EE. UU.

Biden va a fondo contra los migrantes

Escribe Sergio Escalas

Tiempo de lectura: 3 minutos

Biden dictó la proclamación bajo las secciones 212(f) y 215(a) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad, que suspende la entrada de extranjeros que crucen ilegalmente la frontera sur hacia Estados Unidos, aboliendo de esta manera el derecho de asilo. Dicha proclamación va acompañada de una norma final provisional de los Departamentos de Justicia y Seguridad Nacional, que restringe el asilo para aquellos no ciudadanos, aplastando de ese modo el mayor derecho democrático internacional.

El mandatario estadounidense firmó una orden ejecutiva que ordena la suspensión del ingreso en la frontera de los solicitantes de asilo y de migrantes (un cierre virtual del acceso a través del límite con México) cuando se superen las 2500 detenciones en un día. Las nuevas restricciones, que deben ser implementadas por el Departamento de Seguridad Nacional, se mantendrán vigentes hasta tanto las detenciones caigan por debajo de las 1500 por día.

A raíz de esto, el presidente norteamericano adelantó que habrá una "inversión especial para asegurar la frontera" a partir de "cambios estructurales", entre los que se encuentran la contratación de 1.500 nuevos agentes de la Patrulla Fronteriza, 4.300 oficiales adicionales para tramitar las solicitudes de asilo, más jueces y "equipo de alta tecnología". Según el Departamento de Seguridad Nacional, en el último año, el gobierno federal ha deportado a más de 750.000 personas, la cifra más alta desde 2010.

Según funcionarios de Política Fronteriza e Inmigración, los migrantes todavía “van a poder presentarse de una manera segura y ordenada en un punto de entrada” siempre y cuando hayan solicitado una cita primero a través de la aplicación móvil “CBP1″, un portal a través del cual el gobierno norteamericano ya admitió un total de 590.000 personas desde enero de 2023 hasta abril pasado. Dichos funcionarios aseguran que las personas que aplican a una cita en un punto de entrada con la aplicación CBP1 van a ser exceptuadas de estas restricciones en la frontera.

El anuncio de Biden llega horas después de la contundente victoria de Claudia Sheinbaum en las elecciones presidenciales de México y de la comunicación telefónica que mantuvieron ambos líderes hace pocos días. Estas acciones implican un riesgo y un desafío para el próximo gobierno de Morena al recordar que, por ejemplo, medidas similares adoptadas en al pasado tuvieron un costo diario de 100 millones de dólares. En ese sentido, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, expresó que “queremos que lleguen a un acuerdo para que, si ellos (EE.UU.) toman una decisión de deportar, lo hagan directo (...) pero por qué triangular”. De este modo, AMLO y el progresismo ceden ante las políticas antiinmigratorias.

Este 2024, México trabó más el acceso de los migrantes a la frontera estadounidense. Sin embargo, son relativamente pocos los deportados, lo que provoca que muchos se queden atrapados en ciudades que están alejadas de la frontera estadounidense. Esta situación podría potenciarse aún más por la determinación impulsada por Biden, que ya entró en vigor.

Lo que se vislumbra a través de este acuerdo entre EE.UU. y México, son serios problemas futuros, ya que las autoridades migratorias están sobrepasadas, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) también está sobrepasada. Los centros donde se hospedan los migrantes son muy precarios. Los migrantes, específicamente los menores no acompañados y las mujeres, al igual que jóvenes, están en riesgo ante el crimen organizado y traficantes de personas. Sus derechos humanos podrían ser vulnerados.

El mes pasado se cumplieron 100 años de la aprobación de la Ley de Inmigración de 1924, también conocida como Ley Johnson-Reed, que fue promulgada por el presidente Calvin Coolidge y fue una ley que mantuvo a dos generaciones de judíos, italianos y otros inmigrantes europeos fuera de Estados Unidos. En el contexto de la aprobación de esa ley, se verificó una enorme inmigración procedente del este y el sur de Europa que comenzó alrededor de 1890, con los niveles más altos de migración justo antes de 1910, y luego se desplomaron durante la Primera Guerra Mundial. Durante este período hubo una gran afluencia de personas que no hablaban inglés concentradas en determinadas ciudades y que fueron vistas como diferentes, como extranjeras.

También se dio, como resultado de la guerra, un verdadero “temor rojo” (el primer verdadero “temor rojo” en la historia de Estados Unidos) con el Fiscal General de Wilson, A. Mitchell Palmer, realizando redadas. Estuvo el procesamiento en curso de los socialistas inmigrantes italianos, trabajadores y anarquistas Sacco y Vanzetti por cargos falsos. La coalición política que impulsa la restricción de la inmigración en ese momento comenzó en el extremo derecho con el KKK. En el período de su renacimiento, el KKK se preocupaba principalmente menos por los negros que por los católicos y los judíos, ya que los negros no tenían derechos. Odiaban a los extranjeros porque tenían influencia política. La Ley de 1924 hizo imposible que tantos judíos emigraran a los Estados Unidos, generando que cientos de miles que huían de las masacres y los asesinatos en masa, que de otro modo habrían venido a Estados Unidos, perdieran la vida a causa de este acto. Ayer y hoy, con la crisis migratoria también, es socialismo o barbarie.

Suscribite al canal de WhatsApp de Política Obrera