Escribe Juan Ferro
Tiempo de lectura: 2 minutos
Cuando el Gobierno se ha lanzado a un franco ataque contra los salarios, reclamando un tope del 2% y disponiendo el congelamiento de los mismos para todos los trabajadores estatales hasta fin de año, los Aceiteros acordaron en su revisión salarial un aumento adicional del 26%, lo que ubica en $ 1.562.65 el básico de la escala inicial.
La resolución de este conflicto sobrevino después de una conciliación obligatoria de 15 días, dictada por la Secretaría de Trabajo, contrariando los "principios” libertarios de no intervención del Estado en cuestiones privadas. La conciliación, reclamada por las cámaras empresarias y aceptada por el sindicato, frenó una huelga general al cabo de siete días, y les permitió a las patronales cargar una parte sustancial de la cosecha gruesa.
Las diferencias salariales entre lo que planteaba la Federación Aceitera y el SOEA -el sindicato de San Lorenzo- no eran sustanciales; las cámaras ofrecían un 17,5 y los sindicatos reclamaban el 26%. En realidad, lo que estaba en juego, como una parte sustancial del reclamo, era cómo impactaría el aumento de salarios en el ´impuesto a las ganancias´.
Si bien el básico inicial se verá poco afectado por los descuentos, en las escalas superiores, las más calificadas, el impuesto golpea de lleno a los trabajadores aceiteros. Durante la conciliación, el punto central de la discusión era cómo se resolvía esta cuestión. Mientras que, para los trabajadores, lo debían absorber las patronales, para las patronales debería ser el gobierno el que se hiciera cargo, ya sea bajo la forma de una excepción en los descuentos por ganancias o de un aumento del mínimo no imponible.
El desenlace del conflicto no resolvió la cuestión: ni las patronales absorben el descuento de “ganancias”, ni el gobierno modificó el mínimo no imponible ni tampoco aceptó algún otro tipo de excepción. Así las cosas, el aumento otorgado deja sin resolver la situación salarial de los trabajadores con mayor antigüedad, ampliamente afectados por ganancias, lo que relativiza la conquista obtenida.
La Federación ha recorrido a la justicia para enmendar esta situación, lo que implica un largo periodo sin resolución del tema. Por otra parte, la cuestión del pago de los días caídos por la huelga tampoco ha sido satisfactoria: aunque las patronales van a pagar en forma de retroactivo una parte de los salarios caídos, habrá que descontarle los premios por presentismo, que son una parte del básico.
La Federación ha salido a difundir el acuerdo como un gran triunfo, pero, como se ve, tiene límites sindicales y políticos. La lucha por el salario básico igual a la canasta familiar es una lucha que incluye la eliminación definitiva del llamado impuesto al salario.
Finaliza la conciliación obligatoria en Aceiteros Por Juan Ferro, 28/08/2024.