Escribe Sergio Escalas
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Marcando una continuidad con los gobiernos anteriores en la política anti educativa sobre jardines de infantes y jardines maternales, en CABA se desarrolla una avanzada contra las escuelas de educación inicial.
Esto se estaría manifestando, en primer lugar, en un proceso de cierre de jardines de infantes que el gobierno porteño inició en marzo pasado. Como ejemplos de ello, la comunidad educativa del jardín N°3 del distrito escolar 5 del barrio de Barracas, resistía el cierre que, según lo informado por las autoridades locales, iban a dar de baja las salas de 4 y 5 del turno mañana. Ágilmente las familias presentaron un amparo para evitar el cierre de la escuela infantil.
Hay decenas de instituciones de este tipo donde sus salas fueron fusionadas y, hasta el momento, alrededor de 90 maestras titulares quedaron en disponibilidad, o sea, sin sus cargos, con la promesa que se les iba a otorgar otros. Pero para eso, las docentes que son suplentes en distintos jardines deberán perder su actual puesto de trabajo.
Desde las comunidades educativas de escuelas del distrito escolar N° 5, plantean que al menos 16 maestras quedaron sin trabajo. Advierten que es una cifra que cada 30 días se irá incrementando ya que todos los meses habrá reacomodamiento de maestras titulares que quedaron en disponibilidad y dejarán sin trabajo a las suplentes. El cierre de escuelas y la fusión de establecimientos educativos como escuelas y jardines de infantes en CABA es moneda corriente. Esta decisión política pone en riesgo la continuidad pedagógica de miles de chicas y chicos y afecta la organización de las familias. No hay información oficial de cuántas salas se han cerrado en los diferentes distritos ni cuántas se cerrarán en los próximos meses, pero, de acuerdo a las denuncias de la comunidad educativa, en casi todos hubo cierres de salas.
En el caso de los jardines maternales, las comunidades educativas consolidan su reclamo por la construcción de jardines maternales en los barrios impactados por la falta de vacantes. La Comuna 5 es una de las más afectadas ya que el barrio de Boedo no posee un solo jardín maternal, situación que genera una concentración de la demanda en las comunas adyacentes que se ven desbordadas. La cantidad de escuelas de jardines maternales de gestión pública en CABA es escasa, situación que lleva a que la inmensa mayoría de las familias trabajadoras deba llevar a sus hijos a jardines maternales privados, afrontando elevadísimas cuotas y matrículas (considerando que lo enfrentan trabajadoras jefas de familia, en un muy alto nivel).
En Almagro se ubica el Centro de Desarrollo Infantil –CeDI N° 5-, que brinda contención para niñas y niños de 45 días de vida a 3 años de edad. Desde hace muchísimo tiempo, la comunidad educativa de Almagro viene solicitando que en Pringles 340 funcione efectivamente un jardín maternal y no un Centro de Desarrollo Infantil. El gobierno porteño, en una arremetida favorable a los intereses de la especulación inmobiliaria, intentó subastar los edificios que se encuentran linderos al Centro de Desarrollo Infantil (342 y 344 de la calle Pringles) en más de siete ocasiones, pese al reclamo de toda la comunidad educativa. Pero fueron remates fallidos porque jamás pudieron encontrar un comprador.
Vale aclarar que los Centros de Desarrollo Infantil (CDI) para niños de 45 días a cuatro años no dependen del Ministerio de Educación sino de Desarrollo Social. No tienen, por lo tanto, un objetivo pedagógico sino de mera contención social. En esos Centros, el Estatuto Docente no es el convenio bajo el que trabajan las docentes y las “cuidadoras profesionalizadas”. Los CPI y los CDI establecen un doble estándar educativo: el de niños y niñas que van a jardines maternales y de infancia con currícula educativa y los que va a jugar un rato y a comer a un lugar alquilado a un centro de jubilados, un club o una Iglesia. Estos espacios intentan reemplazar a los jardines de infantes y maternales de toda la Ciudad, dado que el Ministerio de Educación se niega a construir escuelas infantiles bajo el ala de su dominio. Más precarización para las trabajadoras de la educación y más degradación educativa para la escuela pública. Esto se da en el contexto en el que, a nivel nacional, según un informe de La Nación (10/4), los fondos para edificios en jardines cayeron un 93%.
Redoblemos la lucha por el conjunto de las reivindicaciones de las comunidades educativas de nivel inicial.