Ismael Bermúdez: “El DNU del gobierno significa una pérdida vitalicia para los jubilados”

Intervención en la Comisión de Previsión de la Cámara de Diputados, en el marco del tratamiento de los proyectos que proponen una nueva fórmula de movilidad jubilatoria.

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En mi trabajo van a ver que tengo notas previas del año 83 y notas previsionales cuestionando ya la reforma previsional del año 91 de Domingo Felipe Cavallo, etcétera, por lo tanto, a eso no me voy a referir. Cuestioné también la fórmula de movilidad aplicada en los primeros decretos y resoluciones de Néstor Kirchner, hice críticas a la movilidad que se implementó después, critiqué el cambio de movilidad de Mauricio Macri e hice críticas nuevamente, primero a los decretos de Alberto Fernández y a la movilidad implementada desde el año 2021.

Ante todo, quiero señalar lo siguiente: el DNU es engañoso y pido mucha atención a esto porque creo que nadie se ha referido a ese punto. ¿Dónde está el engaño? En primer lugar, los 200.000 jubilados docentes están excluidos de la movilidad del DNU, porque ellos tienen un régimen especial. Hay 1.400.000 jubilados con 30 años de aportes o más, que tienen derecho al 82 % por una ley del año 2018; esos van a cobrar en abril un 2,11 %, escuchen bien, ¿eh? 2,11 % por encima de lo que cobraron en marzo. ¿Por qué motivo? Porque ellos tienen derecho al 82 % del salario mínimo vital y móvil, pero el Gobierno se olvidó, o se avivó, no sé cómo llamarlo, y no convocó al Consejo del Salario Mínimo para abril. Por lo tanto, rige el salario mínimo de marzo. Cuando uno hace el 82 % del salario mínimo y lo compara con el nuevo tope, a ellos les corresponde un aumento sobre marzo de 4.987 pesos. Luego hay Pensiones No Contributivas y la PUAM, Pensión Universal al Adulto Mayor. Como el bono está congelado en $70.000, en abril se pasa a cobrar igual que en marzo, cuando uno hace el cálculo total, a este 1.800.000 le corresponde un 16 % de aumento, no el 27,4: 16 % de aumento. Hay dos millones de jubilados de la mínima, básicamente los de la moratoria, que como tienen también el bono congelado en $70.000, cuando hago la suma total y comparo cuánto van a cobrar en abril respecto de lo que cobraron en marzo, me da un 18 %. Quiere decir que hay 5.400.000 personas, o jubilados, que van a cobrar entre 0 (cero) de aumento y 18 %. Nada que ver con el 27,4 % de aumento que surge del DNU. Quiere decir que el 27,4 % le corresponde solo a dos millones de jubilados y pensionados. Por lo tanto (por eso yo quería que se quedaran los funcionarios), como ellos hacen todo el cálculo hacia adelante y dijeron que las jubilaciones iban a aumentar tanto y yo qué sé cuánto, lo hacen sobre la base de que todos van a recibir el 27,4 % y el 70 % no va a recibir el 27,4 %, va a recibir mucho menos. No sé si está claro esto, que creo que ha quedado no sé si oculto o no se ha dicho con plenitud.

Muy bien. A la luz de estos aumentos diferenciales, estuve indagando con jueces que me dijeron que esto es ilegal. No se pueden dar aumentos ni para arriba ni para abajo del índice general. Cuando le digo al juez “Doctor, ¿lo puedo citar a la hora de escribir?”, me dice “No, porque yo estaría prejuzgando. Por lo tanto, que quede como una cosa de conversación personal entre ambos”. Entonces, ¿qué hice?, lo llamé al expresidente de la Cámara de la Seguridad Social, el doctor Luis René Herrero, que como ya está fuera de la Cámara no tiene problema en expresarse. Y ¿saben lo que me dijo? Creo que algunos lo deben haber leído porque yo lo publiqué. Me dijo que es inconstitucional otorgar aumentos diferenciados hacia arriba o hacia abajo. Entonces le pregunté: “Escúcheme, doctor, cuando le daban a la mínima más que a la máxima, ¿eso estaba bien?”, “No, y por eso está lleno de juicios (esas fueron sus palabras: ‘lleno de juicios’), justamente porque se estuvo otorgando aumentos diferenciados hacia arriba o hacia abajo. Al ser hacia abajo, me dice él, va a ser peor todavía, porque estamos afectando a gente que está en la pobreza o bordeando la pobreza”, etcétera. Esto es categórico.

