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La situación en la Vuelta del Paraguayo, uno de los tantos barrios costeros de la Ciudad de Santa Fe, no deja de empeorar. Además de las impresionantes inundaciones que asolan la barriada, se le sumó el corte del suministro eléctrico.
Asimismo, los vecinos señalan que están aislados de la ciudad. Es decir, en caso de tener una urgencia, la única forma de llegar a algún centro de salud es mediante canoas o lanchas (vale destacar que el barrio no cuenta con atención primaria de salud, por lo que sí o sí tienen que salir del mismo).
Sumado a los propios riesgos a la salud que implica la inundación, hay una invasión de animales que se escapan de la crecida, como lo son las yararás, los yacarés, entre otros, que pueden suponer un grave riesgo a la salud y la integridad física de los vecinos. Por otro lado, un estudio de la Universidad Nacional del Litoral dio positivo a leptospirosis en el agua que inunda el lugar (una enfermedad infecciosa potencialmente mortal).
En una reveladora entrevista en el portal Santa Fe Plus, la vecina Agustina Schutt denunció: “Uno no pretende que lo atiendan como a un rey, pero sí que nos den las cosas básicas como la salud. Uno debe estar rogando para que entre una ambulancia o venga un médico. El señor Poletti (intendente de Santa Fe), dice que está asistiendo. Pero del otro lado, acá no (por el grupo de vecinos que están evacuados a la vera de la ruta)”.
Cómo podemos observar, la situación es alarmante. La declaración de emergencia hídrica tanto del municipio como de la provincia llega tarde. Las nuevas autoridades durante toda la campaña electoral no hicieron mención al asunto cuando todo el mundo ya preveía que la crecida iba a llegar más pronto que tarde.
A la Santa Fe de los millones para el puerto, los bulevares, las peatonales y las zonas comerciales que significan un brutal proceso de revalorización de estas zonas, se le oponen los barrios populares sin salud primaria, como La Vuelta del Paraguayo; otros sin agua potable, como varios barrios del norte. El Estado abandona los barrios para asegurar los negociados con las inmobiliarias y las constructoras.