Almarai: “El agua argentina se va en barco al Golfo Pérsico”

Escribe Lucas Giannetti

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La moderna y limitada conciencia burguesa sobre la naturaleza fue antecedida, ya en el siglo XIX, por la denuncia de Marx a las expoliaciones capitalista y sus consecuencias. Con Marx la alienación del trabajo humano se vinculó con la compresión de la alienación de los seres humanos en relación con la naturaleza. Como nunca en la historia de la humanidad, el mundo, la naturaleza se encuentran ajenos a la población y a la clase obrera en particular.

El capitalismo desde la época de la Revolución Industrial hasta la actualidad, en su etapa de declinación, ha generado una serie de transformaciones creando nuevas y más complejas necesidades. Instrumentó a la naturaleza y la incluyó dentro del mismo sistema de producción, el cual se encarga de absorber a través de prácticas extractivistas recursos, de manera totalmente anárquica, con consecuencias cada vez más graves para la población y que recaen sobre los sectores populares con mayor dureza. Uno de los aspectos de este proceso es la transferencia de recursos naturales hacia los países centrales (en forma de productos o divisas). Argentina es uno de los países en el que las potencias imperialistas (y no imperialistas), se disputan el reparto de la transferencia de recursos con la anuencia de los distintos gobiernos y del régimen en su conjunto. El gobierno liberticida representa un salto exponencial de esta política de beneficio al gran capital internacional y nacional.

“El agua argentina se va en barco rumbo al Golfo Pérsico…”

Almarai es un grupo económico de origen saudí que opera en Traslasierras, provincia de Córdoba, mas precisamente en la comuna de San Vicente y es, nada menos, que el productor mas grande de alimento y lácteos de oriente medio. Grupos ambientalistas, productores y vecinos denuncian que la empresa es la responsable de que se haya secado un acuífero como consecuencia de las grandes cantidades de agua que la empresa utiliza para la producción de forrajes destinados a la cría de ganado en Arabia Saudita.

El grupo Almarai, tiene su casa central en el reino de Arabia Saudita y en América Latina sólo opera en la Argentina a través de una empresa subsidiaria, Fondomonte South América S.A. Además, está presente en Kuwait, Qatar, Emiratos Árabes, Omán y Baréin.

En un Aviso de Proyecto presentado en 2020, titulado Ampliación de la Planta de Deshidratación de Alfalfa, presentado por Fodomonte a la secretaria de Medioambiente de Córdoba, explicita que la empresa explota propiedades destinadas a producción de granos, para el mercado interno o exportación, en las provincias de La Pampa, Entre Ríos, Buenos Aires y Santa Fe, en aproximadamente 35.000 hectáreas. A su vez, el documento declara que explota otros establecimientos agrícolas, dedicados exclusivamente a la producción de alfalfa, como es el caso de San Vicente, provincia de Córdoba, donde cuenta con casi 3.000 hectáreas de producción bajo riego, justamente el área donde se encuentra el acuífero que se ha secado como consecuencias de las actividades productivas llevada adelante por Fondomonte. Cabe destacar que en el predio en el que la empresa pide una ampliación en 2020, ya funcionaba la planta de deshidratación principal, que obtuvo su aprobación por resolución 0450/16 emitida por la secretaria de Ambiente de la provincia de Córdoba en el año 2015. Queda de manifiesto la complicidad política y judicial con la que opera la empresa saudí.

La razón por la cual Almarai lleva adelante estas actividades en la Argentina y en otros países, es que el Reino de Arabia Saudita tiene como política de Estado la preservación de los recursos naturales para asegurar el abastecimiento a futuro, sobre todo del agua, un recurso escaso en la región. En 2015 el gobierno saudí le dio un plazo de 3 años a los productores de forrajes verde de más de 50 hectáreas para que pongan fin a estas actividades. De esta manera se retiró de territorio saudí todo cultivo que necesite de un uso intensivo del agua. Desde las organizaciones ambientalista que actúan en tralasierras sintetizaron muy atinadamente esta situación con la siguiente frase: “El agua argentina se va en barco rumbo al Golfo Pérsico transformada en forraje y grano que alimenta a las vacas saudíes”.

El recurso hídrico que utiliza Almari en la provincia de Córdoba proviene del acuífero Los Cerrillos, privando a mas de 60.000 personas de la región a disponer agua optima para el consumo humano, debiendo recurrir al agua del Dique la Viña, que debe ser potabilizada.

El impacto ambiental que provoca la actividad que lleva adelante Almari en la región de Traslasierras es irreversible, ya que las aguas subterráneas son un recurso no renovable en algunos subambientes si se considera la escala de tiempo de los seres humanos, por lo que la sobreexplotación puede afectar a varias generaciones. En estos casos, la explotación del recurso hídrico debe hacerse teniendo en cuenta las reservas y tiempos de renovación, de manera de permitir un desarrollo sustentable.