¿Cuál es el otro tema del DNU? El DNU dice que la fórmula de movilidad de Alberto Fernández, para ponerle un nombre, se mantiene hasta junio y que lo que se va a dar hasta junio es a cuenta de esa fórmula. ¿Es claro esto? Por lo tanto, hay un periodo de tres meses donde van a coexistir ambas fórmulas. Al llegar la finalización de ese periodo de tres meses, se va a comparar uno con otro y de ambos se va a otorgar el mayor y, si uno dio más que el otro, por ejemplo, por inflación uno dio más que el otro, ahí no es que se le va a descontar, sino que se va a mantener allí.

Yo hice los cálculos aquí tomando el aumento del 27,4 %, no con la segmentación que hice que algunos escucharon. Con el 27,4 %, comparando haberes contra la inflación futura en base a los pronósticos del REM, del Banco Central, me da lo siguiente: con el aumento del 27,4 los haberes en abril van a estar con una suba del 62 % y la inflación va a ser del 74… disculpen, pero denme tres o cuatro minutos más porque si no, no puedo desarrollar la idea.

Los haberes subirán 62 % y la inflación va a estar, calculando nuevamente el REM, en el 72,4 %. Quiere decir que en abril las jubilaciones no van a aumentar respecto a la inflación, sino que van a caer 12,4 puntos. En mayo los haberes van a aumentar por la inflación de marzo, dos meses atrás. Ahí ya estoy en el 83,58 % y la inflación va a estar en el 89,7 %; quiere decir que vuelven a perder los jubilados en el mes de mayo. En junio podría llegar a darse, en coincidencia con lo que dijo el funcionario, que ahí sí estarían casi empatados ambos. Esto significa que, hasta junio, los haberes jubilatorios van a seguir cayendo y es falso que haya una recuperación porque ahora se aplique el dato de inflación, ya desde el mes de abril. Esto tomando en cuenta el aumento del 27,4%, pero si hago el promedio de todos los que cobran 18, 16, o 2,11, o 0 %, evidentemente los números cambian y en junio los haberes jubilatorios, en promedio, van a estar por debajo de la inflación.

Ahí viene el DNU y dice acá paramos y, a partir de allí, es el momento en que más bajo va a estar en términos reales la jubilación respecto de toda la caída que tuvieron con Cristina, con Macri, con Alberto Fernández y con estos seis meses, ahí bien en el piso, como digo yo: en el décimo subsuelo. Lo que nos dice el DNU es que se van a mantener en el décimo subsuelo ¡de por vida! ¿Por qué de por vida? Porque van a estar en el décimo subsuelo, dicen “no va a seguir cayendo”, pero tampoco se va a recuperar. Por lo tanto, tienen una pérdida, lo voy a decir en términos del seguro o previsionales, una “pérdida vitalicia”.

Ahora, yo digo lo siguiente para tratar de encontrar una solución a todo esto: ¿por qué hay que interrumpir la fórmula de Alberto Fernández en junio? ¿Por qué no hacemos que la fórmula por IPC y la fórmula de Alberto Fernández convivan en el tiempo? ¿Cuál es la ventaja que tendría? Que los vamos comparando y si el ajuste por inflación es superior, le doy la inflación, y si la otra fórmula es superior, le doy la otra. ¿Qué logro con esto? En primer lugar, lo que se lograría con esto… habría que eliminar, como dijo muy bien Silvia Stan ese tope que metieron a fin de año, el tope de la fórmula A, B, el llamado tope B… entonces, ¿por qué interrumpirlo? Sigamos y ¿cuál es la ventaja que tiene? Que, si el salario crece, los jubilados tienen una recuperación por los salarios y, como bien dijo acá el funcionario, las jubilaciones son un salario diferido. Esa es la definición que él dio y que yo comparto. Y si la economía crece, como nos promete el Presidente, que vamos a ser del Primer Mundo de aquí a no sé cuántos años, los jubilados también van a ser beneficiarios de ese crecimiento de la economía, porque no puede ser que crezcan los salarios, crezca la economía y los jubilados sigan en el décimo subsuelo, al nivel de junio de este año, y ni siquiera les demos la posibilidad de pasar al noveno subsuelo. No digo de pasar a planta baja.

