Escribe Julio Gudiño
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En un artículo referido al paro docente bonaerense de 48 hs. el compañero Mariano Hermida destaca que la masividad de la huelga es directamente proporcional a furibundo ataque contra la huelga por parte del gobierno de Kicillof y de la burocracia sindical, en especial del SUTEBA.
La campaña de terror contra la huelga y los huelguistas tuvo un capítulo particular en lo que respecta al derecho a huelga ya que el gobierno presionó a los Inspectores y Equipos Directivos para desconocer las notificaciones de los docentes donde informaban su adhesión al paro y colocar falta “injustificada” en vez de paro.
El Estado no “solicitó” a los directivos y secretarios, como plantea Hermida, a consignar como “injustificada” la adhesión al paro, sino que ejerció sobre estas categorías de asalariados de la educación una presión fabulosa para obligarlos a enfrentarse con los huelguistas dividiendo de este modo al colectivo de trabajadores docentes. Sino no destacamos este hecho no podemos ponderar adecuadamente la fuerza de la huelga autoconvocada y que muchos Equipos Directivos, a pesar de los aprietes del Estado y el propio SUTEBA, consignaron paro y no falta injustificada derrotando la maniobra divisionista del gobierno.
Por otro lado, mientras la campaña del gobierno contra el derecho a huelga no había cesado el propio gobierno hizo las liquidaciones de haberes de septiembre descontando los días de paro y fueron consignados en el recibo de sueldo como PARO y no como “falta injustificada” dejando en offside a los directivos y secretarios que cedieron a la presión del Estado.