Acindar Tablada: “Esto se va a traducir en una bronca generalizada cuando salgamos de la pandemia”

Escribe Mariano Hermida

Tiempo de lectura: 8 minutos

El Grupo ArcelorMittal, del cual forma parte Acindar, es el mayor productor de aceros a escala mundial. En Argentina, lidera el mercado interno. En su planta ubicada en La Matanza trabajan cerca de 400 operarios, siendo la siderúrgica más importante del distrito. Transcurrida la primera quincena de la cuarentena, la empresa liquidó los salarios con descuentos de hasta el 45% y despidió a 7 compañeros contratados, entre ellos, algunos que habían superado el año de antigüedad y la patronal nunca hizo efectivos.

La Comisión Interna denunció que los despidos y la rebaja salarial se produjeron luego de que rechazaran el plan de suspensiones presentado por la empresa. “Es una acción claramente extorsiva que tiene por objetivo amedrentar a los compañeros para que aceptemos rebajas salariales”, señalaron a través de un comunicado. A través de una votación virtual, los metalúrgicos habían rechazado un plan de suspensiones que implicaba una reducción salarial del 25%. La CI reclama que se realicen cobrando el 100% del salario, que se abone el bono anual, la elaboración de un protocolo de seguridad e higiene, entre otros reclamos.

La Comisión Interna y el cuerpo de delegados se reunieron de manera virtual y votaron por unanimidad el rechazo a los despidos, reclamar la reincorporación de los compañeros y que se regularice la situación salarial del conjunto de los trabajadores. En el transcurso de la semana, los delegados realizaron asambleas por sector, con los compañeros que actualmente están desempeñando tareas.

Entrevistamos a Emanuel Domínguez, delegado y miembro de la Comisión Interna.

¿De qué se trata el conflicto que están atravesando?

A principio de abril, con la extensión de la cuarentena, la empresa comenzó a avanzar en un plan de suspensiones. En principio, nosotros, como cuerpo de delegados, no estábamos de acuerdo en firmar planes de suspensiones porque el argumento que daba la patronal era que había bajado la facturación, que no llegaban a cubrir los sueldos, cuando no habían pasado ni diez días de la cuarentena.

Intentamos entablar una discusión, en las que participó el secretario general de la UOM Matanza, con la patronal, entendiendo que la patronal debía hacerse cargo del 100% del salario de los compañeros. Esto les puso los pelos de punta. El 20 de abril tuvimos la última reunión. La patronal manifestaba que, si no había acuerdo, nos tenían que pagar básico de convenio y antigüedad y que iban a despedir al personal contratado a plazo fijo de menos de un año, porque no lo podían sostener. Nosotros respondimos que íbamos a someter la última oferta de la patronal al conjunto de los compañeros. Por la imposibilidad de hacer asambleas, tuvimos que hacerla vía WhatsApp. La votación salió en un 60% el rechazo a la oferta que había hecho la empresa. Votó casi el 85% de los compañeros.

En esos días terminaron de cerrarse los acuerdos CGT-UIA y el acuerdo de la UOM Nacional. Hoy tenemos una situación totalmente diferente a la que teníamos en aquel momento, cuando podíamos rechazar tranquilamente el plan de suspensiones ya que nadie nos obligaba a firmarlo. Hoy, por este acuerdo, estamos medio atados de pies y manos. La patronal cumplió con su amenaza y pagó básicos de convenio y antigüedad, lo cual implica un recorte en los sueldos del 40-45% en algunos casos, dependiendo los ítems que tengan los compañeros en el recibo de sueldo y, además, despidió a siete compañeros contratados -a dos que habían entrado para cubrir vacaciones y que, con acuerdo o sin él, igual no les iban a renovar, y a otros cinco que no se vio venir, algunos de ellos por encima del año de antigüedad. Actualmente estamos denunciando este atropello de la patronal, que despide en el medio de la cuarentena, incumpliendo con el decreto presidencial.

A partir de los recortes y los despidos, el diálogo prácticamente se había cortado. Nosotros estuvimos haciendo asambleas con los pocos compañeros que tenemos en fábrica y estábamos pensando en hacer una asamblea general para ver de qué manera defendemos a los compañeros despedidos. En el cuerpo de delegados estábamos discutiendo si hacer un corte de balanzas, un paro total, o un bloqueo de portones.

En estos días en que estábamos discutiendo esto, la patronal nos llamó para entablar una nueva discusión. Les respondimos que, en tanto y en cuanto ellos quieran avanzar en un plan de suspensiones, lo que hoy tenemos que discutir, sí o sí, es que primero reincorporen a los compañeros y que esto no sea ningún condicionamiento para que ese plan se firme.

¿Cuál es la propuesta de la patronal?

Ellos nos plantearon en una primera oferta una suspensión con el 65% del sueldo neto, no remunerativo, para los compañeros que estén suspendidos todo el mes. Esto fue rechazado por la interna. Luego nos ofrecieron un 75%, aplicado sobre los días efectivos trabajados, lo que daba un 81% al neto, más el cobro del bono anual, que la patronal había dicho que no lo iba a poder pagar hasta fin de año, que se pague el 15 de mayo. Esto fue lo que los compañeros rechazaron en la votación virtual. Nosotros queremos una oferta superadora, que tiene que ir un poco en línea con lo que acordó la UOM a nivel nacional, que es el 86% del salario neto. Obviamente, lo pondremos a consideración de todos los compañeros viendo cuál es el mejor mecanismo, por este tema de la pandemia. Así que en estos momentos estamos abriendo una nueva situación de diálogo, donde nosotros ponemos por delante la reincorporación de los compañeros.

Calculo que entre hoy y mañana se estará dando esa reunión y veremos en que podemos avanzar.

¿Qué opinan los compañeros?

