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La fábrica metalúrgica Longvie anunció la suspensión de la mitad de los 230 trabajadores que prestan tareas en su planta en Paraná, Entre Ríos. Allí se producen termotanques a gas y eléctricos, calefones y estufas. La medida podría alcanzar a las demás plantas de la empresa, en Catamarca -donde se fabrican lavarropas- y en Villa Martelli -donde fabrican hornos y cocinas.
Según distintas fuentes, se aplicarían cuatro días de suspensión este mes y diez días el mes que viene. Los trabajadores suspendidos verán reducidos sus salarios, aunque todavía se está discutiendo con la UOM local en qué porcentaje. Se habla de un pago no remunerativo de entre el 70 y el 77%. Las suspensiones en Longvie Paraná se suman a las que ya se llevan adelante en otra fábrica metalúrgica, Nexo, en la misma localidad entrerriana.
La ola de suspensiones en la industria se extiende a lo largo y ancho del país: entre suspensiones y adelantos de vacaciones, se extienden a General Motors, Volkswagen, Ford, Acindar, Siderca, Siat, Aceros Bragado, a las plantas metalmecanicas de Córdoba, y la lista sigue. La licuación de los salarios y el programa recesivo del gobierno han inducido una crisis a la industria que no tiene precedentes: en el caso de Longvie, la caída en el consumo de electrodomésticos alcanza al 50% interanual.
La política de la UOM, en todas las seccionales, es acompañar los planes de suspensiones de las empresas, culpando al gobierno de Milei y colocando a los capitalistas como víctimas de la crisis económica. En Aceros Bragado, ante la eliminación de los contratos para cubrir puestos y el adelantamiento de las vacaciones a todo el personal, el referente de la seccional de la UOM declaró estar “tranquilo” porque “el compromiso patronal es proteger la fuente de empleo que está garantizada”. Pero es sabido que al adelantamiento de vacaciones y a las suspensiones, siguen los retiros voluntarios -como hoy anunció Toyota- y los despidos masivos.
Las suspensiones en la UOM se dan en el marco del empantanamiento de las paritarias de ambas ramas metalúrgicas. Los.siderurgicos pararon 72 horas la semana pasada, en una escalada, en reclamo de un aumento equivalente a la inflación de los meses de diciembre a febrero. En la rama metalmecánica, la conciliación obligatoria está a punto de vencerse sin haber llegado a ningún acuerdo.
La respuesta a las suspensiones debe ser rechazar que los trabajadores paguen por una crisis autoinducida por la clase capitalista: rechacemos cualquier pérdida salarial; reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario; aumento de salarios para llevar el básico al costo de la canasta familiar.