Alimentación: la burocracia firma salarios de pobreza y desmoviliza a los trabajadores

Escribe Pablo Busch

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El sindicato de la Alimentación firmó el martes a última hora un principio de acuerdo salarial para los meses de enero y febrero del corriente año. El acuerdo consiste en una suba del 34% sobre los salarios de diciembre y en un aumento del 20% en febrero sobre los salarios de enero. Además, una suma extraordinaria de $40.000 por única vez. El acuerdo final no se ha dado a conocer en su totalidad, solo el ´principio de entendimiento´, por lo que algunos detalles del mismo estarán por verse.

El tipo de acuerdo bimestral hace tiempo que se viene implementando, aunque siempre venía calculándose con la base anual de las paritarias tradicionales: este acuerdo desconoce la base anual y se calcula mes a mes, al igual que los incrementos de precios reales. El básico inicial del trabajador de la alimentación pasará a ser de $2.580$la hora en enero (un básico total de $516.000) y de $3.120 la hora en febrero ($624.000 de básico mensual), lo que coloca a buena parte de los trabajadores de la alimentación bajo la línea de pobreza.

El gobierno de Javier Milei, en el DNU, colocó a toda la industria de la Alimentación como “esencial” o de interés estratégico por las exportaciones, por lo que se cercena su derecho de huelga, teniendo que garantizar un 30% la producción. Durante la pandemia también la industria alimentaria fue forzada a continuar produciendo. El acuerdo de salarios de STIA no refleja este “interés estratégico” de ningún modo, manteniendo a los ´esenciales y estratégicos´ debajo de la línea de pobreza.

Estos básicos contrastan notoriamente con el que acaba de suscribir aceiteros por 1 millón de pesos para el salario inicial a partir de enero, prácticamente el doble que los del STIA, con una particularidad: prácticamente todas las aceiteras (Aceitera General Deheza, Molinos, etc) son parte también de la cámara de empresas alimenticias, pagando en el convenio alimenticio salarios a mitad de precio. La suma ‘extraordinaria’ de 40 mil pesos está muy por debajo de los bonos acordados en las principales fábricas y seguramente será absorbida por las mismas. Siguiendo la comparación, la suma del STIA es menos que la décima parte de la suma firmada por la Federación de Aceiteros –más de 600 mil pesos.

El aumento total suma un 62% sobre los salarios de diciembre. Como en las demás paritarias, los incrementos salariales de los trabajadores alimenticios van por detrás de la inflación, lo que deja un margen de ganancias impresionante para las patronales. Pero hay un dato central: los alimentos fueron el rubro que más subió los precios en diciembre, con un incremento promedio de 32,2%; sumados diciembre, enero y febrero, se estima un alza total del 84%.

El acuerdo del STIA deja afuera de la discusión las condiciones de trabajo, que en la industria de la alimentación son durísimas; con turnos rotativos o americanos, trabajo obligatorio los fines de semana, premios de producción y de presentismo. La firma de salarios a la baja es la piedra angular para que las empresas fuercen a los trabajadores a aceptar estas condiciones, que además el STIA promueve que se discutan empresa por empresa.

La paritaria del STIA se firmó al calor del paro nacional del miércoles 24, en el cual el impulso a la huelga quedó en manos de algunas seccionales y cuerpos de delegados. La seccional que conduce la Federación, a cargo de Héctor Morcillo, no impulsó la adhesión de los trabajadores a la huelga cambiándola por asambleas de dos horas por turno, que tampoco se cumplieron en la mayoría de los establecimientos del interior del país. El repudio a este tipo de conducción burocrática de los sindicatos fue, según coinciden la mayoría de los activistas, una razón fundamental del voto a La Libertad Avanza.

Las fuerzas de los trabajadores de la Alimentación, que se han expresado en otras paritarias con huelgas autoconvocadas y en luchas contra los atropellos patronales, no se han liberado aún contra estos acuerdos a la baja que completan el cuadro con la reforma laboral del DNU y la Ley Omnibus. Una cantidad de delegados vienen impulsando un reclamo a la conducción de la Federación para que los acuerdos salariales se discutan con los trabajadores: ahora está claro que no será así y que los trabajadores tienen que tomar la posta: por un aumento salarial del 100% que lleve el inicial arriba del millón de pesos y en rechazo a la reforma laboral del gobierno, venga en ómnibus o en el DNU.

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