Los batallones paramilitares del fascismo sionista

Escribe Olga Cristóbal

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El secretario de Estado norteamericano Antony Blinken sancionará al batallón Netzah Yehuda del ejército israelí por violaciones a los derechos humanos en Cisjordania. Blinken admitió que había “tomado algunas decisiones” que difundirá en los próximos días. La información, del portal de noticias Axios, levantó una ola furibunda en el gobierno de Israel: sería la primera vez que Estados Unidos sanciona a una unidad militar sionista. Otras unidades de ejército y la policía no serán sancionadas “después de haber corregido su comportamiento” (sic).

El Departamento de Estado comenzó a investigar al batallón Netzah Yehuda a finales de 2022; estaba acusado de “graves actos de violencia contra civiles palestinos”, informó Haaretz en ese momento. Entre ellos, el asesinato del estadounidense palestino Omar Assad, de 80 años, en enero de 2022, que fue amordazado y estaqueado en el suelo en pleno invierno hasta que murió.

Hace meses, un equipo del Departamento de Estado que investiga violaciones de derechos humanos recomendó a Blinken que cancelara la ayuda estadounidense a numerosas unidades militares y policiales israelíes que operan en Cisjordania. Los “incidentes” investigados ocurrieron antes del ataque de la resistencia palestina a Israel, el 7 de octubre.

La ley Leahy, de 1997, prohíbe que fuerzas militares y policiales extranjeras acusadas "de manera creíble” de haber cometido violaciones de derechos humanos, reciban ayuda y entrenamiento de los programas de Defensa de Estados Unidos. Ese será el “castigo”.

El batallón Netzah Yehuda se formó como una unidad especial para soldados ultraortodoxos. Por eso, como una excepción a las leyes israelíes, está integrado solo por hombres. Como era previsible, la unidad estacionada en Cisjordania se convirtió en el destino de muchos "Jóvenes de las Colinas", una organización paramilitar de adolescentes fascistas, hijos de los colonos de los asentamientos ilegales, que se proponen expulsar a los palestinos apelando a la quema de sembradíos y viviendas. Por lo menos 2.000 palestinos ya debieron abandonar sus aldeas para salvar la vida.

Algunos de los jefes de estas bandas criminales hoy integran el gabinete del ministro de Seguridad, Ben Gvir, un colono fascista que no solo festeja las masacres de palestinos sino que dirige personalmente las golpizas contra palestinos en Jerusalén o contra judíos ortodoxos antisionistas de Israel.

Los batallones de colonos fascistas se han multiplicado después del 7 de octubre. Con la excusa de que el ejército estaba concentrado en Gaza, el gobierno de Netanhayu reforzó el armamento civil en los asentamientos y creó nuevos batallones oficiales, nutridos por Jóvenes de las Colinas y otras bandas similares.

El gobierno israelí reaccionó con indignación ante la noticia. "No se deben imponer sanciones a las Fuerzas de Defensa de Israel", escribió el primer ministro Benjamín Netanyahu en su cuenta de X (antes Twitter) y agregó que su gobierno "actuará por todos los medios contra estas medidas". Netanyahu dijo que, "en un momento en que nuestros soldados están luchando contra los monstruos del terror, la intención de imponer sanciones a una unidad de las FDI es el colmo del absurdo y de una baja moral".

Ben Gvir calificó a las posibles sanciones como una "línea roja" y dijo que espera que el ministro de Defensa israeli, Yoav Gallant, no se someta "a los dictados de Estados Unidos" y "respalde por completo a los miembros de este batallón". Si eso no ocurre, Gvir está dispuesto una vez más a burlar la ley: absorberá al batallón dentro de la Policía Nacional y del Ministerio de Seguridad Nacional.

Incluso Benny Gantz -líder de la oposición que se sumó en octubre al gabinete de guerra israelí- condenó las sanciones porque "sentarían un precedente peligroso y enviarían un mensaje equivocado a nuestros enemigos comunes en tiempos de guerra". Añadió que "el batallón Netzah Yehuda es una parte inseparable de las Fuerzas de Defensa de Israel. Está sujeto al derecho militar y es responsable de operar en pleno cumplimiento del derecho internacional".

