Escribe Eugenia Arribalzaga
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Este miércoles, Elvio Dalto, de 46 años, trabajador de la fábrica Rigolleau, falleció por asfixia en el momento en que se encontraba en una fosa realizando tareas por fuera de su oficio -soldador- para cubrir a un compañero.
Un camión de carga volcó la carga total en la fosa donde se encontraba Elvio, produciendo su muerte instantáneamente. Mientras retiraba el cuerpo, la fiscal a cargo dictaminó que la fábrica no detuviera la producción. Cuando la familia fue a reconocer y retirar el cuerpo nadie se acercó y todo seguía funcionando como si nada hubiera ocurrido.
En junio de 2020, otro trabajador de Rigolleau, Víctor Villalba, de 37 años de edad, fue aplastado por una bolsa de yeso de más de 1000 kg. La de Elvio es la segunda muerte que se produce dentro de la fábrica en dos años y medio.
En febrero de este año un extrabajador de la fábrica escribió para Política Obrera un artículo donde denunciaba las condiciones de flexibilidad, inseguridad y riesgo extremo a las que son sometidos los obreros de Rigolleau, haciendo una analogía con las condiciones de trabajo de industrias de principios de siglo. La complicidad y el silencio de tumba de la burocracia del SOIVA y del Ministerio de Trabajo frente a esta muerte y a la flexibilidad laboral en la fábrica delatan su posición de sirvientes de este régimen.
Es necesaria una asamblea autoconvocada por parte de los trabajadores, con la perspectiva de un paro por tiempo indeterminado, en defensa de sus vidas y las de sus compañeros, hasta que se garanticen las condiciones de seguridad. Es también una necesidad imperiosa recuperar los sindicatos de manos de las burocracias, para la defensa de la calidad de vida y la vida misma de los compañeros.
Este lunes asumirá una vez más la “casta” del régimen. Traen entre manos uno de los ataques más furiosos contra la clase trabajadora: pretenden darle un marco legal a la destrucción total del salario y de los derechos laborales. Lo que anuncian estas medidas son cientos de Elvio y Víctor más, para la voracidad de las patronales y el capital financiero.
La clase obrera enfrenta un desafío estratégico. Es necesario un debate urgente que caracterice la situación de barbarie a la que nos arrastra este sistema de muerte.