Subte: AGTSyP repudia pacto UIA-CGT en términos equívocos

Escribe Jacyn

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El sindicato del subte emitió el 11 de mayo un comunicado que merece una reflexión.

Bajo el título “Frente a la crisis que genera la pandemia”, la conducción de AGTSyP afirma que “el actual contexto de crisis desatada por la pandemia exige un esfuerzo de los que más tienen y un estado de alerta de los sindicatos para defender los puestos de trabajo y los salarios”.

“En ese sentido”, continúa el breve texto, “rechazamos el reciente acuerdo entre empresarios y un sector de la CGT que habilita las suspensiones y la rebaja de los sueldos”. “No es momento para despedir trabajadores ni para pagar de menos o en cuotas”, afirma el secretariado ejecutivo – nos preguntamos: ¿cuándo sería, en cambio, el “momento” adecuado? Por último, se pronuncia “a favor del impuesto a las grandes fortunas” y por la defensa del “derecho de la República Argentina a cesar los pagos de la deuda externa”.

La declaración no acompaña, sin embargo, las palabras con hechos. No plantea ninguna iniciativa concreta para quebrar el acuerdo UIA-CGT, ni para defender el salario o los puestos de trabajo, como allí se señala. Aunque el gobierno calificó nada menos que de “histórico” el pacto que Pianelli-Segovia repudian, el comunicado no tiene una palabra contra el poder político que apadrina el pacto. Se estima que los subsidios que otorga el estado a las patronales supera largamente las IFE y otras ayudas sociales, en parte compensadas con la reducción de jubilaciones que ha provocado la derogación por decreto de la movilidad, con alcance retroactivo. Hasta los bonos que emite Guzmán para canjear deuda tienen una cláusula de movilidad por inflación.

Las patronales han tomado el acuerdo de marras como referencia para atacar el salario como nunca y anudar con la burocracia sindical rebajas de hasta el 50%. Esto está provocando la rebelión de los trabajadores textiles, cuya patronal es favorita del gobierno. En el Plástico, la tentativa de trasladar ese acuerdo al gremio provocó, primero, una rebelión entre los delegados. Luego, la ocupación de Bed Time, con repercusiones más allá de la fábrica y en todo el movimiento obrero de la zona norte del Gran Buenos Aires. El sindicato del neumático acaba de quebrar la extorsión de Madanes Quintanilla que pretendía bajar los salarios en Fate. Los ejemplos siguen. Fábricas de gran importancia, como Acindar, están protagonizando duras pulseadas con poderosos grupos capitalistas. La conducción de AGTSyP no aprovecha situación que se desarrolla en el movimiento obrero para impulsar acciones unitarias y de conjunto.

La dirección de la AGTSyP apoya el impuesto a las grandes fortunas, pero no señala sus limitaciones enormes – afectaría a doce mil personas y recaudaría tres mil millones de dólares por única vez. Es un monto inferior al subsidio mensual a las patronales. El asunto de este impuesto es interesante porque es abordado a partir de “los que más tienen” hacia quienes “menos tienen”, o sea en términos de ingresos individuales y no de la relación de explotación de clase. El reclamo tiene el aspecto de una donación, no de una limitación a la explotación capitalista. Adopta la línea de las “políticas públicas’ que pregonan desde el Banco Mundial hasta las ONG o La Cámpora. Lo seguro es que iría al pago de la deuda pública financiera, con el propósito de hacerla “sostenible”. Llamamos la atención al hecho de que no se presenta este planteo en términos de clase, por lo que no tiene el propósito de potenciar a los trabajadores y sus organizaciones como clase, ni atacar la ofensiva contra el mundo del trabajo en términos de luchas de clase. La dirección sindical apoya al gobierno, con la aclaración de que se trata de “un campo en disputa” con quienes estarían en la derecha del FdeT. Se entiende entonces por qué no adopta una línea clasista – no se trata de potenciar a las masas sino a las fracciones o sectores ´populares´ de la coalición gobernante. Estamos ante una discusión política nodal.

La tarea más importante de la hora es ponerle carácter de clase a la lucha política presente. La crisis de la pandemia y la renegociación de la deuda se entrelazan en la perspectiva capitalista que pretende imponer una reestructuración social reaccionaria, confiscatoria, contra los trabajadores. Pero a impedir delimitación de clase apunta la tentativa de amordazar a los trabajadores con un “pacto social”. Es la hora de liberar la fuerza de los explotados, no de encallarla en peleas de superestructuras.

Sutna, Bed Time, Penta, Textilana, Sedamil, Acindar, Morvillo, La Nirva, Cerro Negro, Postres Balcarce, Mondelez, Walmart, salud… La lucha de la clase trabajadora está ganando una intensidad inédita, en las circunstancias más críticas conocidas hasta ahora. Para derrotar el pacto CGT-UIA, defender el salario, el trabajo y la salud, y repudiar la deuda externa, es necesario poner en marcha a los trabajadores de todos los gremios e impulsar una genuina coordinación de bases en todos los sindicatos y en todas las fábricas. La dirección de AGTSyP no puede mirar para otro lado.

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