Unos 490.000 israelíes viven en asentamientos ilegales en Cisjordania, ocupada por Israel, en lo que se considera una violación del derecho internacional. Los ataques sionistas en los territorios ocupados han aumentado desde octubre, causando alrededor de 460 muertos, según el Ministerio de Sanidad palestino.

El viernes 19, en una acción coordinada entre Estados Unidos y la Unión Europea, también se impusieron sanciones contra Ben Zion Gopstein, un colono ultraderechista, fundador de Lehava, “una organización implicada en la violencia desestabilizadora en Cisjordania”, según el Departamento de Estado. Gopstein integra el Gabinete de Zvir.

Al mismo tiempo, el Departamento del Tesoro congeló los bienes de dos entidades del lobby sionista norteamericano, el Fondo Monte Hebrón y Shlom Asiraich, por violar las sanciones estadounidenses que prohíben financiar a colonos involucrados en asesinatos de palestinos en Cisjordania.

Por su parte, un comunicado de la Unión Europea incluyó el viernes en su lista negra a Lehava -una organización paramilitar que se opone a cualquier contacto entre judíos y no judíos- y a los Jóvenes de las Colinas. También sancionó a varios líderes de grupos de extrema derecha que actúan en Cisjordania por abusos como "tortura y tratamiento cruel, inhumano o degradante" y "la violación del derecho a la propiedad y a la vida privada y familiar de los palestinos en Cisjordania".

La “lista negra” significa que no pueden ingresar a la Unión Europea y que “eventuales activos que posean en el bloque europeo resultarán congelados”.

Algunos asesinatos datan de 2015 (DW 21/4). Como se ve, se han tomado su tiempo. Ben Gvir respondió que la represalias contra Lehava y los colonos son "parte de una calumnia antisemita de elementos que odian a Israel”, un argumento que lo hermana con las más progresistas universidades norteamericanas, que han expulsado a alumnos y profesores solidarios con la causa palestina. La invasión a Gaza, que ha inundado los ojos de la humanidad de cadáveres de niños, no forma parte de sus investigaciones.

El alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, ha declarado repetidamente que la violencia de los colonos en Cisjordania “es uno de los mayores obstáculos para la paz futura en la región, ya que estos se oponen a la solución de los dos Estados, que daría la condición de Estado a los palestinos”.

La súbita sensibilidad de Biden y la Unión Europea ante la barbarie sionista en Cisjordania tal vez deba entenderse en el contexto del empantanamiento de la invasión a Gaza. Como lamenta The Economist: “Israel contaba con la simpatía y el amplio apoyo de gran parte de Occidente” hasta el 7 de octubre. Seis meses después, “gran parte de Gaza yace en ruinas. Más de 34.000 palestinos han muerto. La población civil desplazada se enfrenta a la hambruna”. Pero lo que preocupa al Economist es que Israel “ha perdido la batalla por la opinión pública mundial” y su Ejército está acusado “de dos fracasos catastróficos. Primero, que no ha logrado sus objetivos militares en Gaza. Segundo, que ha actuado de forma inmoral y ha quebrantado las leyes de la guerra”. Para más datos, “la estrategia militar de los altos mandos ha fracasado y la disciplina entre las tropas está severamente deteriorada”. (The Economist 11/4)

Respecto de la cháchara sobre los “dos estados” esgrimida por Biden como alternativa para la “reconstrucción” de Gaza, se estrelló la semana pasada, cuando Estados Unidos vetó la entrada de Palestina como miembro pleno de la ONU.

Más allá de las hipocresías imperialistas, los crímenes contra los palestinos en Cisjordania no es cosa solo de bandas fascistas. Este domingo se cumple una huelga general en repudio los bombardeos sistemáticos contra los gazatíes que intentan huir de Rafah y a la mortífera incursión sionista en el campo de refugiados de Nur Shams, que se extendió desde el jueves hasta la madrugada del domingo. Se informan por lo menos 15 muertos, el Ejército no dejó entrar a las ambulancias hasta que se retiró.

La huelga "paralizó todos los aspectos de la vida" en Cisjordania, según la agencia de noticias oficial palestina, Wafa, con tiendas, escuelas, universidades y bancos cerrados y paro total del transporte público.

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La extensión de la violencia sionista en Palestina Por Olga Cristóbal, 17/04/2024.

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