Un régimen al servicio de la extranjerización de la tierra

La entonces presidenta Cristina Kirchner se reunió en 2010 con empresario saudíes y el ministro de Agricultura de Arabia Saudita, quienes le manifestaron la necesidad de este país, de aumentar la producción de alimentos. Así en 2011 el grupo Almari adquirió 12.000 hectáreas en las provincias de Entre Ríos, Buenos Aires y Córdoba, por 85 millones de dólares. Todo esto en medio del tratamiento de la Ley de Extranjerización de Tierras impulsada por el kirchnerismo, la cual establecía, que un titular extranjero de tierras no podía superar las 1.000 hectáreas. El grupo saudí compró las tierras en tiempo de descuento el 21 de diciembre de 2011. Al día siguiente el Senado votaba afirmativamente la Ley de Tierras.

Almari no es la única que aprovechó las concesiones hechas por el gobierno de CFK a la extranjerización de la tierra. El mega magnate George Soros adquirió miles de hectáreas en la provincia de Santiago del Estero también antes de que se vote la citada Ley de Tierras. De esta manera el régimen en su conjunto da vía libre y convalida al saqueo de recursos naturales por parte de empresas extranjeras y nacionales.

El entramado de las concesiones de tierras cuenta con diferentes actores. A finales del 2012, CFK recibió al presidente de Almari, Abdulrahman Al Fadley, que concurrió acompañado con el asesor legal en la Argentina del grupo saudí, Miguel Menegazzo Cane, quien en 2011 ofició de operador para la adquisición de más de 20.000 hectáreas en la provincia de Rio Negro, a manos de Joe Lewis y Marcelo Mindlin, llevando adelante una defraudación contra la provincia ya que la compra de tierras incluyo las de carácter fiscal, que no pueden ser transferidas hasta cinco años después de la compra original, según Ley Provincial 279.

El saqueo de recursos naturales, y mas precisamente del agua, que lleva adelante Almarai, se extiende por diferentes países. En Arizona (EE. UU.) la gobernadora, Katie Hobbs, tomó la decisión de cancelarle el contrato a Fodomonte por la explotación de agua del subsuelo, también para el desarrollo de alfalfa en 260 hectáreas. Los grupos ambientalistas de la zona, llegan a la misma conclusión que sus pares de Villa dolores. Sandy Bahr, presidente del grupo ambientalista Sierra Club, señaló que “la alfalfa no es un producto del desierto, es triste saber que se está creciendo con agua del subsuelo, agua que tiene millones de años en este lugar”.

En traslasierras, a las ya descriptas actividades extractivistas del agua, se suma la denuncia de que la empresa y productores, “dinamitan nubes” para evitar la caída de granizo, modificando artificialmente el clima.

A las ya relatadas irregularidades de la empresa Almarai – Fondomonte se suma la de trata de personas. En 2019 tres peones de origen filipinos denunciaron en su embajada en Buenos Aires, las condiciones de sobre explotación laboral que la empresa imponía sobre ellos. Por esta causa fueron imputados personal jerárquico de la empresa: Diego Herrera, Thomas Neville, Nigel Mcdaid, Patrik Brye y Adrian Woodhouse, quienes fueron sobreseídos de culpa y cargo por instancia del Fiscal federal Maximiliano Hairabedian. La complicidad de todas las líneas del Estado garantiza, en este caso a Almarai, poder llevar adelante todo tipo de tropelías sin consecuencia alguna y deja de manifiesto el carácter de clase de la organización estatal.

Libertarios y medioambiente

El gobierno liberticida (que niega el cambio climático y sus consecuencias sobre el ambiente y las personas) representa un salto cualitativo en la entrega de los recursos naturales en relación con los gobiernos que lo precedieron, los cuales, dieron enormes ventajas a las actividades extractivistas. Es sabido que el plan de gobierno nacional es llevar adelante una acentuación de la re primarización de la economía argentina y la derogación de leyes (limitadas) sobre medioambiente, allanan el camino en beneficio de los grandes pulpos capitalistas, extranjeros y nacionales.

La clase obrera debe tomar la iniciativa sobre estos problemas acuciantes y vincularlos con las luchas en curso y el planteo de fondo de Huelga General para derrotar al gobierno anti obrero y pro imperialista de Milei, para ejercer en principio un control obrero de todas las ramas de la producción y ponga fin a la depredación ambiental de los grandes grupos capitalistas que actúan con la venia del estado y sus personeros políticos.

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