Tiempo de lectura: 2 minutos
En un artículo en la edición de ayer de Política Obrera, Altamira declara que no ve una “conexión” entre la nacionalización del comercio exterior y la eliminación de la inflación, como propone Myriam Bregman.
La candidata del FIT-U, sin embargo, la describe: “Hay que nacionalizar el comercio exterior”, dice, para agregar que “dólares hay, lo que sobran son sus fugadores” (cita extraída de El Cronista).
Lo que distingue al planteo de Bregman es que una dirigente trotskista ‘conecte’ la eliminación de la inflación con la obtención de una adecuada reserva de dólares. Es lo mismo que sostienen los economistas “vulgares” y el resto de los candidatos. La consigna de la diputada sería: “Vayamos por el superávit comercial”, como sostenían los mercantilistas del siglo XVI y XVII. Pero un sostenido superávit del comercio exterior también tiene un efecto monetario, porque valoriza la moneda local y es frecuente que promueva la deflación. Desde el punto de vista de los trabajadores, la depreciación inflacionaria del salario sería sustituida por la pérdida deflacionaria de empleos.
Más allá de este aspecto, en la economía imperialista moderna los flujos de capital superan al comercio exterior en cuanto a la acumulación de reservas internacionales. El endeudamiento provee liquidez; la abundancia de circulante externo crea una mayor hipoteca. Bregman o sus asesores no han tenido en cuenta, aparentemente, este enredo conceptual. El planteo se emparenta con el de Massa. Los asesores del candidato-ministro repiten sin fatiga que, el año próximo, con el cese de la sequía y el repunte exportador se acaba la inflación. Lo de Massa se puede justificar porque no es un político socialista; lo de Bregman no. Nada en su posición tiene que ver con una crítica a la economía política (del capital) ni vislumbra un gobierno de la clase obrera y con el socialismo.
Altamira no señala que Bregman atribuyó la responsabilidad de la crisis al FMI, no al capitalismo. Dice que con el FMI “no hay salida”. Massa reclama la misma posición de Bregman y agrega que acordó con el Fondo por presión o incluso violencia política. C5N, que apoya a Massa y comparte sus planteos, ha inscripto varias veces en el zócalo del canal la frase de Bregman acerca de la responsabilidad del Fondo. El FIT-U ha advertido esta coincidencia con Massa, aunque bajo la forma en un slogan particular “Ni cómplices” (con el FMI), “ni sometidos” (al FMI). Si no es “cómplice”, en todo caso Massa sería un “sometido”, una categoría menor. Con estas piruetas, el FIT-U convierte al FMI en una coartada para no enfrentar la crisis hiperinflacionaria y la crisis política que genera, mediante un política socialista, con un llamado a “una intervención histórica independiente de la clase obrera”, un latiguillo de Altamira.