Puerto de Mar del Plata: los fileteros de Gaveteco marcaron el camino

Escribe Fernanda Díaz

Tiempo de lectura: 3 minutos

En la última semana de julio, ante la falta de respuestas por el pago de salarios, los obreros de la “cooperativa” San Francisco tomaron la planta de fileteado de merluza perteneciente al frigorífico Gaveteco.

La empresaria surcoreana detrás de la cooperativa trucha de Gaveteco, Ki Soo Yoo -más conocida como “Estrella” en las calles del puerto-, tiene deudas superiores a los 500.000 pesos con los trabajadores fileteros a quienes mantiene en la absoluta precariedad: están en negro, sin obra social, sin aportes previsionales, ni seguro laboral.

A esta deuda y superexplotación laboral, se suma la contraída con los trabajadores de la otra planta ubicada a unas cuadras de San Francisco, donde unos 90 obreros envasan la merluza para su exportación y en la que también trabajan los administrativos. A estos, que sí están registrados y sindicalizados, se les paga en cuotas, no se les abonan los aumentos paritarios, ni realizan los aportes a la obra social y jubilatorios que la empresa les retiene (Revista Puerto, 26/7).

El miércoles 31 de julio, fileteros, envasadores y peones del frigorífico encabezaron una protesta en las puertas de la fábrica en reclamo de lo adeudado: alrededor de un millón y medio de pesos a cada trabajador; las últimas tres quincenas y el aguinaldo.

Al día siguiente y sin ninguna respuesta de la propietaria de Gaveteco, los fileteros precarizados de la fasonera San Francisco fueron desalojados.

Trabajadores de conserveras: tres semanas de asambleas y protestas

La protesta de los obreros de Gaveteco y su cooperativa trucha no es la única. Durante casi todo el mes de julio, trabajadores de siete plantas conserveras llevaron adelante asambleas, en algunos casos con retención de tareas por turnos, y se manifestaron en las calles y puertas de fábricas para reclamar una recomposición salarial acorde a la inflación. Se trata de alrededor de 700 obreros, de los cuales más de la mitad no están registrados. Piden que el mismo porcentaje del 15,5 % de la paritaria del fileteado del pescado fresco se otorgue por parte de la Cámara de la Industria Pesquera Argentina (CAIPA). Sólo dos empresas accedieron a otorgar esa suma, en tanto que el resto ofrece sólo un 5 % de aumento.

El SOIP organiza la derrota de los trabajadores

Los dirigentes del Sindicato de Obreros de la Industria del Pescado (SOIP) llaman a los trabajadores a esperar. Tras haber fracasado las negociaciones, el jueves 1 de agosto volvieron a convocarlos para movilizarse a la sede del Ministerio de Trabajo de la Nación a la espera de una propuesta de CAIPA y de una respuesta por parte de representantes de Gaveteco: “en la primera no llegamos a nada, ahora tenemos al gremio negociando con los empresarios”, festejó uno de los miembros de la comisión directiva del SOIP (0223, 1/8).

En lo que respecta al conflicto en Gaveteco, declararon que de los aproximadamente 170 trabajadores de las dos plantas de la empresa es un porcentaje menor el que está regularizado y, por lo tanto, alcanzado por las negociaciones formales del Estado (Qué Digital, 1/8). ¡Una verdadera revelación y toda una consigna de combate, ante la precarización y superexplotación laboral que es la ley desde hace décadas en el puerto!

A la fecha no se conoce el resultado de las negociaciones en el Ministerio de Trabajo del jueves 2 de agosto. Lo que sí se sabe y está claro es el rol de la burocracia del SOIP que cuenta con una larga tradición de complicidad con las patronales negreras, de entrega a los trabajadores con el impulso a la firma de retiros voluntarios; de desprecio y aislamiento de las luchas obreras.

Los fileteros de Gaveteco han marcado el camino: la autoorganización de los trabajadores de manera independiente. Son el faro para promover la solidaridad, la unidad y la coordinación de las luchas con todos los obreros del puerto de la ciudad. Es una salida para conquistar los aumentos salariales y los derechos laborales para el conjunto de los trabajadores.

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