30 años del atentado a la AMIA

Escriben Lucas Giannetti y Jacyn

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Treinta años después, el esclarecimiento del atentado contra la AMIA parece más lejano que nunca. ´Extraoficialmente´, se le atribuye al Estado iraní la responsabilidad por su ejecución. Esa acusación fue el resultado temprano de las manipulaciones que marcaron la investigación desde el inicio. Se arribó a ella luego de descartar una ´pista siria´ que involucraba a una familia de comerciantes de ese origen, muy cercana al entonces presidente Carlos Menem. La imputación a Irán, por otra parte, se basó en “información reservada”, provista por la CIA y el Mossad. Por razones de “seguridad internacional”, el testimonio del supuesto agente encubierto que filtró esos datos se mantiene aún hoy bajo secreto en manos de la agencia de inteligencia argentina.

Resulta impensable que la preparación de un atentado de estas características -el mayor ocurrido en Argentina, con 85 muertos y 300 heridos- pudiera pasar desapercibido para todos los organismos de seguridad nacionales y extranjeros, cuando apenas dos años antes, en 1992, había sido volada la embajada de Israel en Buenos Aires, atentado sobre el cual el sionismo guardó inexplicable silencio durante décadas. Difícil concebir que no se barajara la hipótesis de que un ataque similar pudiera volver a ocurrir y no se reforzara la vigilancia sobre otros posibles objetivos. El atentado a la AMIA implicó el acopio y traslado de entre 300 y 400 kilos de explosivos, algo que no podría pasar por alto ningún dispositivo de seguridad. La "conexión local" del atentado, sin embargo, fue objeto de un encubrimiento alevoso. La camarilla de la policía bonaerense encabezada por el excomisario Juan José Ribelli, sindicada como coorganizadora del ataque, fue absuelta, luego de que se diera por probado el pago de un soborno de 400.000 dólares al reducidor de autos Carlos Telleldín para involucrarla. La SIDE se ´apropió´ del caso al cabo de una serie de disputas. Fue la palanca que elevó a Antonio “Jaime” Stiuso al dominio absoluto del aparato de inteligencia estatal, aliado a los servicios norteamericanos e isralíes. A partir de esta configuración, la embajada persa en Buenos Aires fue señalada como "conexión local" del atentado y el rol del Estado argentino, en cambio, quedó desestimado. Tanto el excomisario Ribelli como el expresidente Menem -acusado de encubrimiento- fueron, a su turno, absueltos. Telleldín, acusado de proveer la camioneta Traffic que supuestamente se utilizó en el atentado, quedó libre de culpa y cargo, luego de un breve periodo en prisión. Los que juzgaron a los policías bonaerenses, a su turno, fueron condenados. El atentado a la AMIA continúa impune. Recientemente, la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó al Estado argentino por encubrimiento.

De Menem a CFK

El atentado a la AMIA generó una inmensa manifestación de repudio al gobierno de Menem y a la conducción de la mutual judía, encabezada por el banquero Rubén Beraja, socio del menemismo en toda clase de tropelías financieras. Ese repudio se plasmó en una gigantesca concentración bajo la lluvia frente al Congreso, a pocos días del atentado, donde los nombres de Menem y Beraja fueron abucheados. Nuestro partido, entonces Partido Obrero, estuvo presente en aquella manifestación. Habíamos caracterizado al atentado como un crimen contra los trabajadores. El morenismo, en cambio, atribuyó el atentado a una "acción de resistencia" contra la opresión sionista, a pesar de que ninguna facción árabe o palestina se lo hubiera atribuido. De nuestra parte, en cambio, exigimos desde el minuto 0 el castigo a los culpables, el esclarecimiento de la "conexión local" y del rol del aparato represivo argentino en la preparación y ejecución del atentado.

La "causa AMIA" fue instrumentada por el imperialismo al servicio de su política belicista. Fue´calibrando´ su imputación de acuerdo a los vaivenes de la situación internacional. Los ´nacionales y populares´ dieron le dieron cobertura a estas operaciones a través de la creación de una fiscalía especial dedicada al caso, a cargo Alberto Nisman, bajo la tutela de Stiuso y las agencias de espionaje internacionales. Esto fue la conclusión también de una serie de choques. Tempranamente, en el gobierno de Néstor Kirchner, el entonces ministro de Justicia, Gustavo Béliz, fue eyectado del gabinete tras revelar la identidad de Stiuso en un programa de televisión. De este modo, la posición del tándem Nisman-“Jaime” quedó consolidada.

