A 105 años del genocidio armenio

Escribe Antonella Efe

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La antesala de la masacre más grande del pueblo armenio tiene sus orígenes a fines del siglo XIX, cuando comenzó la persecución por parte del Sultanato a aquellos armenios que comenzaron a organizarse y a cuestionar su lugar dentro del imperio Otomano. Una serie de levantamientos en los años 1894-1896 dieron lugar a lo que se conoce como las Masacres Hamidianas: entre doscientos y trescientos mil armenios fueron asesinados en los territorios de Zeitun, Sasun, Urfa, Van y Constantinopla.

Años más tarde, se produce la “revolución de los Jóvenes Turcos”, en un intento fallido de superar el estancamiento del Imperio y su fracaso en la guerra de los Balcanes. Esto dio lugar a que, tras el golpe de Estado del 1913 y en pleno desarrollo de la Primera Guerra Mundial, Turquía adopte un sesgo nacionalista aún más pronunciado, en la búsqueda de un “imperio homogéneo”, negando y exterminando a las minorías dentro del territorio.

El 24 de abril de 1915 el gobierno otomano de los jóvenes turcos iniciaba oficialmente lo que hoy conocemos como el primer genocidio del siglo XX, ordenando la detención y asesinato de cientos de líderes políticos e intelectuales. Prosiguió en un plan sistemático de exterminio donde fueron asesinados y deportados más un millón y medio de armenios en el lapso de ocho años. Primero comenzaron con los hombres, luego siguieron con las mujeres, niños y ancianos.

Durante todo el siglo XX el genocidio armenio fue invisibilizado deliberadamente por parte del imperialismo, que no sólo guardó silencio mientras la masacre se llevaba a cabo, sino que también fue cómplice. Es el caso del Imperio alemán, que proveyó armamentos al imperio Otomano.

En la actualidad, Turquía no sólo es un aliado militar clave de la OTAN, por la posición estratégica que ocupa, sino que también es un gran socio comercial de las potencias imperialistas. Es por eso que muchos países siguen ejerciendo el silencio o la minimización de los hechos en defensa de sus intereses: son menos de 30 los países del mundo que reconocen el genocidio como tal.

En cuanto al Estado turco, el cual sienta sus bases en este genocidio y en el gran proceso de acumulación de capital basada en la masacre de pueblos y la apropiación de sus bienes, aún niega sistemáticamente el carácter de genocida de estos hechos aberrantes.

En este nuevo aniversario, la lucha contra la impunidad y el negacionismo sigue vigente y se suma a las tantas otras luchas actuales a nivel internacional por los derechos humanos, como la masacre de la cual está siendo víctima el pueblo palestino a manos del sionismo.

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