Escribe Agustina Martelli
Mañana 14 de febrero
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El viernes 9/2 se reunió la asamblea de becaries de CABA que reunió investigadores en formación de distintos organismos: CONICET, Agencia, UBA, postulantes a becas, para intercambiar sobre las problemáticas del sector. En el CONICET: congelamiento presupuestario, despidos de personal administrativo y de los guías del Centro Cultural de la Ciencia, suspensión de becas extraordinarias y externas, postergación de la difusión de los resultados de la convocatoria a becas 2023 y promociones en la carrera de investigador, y la incertidumbre sobre futuras convocatorias e ingresos al organismo. Las becas Agencia no están percibiendo los aumentos correspondientes ya que el organismo del que dependen todavía no tiene autoridades nombradas, y peligra su continuidad laboral. En cuanto a las becas de universidades nacionales, en casos como la UBA o la UNLP, los estipendios están muy por debajo de los del CONICET y por debajo de la línea de pobreza, a pesar de que se trate de un trabajo con dedicación exclusiva. Las universidades nacionales también tienen su presupuesto congelado a valores de 2023, lo cual, con una inflación interanual del 200% pone en duda que puedan funcionar todo el año. La UBA no ha realizado tampoco el llamado a becas de posgrado y estímulo para 2024, que debía realizarse en diciembre.
Las autoridades “opositoras” por ahora tienen una actitud dubitativa y de espera: terminan siendo correa de transmisión del ajuste, que ha comenzado por los eslabones más débiles del sistema: despidiendo personal que recién ingresa o precarizado, suspendiendo nuevos ingresos, dejando correr la licuación salarial por inflación. La “resistencia” planteada sería en condiciones absolutamente penosas y de vaciamiento de los organismos. El gobierno de Milei, por su parte, utiliza el presupuesto como un arma de extorsión para intentar compensar su debilidad política, ya que no cuenta con apoyos firmes en ningún organismo. Ya ha dejado en claro que no le interesa la continuidad del CONICET, pero en lugar de un cierre brusco lo que estamos presenciando es una mezcla de improvisación y vaciamiento como paso previo a una reorientación privatizadora. Mientras se anunciaban los despidos, se llevaba a cabo una reunión entre Salamone -el presidente de CONICET nombrado por Milei- la Canciller Mondino y el embajador de Emiratos Árabes Unidos “sobre el interés de crear un consorcio tecnológico, integrado por expertos científicos del CONICET y empresas públicas y privadas tanto de Argentina como emiratíes, que podrían trabajar en proyectos vinculados a la ciencia, tecnología e inteligencia artificial”. En otras palabras, un intento de utilizar los científicos argentinos de altísimo nivel académico pero con salarios bajísimos al servicio de empresas y conglomerados científicos privados de un país que es un socio estratégico del imperialismo norteamericano en el Golfo Pérsico. El sector privado únicamente financia aquellos proyectos que le pueden reportar un retorno económico en el corto o mediano plazo, históricamente y a nivel mundial ha dejado que los Estados financien con dinero público las otras áreas de la ciencia básica cuyos resultados necesita absorber el mercado, pero que no le interesa sostener. El desarrollo privado de la inteligencia artificial convive en la lógica del gobierno con el oscurantismo reaccionario y anticientífico: la negación del cambio climático, el cuestionamiento a las ciencias sociales y a los estudios de género, el ataque a los derechos reproductivos de las mujeres y a los derechos de las diversidades sexuales, y el financiamiento de las Iglesias Católica y Evangélicas en materia de asistencia social y territorial van en esta dirección. Para un gobierno como el de Milei no hay problema en destruir un organismo público como el CONICET, aunque lidera todos los rankings en excelencia de organismos científicos de Latinoamérica y está muy bien posicionado a nivel mundial, con recursos más que exiguos e insignificantes a nivel del presupuesto nacional.
Estamos en un momento de inflexión delicado en relación al sector científico y universitario: de no haber perspectivas de continuidad, se perderían valiosas líneas y equipos de investigación, que pasarían a dedicarse a otros trabajos o incluso que emigrarían al exterior, fenómeno que representaría un salto sobre un proceso preexistente, debido a los bajos salarios y las malas condiciones laborales. Intervenir ahora es de vital importancia y la organización ya ha comenzado desde los sectores más precarizados.
La asamblea de becarios de CABA resolvió movilizar masivamente al Polo Científico Tecnológico, en Godoy Cruz 2320, el miércoles 14 de febrero a las 10 hs. mientras se desarrolla una nueva reunión de directores del CONICET, con la expectativa de que haya resoluciones sobre los temas más acuciantes y que las autoridades accedan a reunirse con los representantes gremiales que convocan a concentrarse: Jóvenes Científicxs Precarizados, ATE, la recientemente conformada Red de Autoridades de Institutos de Ciencia y Técnica (RAICyT), el colectivo de Postulantes a Becas CONICET 2023, la asamblea interclaustros de Exactas-UBA y centros de estudiantes como el de Exactas y Filosofía y Letras de la UBA.
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