Hay mucho nerviosismo, incertidumbre, miedo a perder la fuente de trabajo y, a la vez, mucha indignación con la patronal, que recorta los salarios e incluso intenta que los compañeros rompan la cuarentena y vayan a trabajar a través de telegramas, llamados. Los compañeros están haciendo una experiencia con esos métodos que utiliza la patronal porque dentro de la fábrica estaba la idea de la “Familia Acindar”, o sea de que a todos nos “tiene que ir bien”, para que le vaya bien a la empresa y a los trabajadores por igual. Hoy los compañeros se están dando cuenta que en realidad la patronal pone por encima de todo las necesidades productivas y sus ganancias. Yo creo que, en un futuro, esto se va a traducir en una bronca generalizada, cuando salgamos -espero que muy pronto- de este tema de la pandemia.

Creo que esta preocupación se produce a nivel nacional. ¿Qué va a pasar cuando llegue el pico en junio, como dicen? El tema salarial preocupa un montón porque ya con el 100% del salario no llegábamos a fin de mes, así que ahora con el 75%, incluso con el 50% que pagó la patronal el mes de abril, se dificulta un montón satisfacer las necesidades más básicas.

¿Cuánto ganan actualmente?

Hoy un ingresante, que hace un turno, está cobrando de bolsillo unos $32.000, muy por debajo de la canasta básica. Un operario con una antigüedad de 15 años, haciendo cuatro turnos, estará más o menos en los $60-65 mil pesos.

¿Cuál era la situación en la fábrica antes del conflicto?

A mediados de marzo nosotros estábamos discutiendo un premio de producción que era, en realidad, un reajuste del año 2019, que a raíz de las negociaciones que se fueron dando antes de que llegáramos nosotros al cuerpo de delegados. Ese premio había quedado en sumas que no significaban nada. Premios de $700, $900. A raíz de la devaluación y la caída de la producción, incluso andaban por debajo de ese número. Por eso estábamos intentando levantar ese número y discutir un nuevo premio para el 2020, que sea más acorde con las ganancias de la empresa.

Lamentablemente, con la pandemia eso se vio suspendido, pero pudimos lograr que a los premios del año 2019 se le aplique un 47% de aumento, que era maso o menos lo que había acordado la UOM en la paritaria. También veníamos hablando con los compañeros delegados armar un protocolo de seguridad. Estábamos haciendo un lindo trabajo y de pasar a discutir el protocolo de seguridad pasamos a discutir un protocolo de salud.

Nosotros somos una planta en donde la mayoría de nosotros entramos entre el 2003 y el 2005. Nos criamos con comisiones internas y cuerpos de delegados que no tenían mucha intensión de hacerle entender a los compañeros cuáles son los intereses de la clase, un poco burocráticas para resumirlo. No se discutía política, se discutían torneos de futbol, el asado del 7 de septiembre por el día del metalúrgico, la fiesta de fin de año y cosas así. Nos fuimos formando en esa “burbuja” y no nos dimos cuenta de que, en realidad, lo que teníamos que discutir era lo salarial, las condiciones de trabajo y, sobre todo, los puestos de trabajo. Para que se den una idea, en Acindar, entre el 2003 y el 2015, desaparecieron prácticamente 14, 15 sectores y nadie hizo nada para que no desaparezcan. Nosotros estamos intentando que se discutan las cosas que tienen que ver con los intereses de la clase trabajadora.

¿Hace cuánto trabajás en la fábrica?

Desde el año 2003, el 30 de junio voy a cumplir 17 años en la fábrica. Básicamente lo que producimos son alambres de todo tipo. Por ejemplo, el otro día veía un video de los compañeros de Bed Time que había rollos para hacer el colchón, o sea todo lo que son los resortes y alambres que hacemos nosotros, que son uno de los productos que más se venden. También hacemos alambres tejidos, de púa, galvanizados, todo tipo de alambres, desde un ganchito para juntar hojas hasta el alambrado de una cancha de futbol, y productos que se usan para la construcción, como el cordón pretensado, entre otros.

Acindar tiene su sede más importante en Villa Constitución ¿Estas al tanto de la situación en aquella planta?

Obviamente sí. Estamos en contacto permanente con los compañeros de Villa. Me parece que han aprobado un acuerdo, a mi criterio, por ahí un poco extenso, pero que hace que la patronal no pueda despedir en todo el 2020. Eso es buenísimo. La verdad es que darles esa seguridad a los compañeros, en este contexto de pandemia, de recesión y que incluso en los próximos meses quizás se agrave más la situación, creo que es fundamental.

¿Cómo ves la situación actual en el movimiento obrero?

Por lo que pude charlar con algunos compañeros de otras fábricas, que en este contexto se está priorizando la salud por encima de lo salarial. Y a veces los compañeros están dispuestos a resignar salarios a cambio de salud, para seguir cumpliendo con la cuarentena. “Yo si me puedo quedar en mi casa cobrando el 80%, me quedo”, dicen.

Este mensaje que bajó el gobierno, que cobrando el 80%, si uno se ahorra el viaje, la comida de todos los días, más o menos están cobrando el 100%. Es un mamarracho. Pero también creo que los compañeros que confiaron en Alberto están haciendo una experiencia, que en un momento parecía firme, diciendo “llegó la hora de ganar menos” y resulta que las patronales lo dieron vuelta como una media y ahora los que ganamos menos somos los trabajadores.

Eso va a llevar a que los trabajadores entendamos que el gobierno cedió ante las patronales y de ese Alberto que se veía “fuerte”, ya nada queda. Hoy siento que nos tenemos que organizar y que la única manera para poder combatir esto es a través de la organización y la concientización de cada uno de los compañeros.

Suscribite al canal de WhatsApp de Política Obrera