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Luego del enorme paro nacional universitario del 14 de marzo, que paralizó a todas las UUNN del país, se reunió el congreso nacional de CONADU Histórica para discutir la continuidad del plan de lucha docente.
Las particularidades de este congreso fueron varias: sesionó con sus casi 90 delegados en la plaza frente al Palacio Pizzurno, sede de la Secretaría de Educación de la Nación. La idea era colocar una carpa (a modo de protesta), pero esto fue impedido por la policía de la Ciudad de Buenos Aires, que dispuso un operativo con decenas de efectivos y carros de asalto y que, por otro lado, filmó (pretendidamente de modo encubierto) casi la totalidad del congreso. Por otro lado, se hicieron presente delegaciones de lucha de Télam, del INCAA, de diversas seccionales de ATE, algunos representantes estudiantiles y no docentes vinculados con la izquierda, del sindicato de la docencia universitaria brasileña –ANDES-, entre otros, que efectuaron un saludo e intercambiaron opiniones con los asistentes. También estuvo presente (como delegado de Salta) Nahuel Morandini, el docente universitario que estuvo detenido más de 60 días en Jujuy, por un comentario en la red social Twitter. Nahuel agradeció el apoyo recibido en la lucha por su liberación y denunció el régimen autoritario que se vive en la provincia donde él reside. Por otra parte, el gobierno pretendió minimizar su efecto anunciando un “anuncio” de aumento del 70 % en la partida de gastos de funcionamiento de las Universidades, un anuncio que, de concretarse, equivaldría a un aumento del presupuesto universitario que no llega al 5 %. El objetivo de este “anuncio”, además de confundir y de intentar debilitar al paro, era abrir una negociación con las distintas camarillas rectorales. Cabe acotar que la maniobra fracasó completamente y el paro logró su cometido de trascender a la esfera mediática nacional.
El congreso estuvo enfocado en analizar el ataque que están viviendo las universidades nacionales de parte del gobierno de Milei y en procesar la reacción que se está gestando de parte de la comunidad universitaria. El paro tuvo un acatamiento altísimo, con lo que colaboró que el sector No Docente se haya sumado (la FATUN no hacía un paro propio desde hace más de una década). En numerosas provincias el paro incluyó actividades de movilización, pero que todavía no reunieron a contingentes numerosos de docentes y no docentes. Hubo apoyo estudiantil, pero aún minoritario.
La totalidad de las asociaciones de base llevaron propuestas de continuar con el plan de lucha. El oficialismo de la Federación, no obstante, logró una votación favorable para una propuesta de paro de 48 horas a coordinar con las otras federaciones universitarias, o sea, sin una fecha precisa aún, probablemente en la segunda o tercera semana de abril. La fecha se definirá en la semana que comienza. Esta propuesta está acompañada de una marcha nacional universitaria. Los sectores opositores, por su parte, propugnaron que la federación no hipoteque el plan de lucha a lo que se pueda coordinar con las federaciones burocráticas, que históricamente han frenado y entregado todas las luchas, tomando como ejemplo a la gran huelga del año 2018.
El debate por “la fecha”, no obstante, traduce de un modo distorsionado el debate por la estrategia de la federación en la actual situación: si se va a transformar en el motor de una acción histórica de la docencia, que sume y arrastre al conjunto de la comunidad universitaria e, incluso, a todo el pueblo en la defensa de la universidad pública y de los salarios, o si, por medio de maniobras y acuerdos, va a buscar actuar con los agentes de los rectores en el movimiento docente, o sea, ir al rescate de la burocracia kirchnerista desmoralizada y fracturada.
La estrategia del PCR y de la Verde apunta en esta última dirección. La estrategia que defendimos desde ADIUNT, apunta en la dirección contraria: la preparación de la huelga general universitaria y la estructuración de un plan de lucha progresivo, que busque coordinar a los sectores que efectivamente van sumándose a la lucha y les ofrezca una perspectiva para derrotar al gobierno de Milei, aprovechando las profundas divisiones que lo corroen.
Más allá de cuál sea finalmente la fecha del próximo paro y de la marcha nacional educativa, el activismo docente universitario de todo el país debe comenzar a prepararlo de inmediato por medio de la agitación y la coordinación, sin esperar que la burocracia históricamente entregadora juegue algún papel progresivo.