreamente comprometidos con la masacre social dictada por el FMI. El pase de una coalición política a otra por parte de burócratas sindicales, políticos y corporaciones capitalistas delata los comunes propósitos de fondo que une a los Massa, Milei, Bullrich y Schiaretti: una contrarrevolución social y laboral, que también se llevaría puestos, en caso de avanzar, a los derechos y aspiraciones de la mujer trabajadora.
Javier Milei, en este cuadro, ha llamado a un referéndum para derogar el derecho al aborto o la ESI, si es elegido presidente.
Más de la mitad de los Estados norteamericanos han perdido el derecho al aborto, avasalladas por los republicanos y las iglesias evangélicas que en la Argentina han llamado a votar a Milei.
Estas amenazas han servido para que los agentes políticos del gobierno -y también del macrismo- nos llamen a apoyar a otros enemigos de la clase obrera -como Massa o Bullrich- en nombre de “frenar a Milei”. Nos ocultan en primer lugar, que todos los gobiernos y todas las listas patronales están inficionadas por agentes del clero y de las iglesias evangélicas, que ocupan un lugar de dirección en el sistema judicial y sanitario. En provincias enteras, como Salta -gobernada por un aliado de Massa- la persecución a los médicos dispuestos a practicar la IVE es permanente. Lo mismo sucede en municipios de Buenos Aires gobernados por el macrismo o el pejota. El movimiento de mujeres aún no ha logrado sacar de la cárcel a las presas por practicarse un aborto antes de que fuera legalizado.
Pero los bloqueos son aún mayores para ejercer nuestros derechos a la maternidad y a la crianza de nuestros hijos. El embarazo es causal de despido de las trabajadoras precarizadas. El costo de la canasta básica, la falta de vivienda, la penuria para la atención pediátrica en un hospital público o la falta de vacantes escolares hace del derecho a la maternidad una ficción.
Los “nacionales y populares” crearon un ministerio de la Mujer para encubrir hasta qué punto, con el agravamiento de la miseria social y el rescate de los capitalistas, fueron pisoteados todos y cada uno de los derechos de la mujer trabajadora.
Por eso resulta una impostura que hoy pretendan arrancarnos un voto favor del candidato del oficialismo o incluso a Bullrich, en un eventual ballotage, en defensa del derecho al aborto.
Las mujeres hemos conquistado el derecho al aborto CON LA LUCHA. No se lo debemos a ningún gobierno ni a ningún candidato capitalista – todos los cuales, junto al clero, complotaron hasta donde pudieron para intentar bloquearlo. No son ellos quienes lo van a defender. Lo mismo vale para la salud, la educación o la maternidad.
Lo que ganamos con la lucha lo vamos a defender luchando. Para que logre sus objetivos, esa lucha debe ser independiente de los agentes del capital, del FMI y del clero, en todas sus variantes
Hay que apelar a la movilización, a las asambleas autoconvocadas, a luchar en la calle, que es el lugar donde arrancamos nuestras conquistas. El derecho al aborto y a una educación científica y laica van del brazo de la separación de la Iglesia y el Estado, del derecho a un salario que cubra la canasta familiar, del derecho a la maternidad a la salud y la vivienda.
La lucha contra la impunidad policial y las mafias de la trata y del narcotráfico exige sumar a la mujer y a la juventud trabajadoras a la lucha por un gobierno de trabajadores, el cual, al emprender una reorganización social guiada por las aspiraciones de la humanidad trabajadora -y de la mujer entre ellas- pondrá fin a las lacras del régimen capitalista en descomposición.
No hay mejor medicina para los fascistizantes que un poderoso movimiento de mujeres que, unido a los trabajadores, se ponga de pie, como salida a una crisis terminal del régimen social y político que ha trabajado férreamente contra nuestros derechos.
Convoquemos a nuestras compañeras en las escuelas, las universidades, nuestros lugares de trabajo. Discutamos en asamblea un pliego de reivindicaciones que vaya desde los derechos a la anticoncepción y a una sexualidad desligada de la maternidad al derecho a una maternidad que garantice el pan, la vivienda y la educación a nuestros hijos.
Impulsemos autoconvocatorias y plenarios obreros que preparen una huelga general por un aumento salarial del 100% y el fin del desquicio económico y social impuesto por el FMI, sus gobiernos y partidos.
Pongamos en pie un movimiento socialista de la mujer trabajadora, para construir junto a la clase obrera un mundo sin explotadores ni explotados.
CHARLA DEBATE VIRTUAL: ¡TRABAJADORAS: VAMOS A ORGANIZARNOS! Defendamos nuestras conquistas contra las políticas del FM Transmisión en vivo de Política Obrera por su canal de YouTube, 15/09/2023.