Las paritarias bajo el gobierno de Milei

Escribe Pablo Busch

La CGT acompaña el desacople de los salarios de la inflación.

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Las primeras paritarias cerradas en 2024 no muestran un quiebre entre el Gobierno de Milei y el de Sergio Massa. Los gremios firman paritarias cortas, bimestrales o trimestrales, que en líneas generales buscan compensar la inflación de los meses pasados, con cláusulas gatillo mensuales.

En el caso de Camioneros, una paritaria que suele ser testigo de las demás, la negociación entre los Moyano y las empresas terminaron con un incremento del 33,5 % para los meses de enero y febrero. Los aumentos dejaron de tener una base anual. El aumento sobre el mes de diciembre de 2023 es en dos cuotas: 12.5 % en enero y el restante 21 % en febrero. En un mismo sentido, papeleros firmó una paritaria bimestral que lleva el salario básico a 460.000 pesos. Hay varios sindicatos que firmaron cláusulas gatillo para el último periodo: es el caso de la UOM, de Atilra, del SUTNA y otros.

Las patronales admiten este tipo de compensación por inflación, incluso por la de diciembre, porque el método establecido de negociación bimestral o a mes vencido representa en sí mismo una rebaja salarial enorme para los trabajadores. Con una inflación menor y acuerdos semestrales, las patronales pagaban salarios “atrasados” a tres o seis meses; en la actualidad las patronales ganan más aún con la compensación mensual. Este modelo que se instaló bajo la tutela de Massa en el Ministerio de Economía, tiene su continuidad ahora bajo el gobierno de Milei. En ningún caso se ha planteado la recomposición por confiscación inflacionaria de los salarios, como sería un aumento del ciento por ciento de inmediato.

El “desacople” de los salarios de la inflación se reivindica desde el Ministerio de Trabajo del nuevo gobierno. Una negociación salarial con un atraso de dos meses, con la inflación al 25 % mensual, representa una reducción salarial del 50 %. Basta ver las actualizaciones salariales del mes de enero que cobrarán trabajadores de distintos gremios: Comercio en enero, un 13,3 % -lleva el básico a 397.400$; empleadas domésticas, 10 %; Alimentación (avícola), un 23,5 %; encargados de edificios, un 11 %, y la lista sigue-. La línea de pobreza es de 500.000 pesos

En la matemática anual, los sindicatos defienden que con esta política los salarios le empatan a la inflación; por eso la reivindicación salarial de conjunto está notoriamente ausente del pliego del paro del 24. Esto oculta la realidad: que la política de los salarios yendo detrás de la inflación significa una reducción salarial cada vez mayor, a medida que avanza la inflación. Todo esto sobre salarios básicos abajo de la línea de pobreza y que abren paso a cláusulas de flexibilidad laboral cada vez peores. Aún en los mejores acuerdos salariales, como el del SUTNA, la diferencia acumulada entre el acuerdo semestral -julio a diciembre- y la inflación supera los 41 puntos porcentuales.

Un aumento de salarios y jubilaciones del 100 % y de las asignaciones sociales invertiria la ecuación de los salarios corriendo detrás de la inflación y servirá de reaseguro para el poder adquisitivo de los salarios. Para proteger los salarios, además, serán necesarias cláusulas de indexación quincenales o semanales de los salarios.

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