Escribe Alejandro Barton
Retrato de una crisis terminal.
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Un reciente Informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA) reveló que el 30 % de los alumnos de las escuelas privadas (consideradas en todos sus niveles de enseñanza) provienen de familias pobres; es decir, por debajo de la línea de pobreza trazada por el INDEC. La cifra refiere a los datos acumulados del segundo semestre de 2023 de 4325 hogares encuestados de distintos centros urbanos del país. Teniendo en cuenta la inflación de los meses transcurridos de este año, la fracción de estudiantes pobres en las escuelas privadas es de esperar que sea aún mayor, aminorado posiblemente por un desplazamiento hacia la escuela pública.
El mismo informe revela el crecimiento del porcentaje de niños/adolescentes “en situación de pobreza o indigencia” desde 2017 (de un 44 % a un 63 % de pobreza de 2017 a 2013 y de un 10 % a un 16 % en la indigencia). Además, un 5,2 % de los alumnos requieren algún tipo de ayuda estatal. El porcentaje de este sector es aún mayor si se tiene en cuenta que se calcula sobre el total de la población de niños y adolescentes escolarizados del país. Por último, el estudio señala que la distribución de gestión de escuela que eligen las familias es la siguiente: 80,70 % estatales, 12,60 % privada laica y 6,80 % privada parroquial.
La investigación no es ingenua, ya que un porcentaje de las escuelas privadas es confesional, por lo que un informe elaborado por la UCA y enviado al secretario de Educación Carlos Torrendell puede ser leído como un reclamo de sostenimiento de la educación privada. Según una de sus autoras, “ya enviaron el nuevo informe al secretario de Educación Carlos Torrendell (que viene de la UCA), para que no vuelva a repetirse que la ayuda vaya solo a las familias que mandan a sus hijos a las escuelas estatales” (Clarín,14/03).
El argumento de la “ayuda a la población vulnerable” fue recogido por la patronal educativa de la provincia de Buenos Aires (distrito donde la crisis del sostenimiento de las escuelas privadas es ostensible) en defensa de su salvataje por parte del Estado. Para Martín Zurita -Asociación de Institutos de Enseñanza Privada de la Provincia de Buenos Aires (AIEPBA)– “el informe de la UCA refleja muy bien lo que pasa en las escuelas privadas de la provincia (…) Hay un sector que es el que ya está en la escuela económica y ahora no la puede sostener. Y ahí sí podría estar el Estado. Un apoyo económico para poder sostener esta matriculación” (Clarín,14/03).
Recordemos que en febrero, luego de los aumentos autorizados y el derrumbe salarial que impide el pago de las cuotas, el gobierno nacional había salido al rescate de los colegios privados con la prórroga hasta fin de año de la eximición del pago de contribuciones patronales y el anuncio de un programa de vouchers para la compra de útiles escolares y financiamiento de las cuotas.
La escuela privada argentina está fuertemente subvencionada por el Estado. Según datos de 2021 (lo últimos disponibles), por cada $100 que el estado destina por alumno, $55 son a alumnos de escuelas privada (Infobae, 9/11/23). Las escuelas que cobran aranceles están categorizadas en tres grupos según los porcentajes de subvención que reciben, cubriendo un rango de un 40 % a un 80 %.
El subsidio a la educación privada permite a los gobiernos de turno operar con presupuestos muy alejados de las necesidades educativas de su población y a las escuelas privadas sostener un margen de ganancia “razonable”.
El 30 % de familias pobres que recurren a la escuela privada que revela la UCA señala que una parte significativa de las familias trabajadoras recurren a la escuela privada ante el derrumbe de la pública. Por otra parte, la imposibilidad de pagar las cuotas, los cierres de escuelas privadas en PBA registrados en 2023, los reclamos de las patronales educativas de subvenciones y otros rescates del Estado, que acentúan la tendencia privatista, son síntomas de la imposibilidad de la sociedad capitalista en esta fase de sostener una necesidad básica como la educación; como muchas otras, claro.