Por lo tanto, ese DNU indica claramente dos cosas y con esto termino. Ustedes saben que sobre este tema uno podría seguir hablando cuatro o cinco horas y se queda corto. Con el DNU, lo que se logra, a manera de síntesis, es primero que no sigan cayendo los haberes hasta junio y que se perpetúe en el tiempo, de por vida, esa caída monstruosa que han tenido los jubilados durante los últimos gobiernos. Prácticamente, estoy hablando de que arranca en 2011, caen hasta 2015 con Cristina, caen 19,5 % entre septiembre de 2017 y diciembre de 2019 con Mauricio Macri; vuelven a caer con Alberto Fernández, más unos que otros por el tema de los bonos, pero si uno hace el cálculo, aquellos que no tuvieron el bono tuvieron una pérdida del 54 %. Quiere decir que tendrían que estar ganando hoy, en términos de poder de compra, de poder adquisitivo, el doble, el doble de lo que están ganando ahora para que detuvieran la magnitud de la caída. Es impresionante, por eso no nos llama la atención lo que acaba de decir el Defensor de la Tercera Edad, (Eugenio) Semino, cuando en forma realmente dramática describió la situación en que está el tema.

Último: la responsabilidad de la Corte Suprema. Eso no lo puedo obviar, disculpen. La Corte Suprema tiene bajo llave, con doble cerradura y cinco candados, fallos en segunda instancia favorables a los jubilados y sigue sin pronunciarse. Algunos vienen del año 2009, otros son por el cambio de fórmula de Mauricio Macri, que lo aplicó en forma retroactiva y ya en el arranque se comieron ocho puntos. Hay una sentencia de segunda instancia, varias sentencias, pero aquí vi que estaba Miguel Fernando Pastor. Miguel Fernando Pastor tiene un fallo favorable de segunda instancia apelado por la ANSES, que duerme en los cajones de la Corte Suprema. Hay fallos contra los decretos de movilidad y la suspensión de la fórmula de Macri hecha en el año 2020 por decreto de Alberto Fernández: están también cajoneados. No los quiero aburrir, es larguísima la lista; hace poco publiqué una nota explicando justamente eso, estoy dando ejemplos de todos esos fallos. Para abreviar los invito a que ingresen en la página y ahí hallarán todo esto.

Miren, último: la Argentina tiene 20 millones de trabajadores activos; aportan al sistema de seguridad social doce. Hay ocho millones de personas que no tienen aportes, pero que están ocupados. Descuento los desocupados, si agrego los desocupados me voy a 21. Entonces digo lo siguiente: evidentemente, si los 20 millones, o no digamos 20, pero por lo menos algo que se aproxime, no podemos tener en el sector privado 40 % de trabajo informal. Ustedes se dan cuenta de que cuando llega el momento de la edad jubilatoria, esa gente, si estuvo en la informalidad, la despiden sin pagarle indemnización, sin nada, esa gente no encuentra trabajo y ¿de qué vive? De algo tiene que vivir. Esté en el sistema previsional, o las cuentas se lleven por separado, no cambia la cuestión. Está bien, cambia la cuestión en el Excel, pero desde el punto de vista de lo que tiene que erogar el Estado nacional es lo mismo; que lo pague a través del ANSES o se cree un nuevo organismo donde vayan todos aquellos que no tienen los años de aporte. Pero cuidado, con las moratorias, a los que no tienen, se les descuenta del haber la deuda que tuvieron y se les calcula el haber no en función de los 30 años de aportes que van a pagar, sino por los años que efectivamente aportaron. Por lo tanto, todos estos están abajo, con el agravante de que de la jubilación mínima les descuentan la cuota, con lo cual no ganan la mínima. Y como la cuota puede llegar a ser hasta del 30 %, esos jubilados ganan el 70 % del haber mínimo. Ya están en la submínima.

Disculpen la extensión. Les agradezco la invitación y espero que todo esto les haya servido.

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