Escribe Fabián Pacheco
Se suma a la paritaria de cuenta regresiva de los demás gremios.
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El martes pasado, Camioneros publicó el nuevo acuerdo paritario negociado sin debate de los trabajadores, bajo estricto secreto sindical, como es habitual. El acuerdo fue firmado por las tres entidades patronales del sector y sería homologado por el Gobierno sin los sobresaltos de la paritaria marzo-abril. Se trata de porcentajes no acumulativos, con base en salarios de agosto, de 4 % para septiembre, 4 % para octubre y 3 % para noviembre, además de una suma fija, a cargo de las patronales, de 14.000 pesos por cada trabajador que irán a las arcas de la obra social.
El portal Infobae informa que fuentes del gobierno están conformes con el acuerdo debido a que se ajusta a las previsiones inflacionarias de Caputo y con porcentajes decrecientes. Según este mismo medio desde el Gobierno señalan, además, que no molestan los aumentos que “le ganen lentamente a la inflación” (Infobae, 27/08), en referencia a que el acuerdo paritario estaría unos puntos por arriba de la inflación proyectada, lo cual además de dudoso a futuro es una estafa probada, si analizamos la evolución salarial frente a los aumentos desde la asunción del gobierno a la fecha.
En este sentido, la escalada inflacionaria de fin del año pasado y el primer trimestre de este año, provocada por la brutal devaluación aplicada por el gobierno de Milei en diciembre, llevó a una pérdida salarial enorme. Ante esto, Moyano rediscutió un ajuste en los porcentajes ya acordados hasta febrero e introdujo una cuota extra de aumento, que en los hechos tuvo un impacto limitado y muy por debajo de lo perdido a causa del mazazo de diciembre.
Si por caso tomáramos los primeros 6 meses del 2024, la cosa no mejora. Con 87 puntos de inflación acumulada hasta julio, sumando los porcentajes remunerativos y no remunerativos, el sueldo conformado nuevamente perdió frente a la inflación. Solo el básico se coloca 2 puntos por arriba por las sumas fijas remunerativas otorgadas en marzo, abril julio y agosto; 10 %, 7 %, 3 % y 2 % respectivamente, pero el impacto es nulo debido a que estos porcentajes de “recomposición salarial” estuvieron lejos de recuperar la enorme pérdida de fin de año y principios de 2024.
Además de no torpedear la política salarial del gobierno, en la conflictiva homologación de marzo-abril el moyanismo ofrendó una modificación del convenio que no estaba en el acuerdo original: “turnos americanos 4x3” en algunas ramas y acuerdos individuales entre el trabajador y la patronal, con simple aviso al gremio.
Si para muestra basta un botón, el salario inicial de rama logística, correo y otras con escala similar, lo dice todo: mientras a mediados de 2023 el sueldo inicial promedio de las ramas más masivas del gremio orillaba o igualaba la línea de pobreza, hoy decenas de miles de trabajadores camioneros pasaron a ser pobres, con salarios que están 150.000 pesos por debajo de la canasta básica y a un abismo de la canasta familiar. Es así que, si tomamos la medición oficial de junio, una familia tipo necesitó 873.169 pesos para no ser pobre, mientras el sueldo conformado promedio inicial en Camioneros rondaba los 720.000 pesos.
Esto, para un trabajador sin ausentismos de ningún tipo, debido a que los adicionales que conforman el sueldo sobre el básico se cobran por día efectivamente trabajado, lo que lleva a muchos a trabajar enfermos. Este contraste ineludible es lo que intentan ocultar en vano, por un lado el Gobierno con su relato del “rebote en v” de los salarios, y por el otro la burocracia de los Moyano para disimular su complicidad e inacción frente esta poda brutal de los salarios.
De hecho, la nueva paritaria con vigencia hasta noviembre 2024 se firmó sin cláusula de recomposición, abandonando definitivamente cualquier intento de recuperación salarial. El moyanismo se juega a acompañar “criticamente” a un gobierno abiertamente antiobrero en crisis y a quien cada vez más especialistas califican de aventurero. En medio de una crisis propia no resuelta, que involucra la interna latente con su propio hijo Pablo por disputas en torno a la obra social y la “rosca” de los disidentes “federalistas” dirigida por el santafesino Sergio Aladio, lejos de impulsar cualquier lucha que incomode, intenta afianzar su papel de interlocutor por medio de acuerdos de “buena voluntad” con el gobierno liberticida, a pesar de que este actúa abiertamente en la interna del gremio en favor de los disidentes de Aladio.
La política salarial del Sindicato Camioneros es clarificadora para quienes albergan la idea de que existe un sector combativo al interior de la burocracia de la CGT. Es evidente que la lucha para enfrentar los ataques contra los trabajadores no vendrá desde la burocracia moyanista ni de la CGT. En este aspecto, los llamados a “que la CGT” convoque a un paro general es un llamado a la desmovilización y la derrota. Los trabajadores debemos sacar las conclusiones sobre el papel de las direcciones sindicales, apoltronadas como tales hace décadas. Necesitamos impulsar un proceso de organización y lucha autoconvocado e independiente, que dé una pelea decidida por nuestro salario y nuestras condiciones de trabajo.
Los Moyano entregan el convenio de trabajo de los camioneros y meten una reforma laboral Por Fabián Pacheco, 18/04/2024.