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La cercanía del balotaje hizo que trascendieran algunos nombres que Milei y Massa están arrimando para sus eventuales gabinetes. ¿Qué revela esa información? Que en los dos bloques se han encaramado los restos de Juntos por el Cambio, la coalición derrotada en la primera vuelta. Entre el ‘violador’ y el ‘protector’ de ‘derechos’, la diferencia se achica a medida que pasa el tiempo.
Por el lado de Milei, el candidato número uno para el ministerio de Economía sería Federico Sturzenegger, el ex presidente del Banco Central bajo el macrismo; ‘Sturze’ fue también, con Domingo Cavallo, ‘perpetrador’ del “megacanje” de deuda que financió la fuga de capitales antes de la declaración de bancarrota en 2001. En la lista de empleo se anota también su sucesor en el Banco Central, Luis Caputo, quien ya estaría prestando servicios -aunque no se sabe quién le paga- para un eventual gobierno de Milei. Al ex funcionario macrista se le atribuye haber contactado al FMI para gestionar un préstamo extraordinario de 10 000 millones de dólares. Milei viene prometiendo hace tiempo un ingreso inmediato de fondos internacionales del exterior.
La condición previa a cualquier socorro financiero -un “shock” inicial, devaluatorio, tarifario y ‘ajuste’ de gastos fiscales-, la prometió Milei en la reunión que tuvo con el círculo rojo en el hotel Alvear.
En la reunión, Milei insistió con su posición anti-China. Entre quienes lo aplaudieron estaban los directivos del grupo Techint, que acababan de hacer un aporte ‘blanco’ de 20 millones de pesos a la LLA para el balotaje. Paolo Rocca, el ‘top’ de Techint, ha planteado la necesidad de una “cadena de valor occidental” (sic) de suministro de acero. Para eso, la Argentina debería arribar a un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, como lo exige el “Acta de Reducción de Impuestos”, firmado por Biden el año pasado. Se trata de un plan de reindustrialización de Estados Unidos, solventados por cadenas seguras de provisión de materias primas. Si no es bajo los compromisos de un acuerdo comercial, EEUU no comprará el litio que se produce en Argentina ni autorizará inversiones con vistas al mercado norteamericano. En la división que separa a la burguesía entre Milei y Massa, se cuela la guerra internacional entre Estados Unidos y China, tanto económica como geopolítica.
En la misma reunión del circulo rojo, otro representante empresario advirtió a Milei acerca del respeto “a la Constitución, las leyes y la división de poderes”. Hablaba en nombre de la Asociación de Bancos, que teme un planteo confiscatorio sobre la deuda del Banco central con los bancos privados, tipo plan Bonex. La cuestión se planteó crudamente hace algunos meses atrás, cuando otro macrista, Luciano Laspina, avisó que un eventual gobierno de Bullrich “no estaba obligado a reconocer la montaña de deudas que deja este gobierno”. La advertencia le valió a Bullrich una reprimenda, justamente, de la Asociación de Bancos, que hoy está volcando sus favores hacia Massa.
En la otra vereda, Massa reveló haberle ofrecido a Horacio Larreta la cartera de Economía, para un eventual gobierno de “unidad nacional”. Detrás de Larreta, se anotan Martín Redrado y varios otros economistas del círculo áureo del capital financiero. En su discurso en el Hotel Alvear, Massa le prometió a los empresarios un boom exportador, pero la burguesía exportadora reclama primero poner fin al ‘cepo’ y a la maraña de regulaciones. Se lo hizo saber, semanas atrás, la industria petrolera, con un lock out liderado nada menos que por los directivos camporistas de YPF.
Los monopolios del petróleo y el gas reclaman la redolarización de las tarifas. Es el programa que difundía hasta hace unas semanas Carlos Melconian, el frustrado ministro de Bullrich… que ahora se reúne con Massa, a quien plantea la necesidad de un “ajustazo” fiscal. Massa plantea gradualismo –para devaluar, para desarmar la bomba de las Leliqs, también para ajustar-. Si Massa dilata el ‘shock’, el golpe económico lo dará ‘el mercado’, en lugar del Estado
En esencia, tenemos al choque entre dos fracciones de la burguesía y del capital financiero. A comienzos de esta campaña, ese choque se había manifestado bajo la interna del macrismo. Uno de los mayores enfrentamientos entre Larreta y Bullrich tuvo lugar cuando ésta propuso “blindar” el levantamiento del cepo con una gran operación de deuda internacional, como hizo Macri apenas asumió en 2015. Larreta le contestó que eso iba a producir una fuga de capitales, como la que tuvo en 2001 (y en 2017/8). Todo esto lo anticipamos desde estas páginas.
Este impasse se repite hoy, cuando, los Milei-Caputo-Sturzenegger, o los Massa-Larreta-Melconian tramitan ese mismo socorro financiero. El capital internacional no moverá una sola pieza sin la señal de un ajustazo de alcance estratégico contra las masas.
El carácter reaccionario de los protagonistas de esta pugna nos exime de mayores comentarios. Los remedios que se manejan en las dos veredas de este choque de intereses -devaluación, tarifazos, ajuste fiscal, contrarrevolución laboral- comportan un escenario catastrófico para las masas. La preparación política de las luchas por venir exigen que este domingo desautoricemos a los ajustadores.
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