Cómo ve la izquierda brasileña la crisis en su país

Escribe Emiliano Monge

Tiempo de lectura: 4 minutos

La izquierda brasileña se esfuerza por desarrollar una caracterización de la enorme crisis política en el país.

Para esquerdaonline (8/5), “la situación política cambió hace al menos un mes, porque estamos presenciando un debilitamiento relativo del gobierno, la principal institución del régimen, aunque la situación, una periodización que se refiere esencialmente a la relación social de las fuerzas, sigue siendo reaccionaria”. Agrega que el gobierno se reforzó con el acuerdo con el Centrão (un cambalache de doscientos parlamentarios), y advierte que Bolsonaro puede precipitar un “estado de sitio”, promulgado contra el ‘aislamiento social’ que propugna la oposición, al cual califica también como un “estado de sitio”. Brasil se encuentra atenazado entre dos formas de un mismo régimen político reaccionario.

Impeachment

La izquierda ligada al PsoL por su lado, plantea la destitución de Bolosnaro y elecciones generales. Con ese objetivo recolecta firmas de “entidades y líderes”. El PT lo viene planteando desde abril, al igual que el Frente Brasil Popular y Pueblo Sin Miedo, pero para que asuma Mourão, no para remover al gobierno. El PSTU levanta “Fuera Bolsonaro y Mourão”. Para la fuerza que lidera el PsoL, Primavera Socialista, hay que derrotar a Bolsonaro en 2022.

Desde Resistencia-PSoL, “es necesario intensificar, en todos los sentidos, la lucha por el Fuera Bolsonaro. Los partidos de izquierda y los movimientos sociales deben actuar de manera unificada para presionar al Congreso Nacional y al alcalde Rodrigo Maia para que dictaminen la destitución” (esquerdaonline, 7/5). Un golpe parlamentario, que requiere el apoyo del alto mando militar. Aclaran que quieren “elecciones libres y directas” y no que asuma el vice, el General Mourão.

Agregan: “Pero obviamente no es la mejor solución. No la hará debido al protagonismo excesivo, la seducción del Centrao o el impulso sectario. Correspondería al partido de izquierda principal asumir el papel de unir al Frente Unido. La vacilación con respecto a la campaña de 1992 para ‘Fora Collor’ no debe olvidarse, y no puede disminuirse. El PT llegó seis meses tarde”. El PT debe ponerse a la cabeza de un frente nacional. El planteo no discierne si ese frente es viable sin el apoyo de la gran burguesía y de las fuerzas armadas.

Desde Insurgencia-PSoL, ligada a Convergencia Socialista, dicen que “hay que abreviar el mandato de Bolsonaro” para tener “esperanza”. “El momento exigiría que toda la oposición, los partidos en los movimientos sociales, más todos los sectores y entidades democráticas se unieran en torno a una amplia solicitud de juicio político”, algo que no sucede, dicen, por no se ha conseguido “la unidad más amplia posible” (Insurgencia, 29/4). Desde la Tendencia Socialismo o Barbarie del PSoL, ligada al Nuevo MAS, piden “Elecciones Generales para que el pueblo decida” (izquierdaweb, 6/5). El MST dice: “defendemos la línea de impulsar la más amplia unidad” (MST, 30/4).

El PTS (MRT)

El MRT dice: “llamamos a los camaradas del Bloque de Izquierda del PSOL, el PSTU y otras organizaciones que dicen ser (sic) revolucionarias para tomar medidas concretas para establecer una Coordinación para el ‘Fuera Bolsonaro y Mourão’, ya que no podemos sucumbir a la política de destitución o renuncia”, porque esta conduciría al “gobierno de Rodrigo Maia” (esquerdadiario, 7/5) (…) “El pueblo debe decidir” (ídem). Para el MRT, Brasil debería copiar a Argentina y armar un “FIT-U brasileño”: “Las organizaciones de la izquierda brasileña podrían confiar en el ejemplo de FIT-U en Argentina” (ídem, 27/4). No dice que el FIT de Argentina se opuso en forma tenaz a la consigna Fuera Macri. Tampoco que es un frente estrictamente electoral ‘sui generis’, porque antepone el interés de partido al frentista, y parlamentario en las malas, para dar quórum a los proyectos de leyes que favorecen los gobiernos, sea el nacional o provinciales.

“Ante este escenario, si realmente queremos que los trabajadores decidan democráticamente sobre todos los problemas estructurales, sin intercambiar una pieza autoritaria por otra, sino cambiando las reglas del juego con una política de independencia de clase, tenemos que agitar la idea de una nueva Constituyente que genere un choque de los intereses de clase. No se trata solo del poder del voto, sino de garantizar que el poder del voto sea soberano, de garantizar que no haya incontables instituciones que lo limiten a diario. Es la forma más democrática en que el sufragio universal puede definir las reglas y rumbos del país” (LID, 30 de abril). El sufragio universal es el que llevó a Bolsonaro al gobierno, en primer lugar. Acá es esgrimido en oposición a la acción directa de las masas, pues es el que “va a definir las reglas”.

El recurso del juicio político y las elecciones sustituyen en todos estos planteos el derrocamiento del gobierno por medio de la acción de masas. Con esta limitación descomunal, el planteo se convierte en un instrumento de agitación de las maniobras golpistas que operan en las trastiendas.

“El PT no quiere luchar para que la mayoría del pueblo decida, prosigue el MTR. No lo quiere hacer porque implica generar un choque entre los golpistas que dirigen el país y una abrumadora mayoría de la población que sufre los excesos del régimen. No quiere que la mayoría decida porque si los trabajadores y sus organizaciones asumen la defensa de la democracia, podría surgir una revuelta social como en Chile” (ídem). La ‘revuelta’ es presentada como el segundo plato del menú parlamentario y electoral. En Chile fue directamente el plato de entrada. “Más democracia, más democracia” - la “revolución democrática”. El problema es que la ‘democracia’ no va a resolver la crisis de salud y de sistema social de Brasil, que es el desafío actual; lo va a resolver la nacionalización de la industria farmacéutica y la medicina privada, de los bancos y el repudio de la deuda. Esto requiere un gobierno de trabajadores. Esto hay que decirlo de entrada.

Agregan que “una gran agitación sobre la Asamblea Constituyente, que uniría al PSTU, el Bloque de Izquierda del PSOL y el MRT, podría tener un poderoso impacto en el movimiento de masas (…)”, en tanto consigna electoral, cuando en la crisis están solicitadas las FFAA para respaldar esa salida.

En estos términos variados pero coincidentes, o sea salidas electorales que deberán ser apadrinadas por las fuerzas armadas, aborda la izquierda brasileña la crisis gigantesca que se desarrolla en el país vecino. Ni acción directa ni gobierno obrero o de los trabajadores. La pandemia y la bancarrota capitalista internacional convierten a cualquier acción real de masas en el principio de una revolución.

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