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El ex ministro de Hacienda de Mauricio Macri, Alfonso Prat Gay, reapareció en entrevistas para LN+ y Clarín, en las cuales sentenció: "Para aplanar la curva de contagios de coronavirus, el Gobierno destrozó la economía". “Es peligroso que el Gobierno se haya enamorado de la cuarentena como instrumento”.
Las declaraciones del ex JP Morgan no fueron azarosas ni casuales. Se produjeron días antes de las operaciones de reestructuración de la deuda pública que lleva adelante Guzmán. Prat Gay actúa como un lobista de los grupos capitalistas que reclaman el levantamiento de la cuarentena y de los acreedores de la deuda que él supo conseguir. Allá por 2002-3, Prat Gay fue quien rescató a los bancos, adulterando los balances y subsidiando con redescuentos las cajas de ellos. En 2015-2016 se convirtió en agente financiero del pago a los buitres, de donde emerge gran parte el default actual. Tras aquella 'renegociación exitosa' el gobierno de Macri emprendería un ciclo adicional de endeudamiento exponencial, acuerdos de emergencia con el FMI por cifras desorbitadas de $57 mil millones de dólares, lo que terminó con el reperfilamiento de deudas en dólares y en pesos, por parte del ex ministro Lacunza, en un acuerdo con el FdT. En resumidas cuentas, da "consejos" un ex ministro de Hacienda de un gobierno que no fue capaz de hacer frente a los títulos emitidos bajo su propia administración.
La política de Prat Gay
Los gobiernos de los países que se rigieron desde el inicio por la premisa de "privilegiar la economía" vertida por Prat Gay, cayeron aplastados bajo el desenvolvimiento de la pandemia y tuvieron que refugiarse tardíamente en políticas de aislamiento social. En muchos de ellos se han abierto crisis políticas de diferente magnitud y levantamientos de trabajadores en defensa de la vida.
En Europa tanto Inglaterra e Italia son ejemplos de implementación práctica de la política impulsada en Argentina por Prat Gay, por JpC y liberales. Inglaterra fue la expresión más cruda de una política dirigida bajo la hipótesis "contagio de rebaño" que hoy llevó a 26 mil muertos y una caída del PBI del 6,5%. Italia por su parte registra 30 mil muertes y su PBI caerá interanualmente el 9,1% según el propio FMI. En Lombardia, el núcleo industrial italiano donde las patronales lucharon por mantener activa la economía, se concentran la mayor cantidad de casos.
América también tiene sus casos emblema en un tratamiento de la pandemia a favor de la economía. EE UU tiene aproximadamente 59 mil muertes y su PBI tendrá una caída de 5,9%. Brasil, alineando con la administración trumpista, ronda los 10 mil muertos mientras su PBI caerá 5,3% y atraviesa una crisis política y económica que tiene a Bolsonaro en la cuerda floja y que pone en jaque a la región bajo la depreciación monetaria del Real.
El gobierno de AF adoptó una política de aislamiento social obligatorio que, hasta el día de hoy, recuenta 6265 infectados y 314 muertos y se estipula, según el FMI, una caída del PBI de 5,7%. Esto en medio de un paisaje hospitalario y médico desolador, sin testeos y por lo tanto sin conocimiento cabal de lo que ocurre con la infección. El desconfinamiento tiene lugar con la tasa de enfermos en aumento y una crisis monumental de deuda externa, que fue pagada a cada vencimiento hasta ahora.
El festín de la deuda
"Si Argentina no logra un acuerdo es un fracaso del Gobierno." dice Prat Gay al mismo tiempo que sostiene que el ofrecimiento de Guzmán es "realista" y que cumple con los márgenes de "ahorro fiscal" que exige el FMI, principal acreedor de la Argentina y quién supervisa la sostenibilidad del pago de la misma. Los bonistas rechazan, pero siguen negociando, plantea.
A lo que asistimos es a una puja de lobbys político empresariales financieros sin igual, a la carrera por la rapiña del sistema capitalista que intenta dejar a las mayorías trabajadoras como víctima para el sacrificio. El gobierno de AF tiene disposición de pagar a como dé lugar (ha pagado obedientemente 5 mil millones de dólares en vencimientos mientras trazaba la propuesta de negociación). Los tenedores de deuda nacional (bonistas) quieren asegurarse un acuerdo que los haga cobrar el doble por papeles despreciados bajo la crisis. Por su parte los buitres Internacionales buscan deshacerse lo más pronto posible de la deuda de Argentina porque las condiciones financieras mundiales y del país son una bomba de tiempo. Para esto necesitan un acuerdo respaldado por el FMI porque como Prat Gay dice esto subiría de diez a quince dólares la cotización de la deuda en discusión. Lo que no dice es que ese "ahorro fiscal" asegurado por la propuesta de Guzmán de 60 mil millones de dólares para cumplir las exigencias de FMI significa un ajuste brutal sobre los trabajadores y las cajas de previsión social.
Bajo la emergencia sanitaria se desarrolla una política de despidos, suspensiones, congelamiento de salarios de la mano de rescates siderales al empresariado. Los términos de renegociación de Guzmán no convierten a la deuda en sostenible, ni a cambio de ajustes violentos, debido a una economía nacional e internacional que cae en picada. Imganien lo que sería en los términos de BlackRock. Se abre una crisis inédita en un país que las tiene a repetición.