Siderúrgicos: continúa la sangría

A la ya estancada paritaria siderúrgica, se sumó un nuevo fracaso. En teoría, las reuniones en el ámbito privado debían llevar a un acuerdo la semana pasada en la Secretaría de Trabajo. Pero la reunión fue postergada para el 11 de julio. La UOM nacional no planteó ninguna medida de fuerza y sigue apostando a un entendimiento en la mesa de negociación, habiendo empresas que están funcionando prácticamente en una condición normal de producción.

La paritaria 2023 sigue sin resolverse porque las patronales apuntan directamente a la reducción en los salarios conformados y apuestan también a conseguir un acuerdo no remunerativo que dejará en su haber cifras millonarias en detrimento de la caja jubilatoria y las obras sociales.

Mientras tanto, a algunas empresas no les basta con los acuerdos de suspensiones y profundizan el ataque. En Valentín Alsina, Tenaris Siat despiden 130 trabajadores, en Tenaris Villa Constitución anunciaron 40 despidos y, siguiendo la línea, Acindar anunció en la Secretaría de Trabajo que debe avanzar con 100 despidos.

En Acindar se sienten particularmente las presiones de la empresa hacia los trabajadores para empujarlos a aceptar los retiros. No sólo desde lo salarial: también recurriendo a todos los elementos que tienen a su alcance (aprietes desde las jefaturas, servicio médico, recursos humanos, cambiando modalidades habituales, “errores” masivos en los recibos de sueldo y hasta aumentando el precio en el comedor).

Sumado a esto, la situación en los talleres metalúrgicos en Villa Constitución, si bien aún no hay suspensiones, de mantenerse el parate, la situación se va a agravar en la mayoría de ellos.

Ante esto, el congreso de delegados votó el estado de alerta de la seccional y en Acindar en particular los delegados de comisión interna y directiva resolvieron el paro a partir del 15 de julio; fecha en la que se retoma la producción en la planta reclamando en primera instancia la resolución de la paritaria: que se pague lo que la empresa le sigue debiendo a los trabajadores y una muestra de fuerza contra la pretensión de iniciar con despidos y reestructuración de varios sectores donde se fueron invirtiendo, aplicando modificaciones tecnológicas.

Si bien la acción resuelta es parte de lo que los trabajadores vienen reclamando, las resoluciones siguen realizándose desde los cuerpos orgánicos y no desde una asamblea general, más que necesaria en estos momentos, donde clarificar la situación y resolver de cara a los trabajadores los objetivos que se persiguen y las acciones concretas a tomar. Sobre todo porque los medios, las patronales y algunos sectores políticos plagan de dudas a los trabajadores respecto a cómo enfrentar estos ataques con la aprobación de la Ley Bases buscando garantizar una derrota estratégica sobre toda la clase obrera. Si bien la Ley Bases condiciona o judicializa determinadas acciones que se toman en un conflicto, en principio no está reglamentada la ley y, por otro lado, más allá de la misma, los trabajadores y sus organizaciones pueden y deben seguir luchando por sus derechos y reivindicaciones.

Ante el brutal ataque que se está desarrollando en todas las fábricas, vuelve a ser más que necesaria la realización de asambleas donde organizar la lucha particular y se coordine el apoyo con el resto de los trabajadores para poder enfrentarlo.

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