Escribe Mariano Hermida
Desenmascara la paritaria trucha de Milei, los Gobernadores, las patronales de la educación y la burocracia de la CGT.
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El Congreso Extraordinario de CTERA resolvió un paro nacional de 24 horas de no inicio con movilización para el lunes 26 de febrero. Muchos no se lo esperaban, por ejemplo, los grandes diarios, porque el pseudosecretario de Educación había convocado a una reunión nacional, que no era una paritaria sino un sucedáneo, a los gobernadores e incluso a la patronal de la educación comercial o privada. Los sindicatos docentes peronistas aceptaron la invitación, incluido SADOP. El propósito evidente de la camarilla ‘libertaria’ era desarmar el paro general de No Inicio del ciclo lectivo que ya había sido votado por seccionales de CTERA, como SUTEBA, AMSAFE, AGMER y ADOSAC. Un conjunto de asambleas y plenarios se habían pronunciado por no iniciar las clases más allá de las 24 horas como pretendía CTERA, con paros de 48 y 72 horas semanales. El 26 de febrero próximo el inicio de clases en las provincias de Córdoba, CABA, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, Mendoza, San Luis y Santa Fe, será celebrado con un paro nacional. Las restantes, como Buenos Aires, comienzan las clases el 1 de marzo.
El Congreso de CTERA advirtió que levantar las acciones directas ya votadas, en función de la asistencia a una reunión a la que había sido invitada para el día siguiente, significaba asestarse un auto golpe. La reunión misma ahora se encuentra en cuestión, o por lo menos la admisión de la delegación de CTERA. Es que, al fin de cuentas, esa reunión ‘mileísta’, que no es la paritaria, debe tratar puntos caros para gobernadores en general y peronistas en particular, como es la restitución de los fondos nacionales educativos que Milei acaba de suprimir. El kirchnerismo está empeñado en introducir una cuña entre las administraciones provinciales y el gobierno antiobrero, incluso cuando la evidencia es la contraria: que es Milei quien ha introducido esa cuña contra el kirchnerismo, como lo muestra la composición arbitraria de las comisiones de seguimiento del Congreso que deben tratar el DNU 70, que instaura el gobierno por decreto, el régimen del protocolo represivo y liquida el derecho de huelga. La burocracia de CTERA quiere satisfacer a las dos puntas, gobierno y gobernadores, de un lado, asambleas y plenarios docentes, del otro. En las próximas horas veremos el desarrollo de esta crisis.
El reclamo central de la CTERA no es un aumento salarial que recomponga el salario perdido desde 2018 y en especial desde diciembre último. Lo demuestra lo que firmó con Kicillof, que establece un salario conformado largamente inferior a la canasta familiar y a la canasta básica. El reclamo central es la restitución de los fondos nacionales educativos, que tienen por objeto ofrecer un complemento salarial a los docentes de las provincias que pagan los salarios más bajos. CTERA quiere sostener una alianza política con gobernadores, cuando la lucha fundamental tiene que ver con las paritarias y convenios laborales por provincia. Incluso en las provincias que han votado medidas de huelga relativamente prolongadas, el reclamo salarial y de financiamiento de la educación está lejísimo del necesario. El congreso de CTERA ratificó el paro de No Inicio, y también la participación en el “conversatorio” que convocó Milei. CTERA anunció que asistirá a la convocatoria del gobierno nacional luego del paro y que convocará a un plenario de secretarios generales “en caso de no tener respuestas a lo reclamado”. La lucha docente se encuentra en la primera fase de un desarrollo político explosivo. Milei ha anunciado que es inminente la declaración de la educación como “servicio esencial”.
Los sindicatos docentes de la CGT han levantado las medidas de fuerza ante la convocatoria del gobierno. Esto abre una crisis mayor en la burocracia, pues el Frente Gremial Docente Bonaerense representa el frente político de SUTEBA con sindicatos de la CGT (UDocBA).
El Congreso de CTERA no definió la continuidad de la huelga del 26; tampoco están previstas asambleas de base. El inmovilismo del kirchnerismo sindical es patente. Las resoluciones del Congreso no hacen referencia a las movilizaciones que deben acompañar el paro nacional.
La huelga del 26 será parcial, porque no incluye a los sindicatos que inician las clases el 1 de marzo. Debe ser el terreno, sin embargo, para una poderosa intervención de todos los luchadores docentes, y cuando en diferentes provincias se lleven a cabo las huelgas de 48 y 72 horas. Nuestra corriente, Tendencia Docente Clasista, pondrá todos sus esfuerzos en hacer efectiva la huelga nacional e impulsará la organización de piquetes, movilizaciones y actos callejeros que abonen la perspectiva de una huelga general que derrote el plan de guerra contra la clase obrera de Milei y sus colaboradores.