Municipales de San Isidro: “municipio rico”, trabajadores indigentes

Escribe Juan Linarello

Tiempo de lectura: 2 minutos

Como hemos señalado en notas anteriores, el intendente de San Isidro, Ramón Lanús, ha llevado la situación salarial de los trabajadores municipales a niveles jamás antes vistos. Es una continuidad de la gestión Posse y cuenta con la obsecuencia del sindicato de municipales, que tiene a Omar Arce como secretario general. A principios de año, el actual intendente había otorgado paritarias por decreto y aumentos muy por debajo de la inflación. Hoy los trabajadores se encuentran con salarios de indigencia, con inestabilidad laboral y múltiples reclamos relacionados a sus condiciones laborales.

Es clave recordar que si hablamos de San Isidro nos referimos al municipio que hoy cuenta con el presupuesto per cápita más grande en la provincia de Buenos Aires. Su valor es de 525.000 pesos por persona. Comparándolo con municipios cercanos (Vicente López 514.000, Tigre 431.000, San Fernando 415.000) nos damos cuenta de que el recorte bajo el lema “no hay plata” es una mentira. Las arcas municipales cuentan de buena salud, luego de un aumento aproximado del 140 % en el ABL en los primeros 6 meses del año.

Los reclamos son viejos y conocidos, pero a medida que pasan los años cada vez más repercute en la vida de los trabajadores: no hay aumentos de paritaria estipulados a futuro, salarios de indigencia como el de los barrenderos (230.000 de básico), se les niega herramientas de trabajo e indumentaria, jornadas largas y extenuantes. A esto, sumarle la gran cantidad de trabajadores que transcurren los años y no pasan a planta permanente (a pesar de que el convenio reglamenta desde los 6 meses). Inestabilidad laboral y perjuicios directos sobre el salario, en un contexto de crisis política y económica total, hacen de la vida del trabajador un cóctel terminal. Las bases se posicionan por un paro y plan de lucha para conquistar los reclamos.

Ahora bien, para llegar a esta situación precaria no alcanza con la patronal (los intendentes) que cargue el ajuste sobre las espaldas de los trabajadores. En San Isidro, como en tantos lugares, la burocracia sindical juega un rol fundamental para aplicar dicho ataque, como también frenar cualquier tipo de iniciativa combativa. Es el caso del STMSI (Sindicato de Trabajadores Municipales de San Isidro), cuyo secretario general, hace unos largos años, Omar Arce, aunque es reconocido por su cercanía con el exintendente Gustavo Posse, hoy se muestra “opositor” a Lanús con medidas aisladas que solo generan desorganización. Los gobiernos burgueses sabemos que apuntan a los trabajadores como primera variable de ajuste. Debemos primero superar el obstáculo de los burócratas en los sindicatos.

Impulsemos la deliberación de los trabajadores en asambleas para definir un plan de acción hasta conquistar todos los reclamos. Por un plan de lucha y movilización para derrotar las políticas de ajuste. Por el pase a planta permanente de todos los trabajadores precarizados. Por un salario igual al costo de la canasta familiar. Por una irrupción independiente de los trabajadores contra los gremios obsecuentes y los gobiernos de turno.

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