Nisman se paseó por todos los foros internacionales apadrinados por el sionismo para agitar las acusaciones contra Irán. Fuera de eso, su ´investigación´ arrojó avances nulos. En 2013, ya bajo la presidencia de Cristina Fernández, el gobierno argentino firmó un memorandum de entendimiento con el gobierno de Irán para tomarle testimonio a los acusados por el atentado, sin modificar el status de los pedidos de captura internacionales que pesaban sobre ellos. Este acuerdo fue ratificado por el Congreso argentino, no así por el iraní. CFK creyó que podría ´avanzar´ en la investigación, aprovechando la ´ventana´ abierta por el pacto del gobierno de Obama con Irán, avalado por los países europeos, para monitorear el desarrollo atómico persa a cambio de distender las sanciones aplicadas contra ese país. Esto precipitó la ruptura con Stiuso y Nisman, que incluiría la extraña muerte del fiscal, la salida de Stiuso de la SIDE, la reconfiguración de la agencia de inteligencia argentina y una redoblada ofensiva judicial contra CFK por encubrimiento, aunque no se pudiera demostrar efectivamente en qué plano supuestamente hubiera beneficiado a los imputados.

Milei

El 30 aniversario del atentado a la AMIA se conmemora en el escenario de una guerra internacional abierta, dirigida por el imperialismo norteamericano, y de la masacre sionista contra la población de Gaza. A tres décadas vista, la manipulación de la investigación puede considerarse como parte de los preparativos que desembocaron en la situación actual. Además, encuentra en el poder a una camarilla liberticida que ha atado su suerte al alineamiento sin ninguna clase de reservas con el eje yanqui-sionista, dispuesto a convertir el aparato de seguridad, militar y de inteligencia en una dependencia del Pentágono.

El gobierno Milei ´conmemora´ este aniversario con una serie de iniciativas a pedido del sionismo y Estados Unidos.

Prepara un proyecto de ley que habilite el “juicio en ausencia”, un verdadero despropósito jurídico. El proyecto de ley se asienta en postulados falsos ya que “el gobierno de Milei alega que hay un fallo de Casación que condenó al régimen de Teherán por el ataque a la mutual judía. Esa aseveración es falsa: el único que sostuvo esa postura es el juez Carlos Mahiques, mientras que los otros dos magistrados, Angela Ledesma y Diego Barroetaveña, no firmaron esa parte del fallo” (Página 12, 4/7).

En la misma línea, el gobierno modificó la reglamentación de la Ley 26.734 (ley antiterrorista K) a través del decreto 496/24, sobre Encubrimiento y Lavado de Activos de Origen Delictivo, promulgado el 5 de junio pasado, con la que ha declarado a la organización de resistencia palestina Hamas (sin actividades conocidas en la región) como “organización terrorista”, cumpliendo una promesa de campaña de su competidor en la segunda vuelta electoral, Sergio Massa. La medida tomada por la pandilla libertaria tiene sus ramificaciones “porque apunta a la persecución y criminalización de todos aquellos que apoyan la causa nacional palestina y denuncian los crímenes del sionismo” en la Argentina. Desde que asumieron, Milei-Bullrich han ideado la “lucha contra el terrorismo” como eje de una política represiva apuntada contra las organizaciones combativas del movimiento obrero y la izquierda.

En vísperas del aniversario del atentado a la mutual judía, el tándem Milei-Bullrich encabezará una “cumbre antiterrorista” en el Hilton Hotel, organizada por el Congreso Judío Latinoamericano, el Congreso Judío Mundial, la DAIA y la AMIA. Se espera que participen más de 200 dirigentes judíos de diferentes países, funcionarios de los Estados Unidos y mandatarios regionales. Como anticipo de esta cumbre, la vicepresidenta Victoria Villarruel el pasado lunes se reunió con entidades judías americanas, entre las que se encontraban representantes de la Anti Defamation League (ADL), del Comité Judío Americano (AJC), del Congreso Judío Latinoamericano (CJL), de la DAIA y de la AMIA.

El 30 aniversario del atentado criminal contra la AMIA será, nuevamente, manipulado como la plataforma de nuevas maniobras y provocaciones.

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