Escribe Marcelo Ramal
Por una huelga general que termine con el plan Milei y por un ciento por ciento de aumento de salarios y jubilaciones.
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El gobierno ha ratificado la sesión del Congreso que debería tratar la ley ómnibus. La decisión, sin embargo, no está acompañada de una certidumbre sobre su resultado. Milei sólo ha ratificado la convocatoria ante la necesidad de cerrar el capítulo interminable de los tironeos y postergaciones por la ley. Se trata, también, de clausurar el escandaloso capítulo del dictamen trucho de mayoría, que fue firmado en blanco por los diputados y que ha terminado en la Justicia.
La sesión maratónica tiene final incierto. Varios bloques han pedido dividir la sesión, con sucesivos cuartos intermedios, para ordenar los sucesivos empantanamientos en la discusión de la ley.
El retiro del “paquete fiscal” ha agravado el impasse. Por un lado, el gobierno se encargó de anunciar que la recaudación manca de los derechos de exportación sería reemplazada por mayores ajustes, entre otras áreas, a las provincias. Por el otro, los gobernadores se complotaron para reclamarle al gobierno una parte del impuesto especial a las importaciones –“PAIS”- que fue incrementado hace un mes. Aunque el ministro Francos les aceptó el reclamo, después Milei lo desautorizó, dejando al ministro del Interior al borde de la renuncia. La pelea de rapiña por este impuesto es significativa, pues su valor se incrementa con la suba del dólar. Estos choques han puesto en evidencia que las finanzas provinciales están el default, algo celosamente oculto hasta ahora. Todavía está en el recuerdo la reivindicación de Córdoba en el debate presidencial. La Rioja ha emitido moneda propia.
Las otras medidas oficiales para resarcirse de la caída del paquete fiscal acentúan la catástrofe social y económica. Los “cerebros” de Caputo quieren subir el impuesto a los combustibles, otro impulso a la inflación. Pero la gran apuesta del gobierno para la ejecución del ajuste es la licuación de las jubilaciones. En las actuales condiciones, el sostenimiento de la fórmula de movilidad “Fernández-Massa-Guzmán” -que excluye a la inflación en su cálculo- implica una confiscación a los jubilados todavía mayor a la perpetrada en los últimos años. La consultora “Equilibra” estima “un ajuste de hasta 4,4% del PBI, con mucho margen para moderar esa caída con bonos y, aun así, achicar el gasto a expensas de los haberes” (El Cronista, 29.4). En un plano más general, los recortes compulsivos están conduciendo a una situación que roza la paralización económica.
En este cuadro, el jefe de gabinete, Nicolás Posse, ha sacado de la manga un viaje a Estados Unidos para pedirle al FMI que sostenga el acuerdo con Argentina -virtualmente caído. La visita incluye a los cuarteles generales de la CIA. En medio de las guerras imperialistas en curso, el socorro financiero se tramita a cambio de alinear a Argentina en la OTAN.
Los choques y divisiones atraviesan a todos los bloques. La votación “en general” será seguida por múltiples rechazos de artículos en particular. En el PRO, el operativo clamor que en las últimas horas se ha desatado para que Macri vuelva a presidir el partido, en oposición a Bullrich, anticipa una división que podría afectar esas votaciones particulares. En el bloque que preside Pichetto, la dispersión es todavía mayor. Milei, por su parte, ha vuelto a blandir la amenaza del plebiscito. Pero esa espada está cada vez más mellada.
Desde el paro del pasado 24 hasta hoy, la CGT se ha llamado a silencio. La burocracia hace seguidismo al peronismo acéfalo, que va perdiendo gobernadores, legisladores y a excandidatos como Scioli. Daer dijo en el acto del paro que la política de la CGT es la Unión Nacional -con Milei adentro-. Pero las urgencias obreras se multiplican en medio de la desorganización económica. Es el caso de las suspensiones en las automotrices, por falta de insumos; los despidos en el neumático (Bridgestone) y en la UOM (Ternium), y los que tienen lugar como consecuencia de la paralización de la construcción. La situación salarial amenaza con explotar por el lado de la UTA.
Llamamos a impulsar en los lugares de trabajo, de estudio, en las asambleas y las calles, una huelga general que termine con el DNU y el proyecto ómnibus.
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Cómo derrotamos a un gobierno “agónico” Nota de tapa de Política Obrera N°87 edición impresa, 24/01/2024.