Escribe Pablo Busch
Las empresas reclaman un boleto de $1.200 para pagar aumentos de salarios.
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La extensa crisis del sistema de transporte nacional, en particular en el AMBA, se manifestó anoche ante la amenaza de un paro general por parte de la UTA. Las empresas dicen no poder afrontar el pago de los salarios si no se autoriza la suba del boleto mínimo a $1.200 o se las compensa, en su defecto, con mayores subsidios. El gobierno de Milei respondió que se trata de acuerdos entre privados. Incluso advirtió que no dictaría una conciliación obligatoria. Finalmente, el paro se pospuso. Así las cosas, acecha el paro general del transporte que paralice el área metropolitana.
Los choferes de la UTA acordaron en febrero un salario básico de 737 mil pesos más una suma no remunerativa de 250 mil. En el acta acuerdo de febrero figura, expresamente, que para los salarios de marzo, esa suma debía pasar al básico y a formar parte de la base de cálculo del salario de marzo: “Las partes asumen el compromiso de reunirse después del 15 de marzo y una vez que hubiera sido publicado el Índice de Precios al Consumidor (IPC) correspondiente al mes de febrero a los fines de determinar el salario del mes de marzo, cuya base de cálculo convenida será de $987.000,00 como salario básico conformado para el mes de febrero para el personal de conducción inicial del transporte automotor de pasajeros del AMBA y proporcional al resto de las categorías”.
Como viene ocurriendo desde hace tiempo, las empresas de transporte amagan con no pagar el aumento paritario. Afirman no tener recursos y reclaman -en tándem con la UTA- al gobierno nacional el equivalente en subsidios. Las empresas ahora dicen que pagarán sólo los 737 mil pesos del básico y no la suma no remunerativa. Hace cinco días, las Cámaras de Transporte enviaron una carta documento a la Secretaría de Transporte intimándola a recomponer “en forma urgente los ingresos del sector calculando el nuevo esquema de costos”. Hasta tal punto el reclamo salarial de la UTA está vinculado al reclamo de subsidios al Gobierno, que la carta documento advierte que “se encuentra una mesa paritaria abierta y en virtud del último acuerdo homologado, nuestros trabajadores percibirán en marzo una suma inferior a la que percibieron en febrero”. La misiva termina anunciando que “estas asociaciones no suscribirán ningún acuerdo salarial nuevo hasta tanto no se recompongan nuestros ingresos” De esta misma forma, las empresas lograron recibir de parte del erario nacional el 88% del valor del boleto, mientras sólo el 12% provenía del pago de los pasajeros.
La camarilla de los Milei-Caputo no modificó, por ahora, el esquema general: el tarifazo llevó el boleto mínimo de colectivo hasta los $270 en el AMBA, mientras que el mínimo del tren y el subte, ascendieron a $130 y $125, respectivamente. Aunque el primer tarifazo haya sido impagable para un sector de la población, lo peor todavía quedó por venir: las empresas reclaman una tarifa de $1.200 el boleto mínimo, en línea con el tarifazo del gas y el agua. El gobierno paga hasta ahora subsidios por un boleto calculado alrededor de los $650 –todo ello sobre salarios que no contemplan el pase al básico de la suma no remunerativa. La explosividad de la situación del transporte expone el impasse del gobierno de Milei, que ha decidido postergar recién para junio aumentos del orden del 500%. Para colmo, las cámaras patronales denuncian una fuerte caída de los boletos pagados en enero y febrero, lo que requiere de una mayor compensación en subsidios.
La respuesta del gobierno al reclamo de las patronales del transporte da cuenta de las contradicciones en la que está envuelto. El Gobierno declara que no tiene nada que hacer con las discusiones paritarias porque son entre privados. Desmiente su propia política, archintervencionista, de no homologar paritarias por arriba del “cepo” al salario establecido por Luis Caputo. En el caso de la UTA, el gobierno de Milei esquiva intervenir para evitar desembolsar nuevas partidas de subsidios. Las comprometidas, dijo el vocero Adorni ayer a la mañana, fueron pagadas en tiempo y forma. Anunció que el gobierno no recurrirá a la conciliación obligatoria, como no lo hizo tampoco ante paros como el de los ferrocarriles o los trabajadores de sanidad.
Un capítulo especial de la cuestión del transporte es el reclamo de los bancos y las billeteras virtuales en quitarle el monopolio de pago a la tarjeta SUBE, propiedad del Banco Nación. El Gobierno anunció ayer que emitirá un decreto para que los privados -empresas, bancos y entidades financieras- puedan acordar las formas de pago. Aún queda por clarificar si esta medida afectará o no el beneficio de pago reducido del segundo y tercer boleto que hoy rige con la SUBE. Según este mecanismo, durante dos horas posteriores al primer viaje, el usuario de la tarjeta paga un 50% del valor del segundo boleto y un 25% del valor del tercero y los subsiguientes. Esto incluye combinaciones entre subtes, trenes y colectivos.
El gobierno afronta respecto del sistema de transporte un horizonte explosivo. La amenaza de una paralización total en el AMBA solo ha sido postergada por 48 horas, y depende de si no se llega a un acuerdo mañana miércoles.