Escribe Mariano Hermida
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Este miércoles 10 se terminarán de llevar adelante jornadas institucionales en las escuelas bonaerenses. Algunos distritos ya las han realizado los días previos. El motivo será dar a conocer a la docencia el nuevo régimen académico para el nivel secundario que el gobierno provincial pretende implementar desde el 2025. Tendrá un efecto sobre 4.741 escuelas secundarias (2.993 estatales, 1.692 privadas) en donde cursan 1.689.246 estudiantes.
En las jornadas institucionales, los equipos directivos tendrán la función de presentar los principales lineamientos de la RAM (Régimen Académico Marco) a la docencia. Será la oportunidad para que se abra un debate sobre los alcances de la medida y sus implicancias. El cambio más sustancial es que, a partir del 2025, los alumnos no repetirán de curso sino que la acreditación de los saberes se hará por materia (y no por año, como es en la actualidad).
La convocatoria es presentada como una “jornada de debate” y de discusión que no es tal, porque el Consejo Federal de Educación ya dictaminó su aprobación (por unanimidad). Es importante recalcar que este Consejo está integrado por las fuerzas políticas oficialistas y opositoras, más sindicatos como SUTEBA y FEB. La docencia nunca fue consultada, ni llamada a ningún debate acerca de la crisis que atraviesa el sistema educativo. Se enteró por los medios de comunicación. Sin embargo, en el Documento de Apoyo N° 1, el gobierno señala que la reforma es “producto del proceso de participación” de la docencia.
Hace pocos días el gobierno provincial publicó los documentos oficiales de la reforma, integrada por una decena de documentos anexos para cada parte del RAM (Principios, Organización Pedagógica, Ingreso, Asistencia, Evaluación, Convivencia, Arte y Técnicas). El gobierno pretende dar respuesta a una crisis educativa colosal, que se viene arrastrando hace décadas y que cualquier docente de escuela conoce a la perfección. Con el impulso de la actual reforma, Kicillof reconoce el fracaso de todas las anteriores. Actualmente, 22 de cada 100 chicos de 15 años transitan su escolaridad en tiempo y forma, o sea, sin repetir, ni abandonar la escuela y con los recursos mínimos esperados en lectura y matemática. Los 78 restantes no lo logran. (Pruebas PISA 2022) En los textos publicados, el gobierno reconoce el problema de la “sobre edad” que se observa en los cursos de las escuelas secundarias.
El hilo conductor de la reforma es avanzar en un vaciamiento de los contenidos dictados en la escuela Secundaria y precarizar aún más el trabajo de la docencia. En la RAM se establecen cuatro modelos de implementación: cada escuela deberá escoger el que más se “amolde” a sus necesidades. Esto implica una mayor fragmentación educativa entre las instituciones. Los docentes deberán adaptar sus planificaciones según la escuela en donde le toque trabajar. Como la enorme mayoría tiene módulos dispersos por varias escuelas, será una tarea titánica planificar según lo requiera cada escuela.
La modificación de la acreditación de los saberes por materia en vez de por año implica que los alumnos que deban recuperar materias del año anterior deberán “intensificar”, o sea, recuperarla, durante la misma cursada. Es decir que un docente tendrá en el mismo aula a alumnos cursando, por ejemplo, Matemáticas de 3er año, con alumnos que estén recuperando Matemáticas de 1ro o 2do año. El hacinamiento en las aulas aumentará considerablemente. Todo esto debería realizarse en escuelas afectadas por una crisis edilicia fenomenal.
Las mesas de exámenes son reemplazadas por períodos de “intensificación”, que implican, básicamente, continuar dando clases. Nunca se presentó ninguna evidencia científica que justifique que los alumnos aprendan mejor con este tipo de instancias. Después de la pandemia se implementaron los planes FORTE y ATR para ayudar a los alumnos a recuperar contenidos, pero se nombraron —sin pasar por acto público— miles de docentes por fuera del Estatuto del Docente, es decir, sin derechos laborales. Para la reforma actual se implementará lo mismo. En la última reunión paritaria, los sindicatos del FUDB (Frente de Unidad Docente Bonaerense) con el gobierno acordaron avanzar en la elaboración de un “nuevo convenio colectivo de trabajo”. Sus características son desconocidas por toda la docencia. En paralelo, el gobierno nacional —con el concurso de la oposición— tienen en la agenda legislativa votar la declaración de la educación como servicio “esencial” para quitarle a los docentes su derecho a huelga.
Los salarios de miseria (en su mayoría en negro y por fuera del básico) obligan a una superexplotación sin precedentes para llegar a fin de mes. Llenarse de módulos/horas y aumentar cada vez más la cantidad de alumnos a los cuales darles clases es incompatible con brindar una educación, como dicen los tecnócratas, “de calidad”. Cualquier reforma que no ponga en primer lugar el acento en aumentar los salarios de los docentes está destinada a fracasar.
En las jornadas institucionales del miércoles 10 nuestra corriente, Tendencia Docente Clasista, impulsará abrir un debate sobre la crisis del sistema educativo y la elaboración de pronunciamientos de rechazo a la implementación de la reforma. Es la oportunidad, a su vez, para que la docencia plantee una agenda propia de reivindicaciones salariales, educativas y de condiciones de trabajo.
Mirá acá el modelo del pronunciamiento
Reforma de la educación bonaerense: una vuelta de tuerca en el vaciamiento del sistema educativo Por Julio Gudiño, 08/06/2024.