Escribe Gabriela Jorge
Reservas de lucha del activismo frente a las maniobras de la burocracia y la patronal.
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El pasado viernes 27 de octubre se realizaron las elecciones de delegados en la planta local de la Coca Cola. El actual cuerpo de delegados sacó 190 votos (50 %), 123 votos (32 %) la fracción combativa y 63 la lista ligada a la burocracia de SUTIAGA. Participó el 89 % de los trabajadores.
Las elecciones se llevan adelante luego de meses de maniobras y postergaciones por parte de la burocracia sindical de SUTIAGA y el actual cuerpo de delegados, quienes -denuncian los activistas- la juegan de opositora a la dirección del sindicato, pero son parte fundamental de su engranaje. Frente a los últimos despidos, no ha movido un dedo para enfrentarlos y organizar una respuesta obrera. La burocracia solo puede ganar la elección como resultado de este operativo de fraude, llevando dos listas. Las elecciones, además, tienen un fuerte carácter antidemocrático. No reflejan el cuadro de fuerzas reales al interior de la fábrica, ya que la lista combativa gana en varios sectores. Bajo el sistema D´Hont, hubieran conquistado 2 de los 5 delegados en disputa.
Las elecciones de delegados fueron precedidas por los despidos de Gonzalo Abán, Cristian Ríos y Alberto Delgado, todos ellos parte de la fracción de la Coca que encabezó la última huelga por el salario y que torció los 420 despidos de la patronal. Asimismo, han sido candidatos opositores a la burocracia entreguista de SUTIAGA y FATAGA en las últimas elecciones generales de seccional.
Con los resultados sobre la mesa, queda al desnudo que estos despidos han sido un operativo conjunto de la burocracia y la patronal, ante la complicidad estatal del Ministerio de Trabajo y del gobierno massista de Sáenz, para descabezar al activismo y evitar así el avance de una tendencia combativa al interior de la fábrica. Que ahora la patronal de Arca dé luz verde a las elecciones tiene que ver con que las maniobras electorales del gobierno, como la derogación de la 4ta categoría del impuesto a ganancias, momentáneamente, descomprimió la presión del salario.
La votación de 123 compañeros por la fracción combativa es el reflejo, sin dudas, de una reserva de lucha de los compañeros. Importante a la luz de los desafíos que presenta la devaluación, tarifazos y contrarreformas reaccionarias que impulsan -sin grieta- quienes disputan el balotaje. Con esa fuerza, se presenta la oportunidad para retomar la organización y la acción obrera, desde abajo, por el salario, por la reincorporación de los compañeros despedidos y el conjunto de las reivindicaciones.
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