Escribe Daniela Magoc
La Bordó pide a Daer un paro general. Consecuencias.
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El pasado jueves 12 de septiembre, después de cinco años, se realizaron las elecciones de comisión interna en el Hospital Italiano. La novedad es que la Bordó, única lista opositora en el sindicato de la Sanidad – ATSA Bs. As, perdió a manos de la burocracia de la Celeste y Blanca/Nuevo Espacio, que intentó presentarse como “el cambio” en el Hospital. La elección arrojó un resultado ajustado: la Lista Bordó conquistó 1.085 votos, mientras que la Celeste y Blanca/Nuevo Espacio, 1.189. En los sectores la Bordó aseguró entre 16 y 17 delegados/as, mientras que la Celeste y Blanca 12/13. En tres sectores se va a volver a votar en 15 días, debido a un empate.
La conducción Celeste y Blanca se viene preparando desde el 2021, cuando ganó en el Hospital las elecciones a comisión directiva y congresales del gremio. La patronal también fue allanando el camino negando el pago del bono de fin de año (una conquista que en la mayoría de las empresas de salud privada no se goza y que se venía abonando en el Italiano), sumado al recorte de alimentos en el comedor y la persecución a trabajadores y trabajadoras que se sumaron al paro y las acciones realizadas por aumento salarial en mayo de este año. Las asambleas y acciones no han podido revertir el estado de situación.
Apoyándose en esto, la Celeste y Blanca intentó instalar la idea de que con el apoyo del sindicato se puede estar mejor. Pero para ver que esto es pura palabra basta con analizar la situación del resto de los sanatorios: en la Clínica de los Virreyes, la patronal procedió a un vaciamiento para luego imponer peores condiciones laborales, que incluyeron despidos, cambio de convenio (de Sanidad a Utedyc) y la prohibición del derecho a la representación gremial. En el sanatorio San José pasaron más de 150 despidos sin ni siquiera haberse convocado una asamblea por parte de la conducción del sindicato. El Centro Gallego y el Sirio Libanés abonan salarios en cuotas desde hace años. En los establecimientos de la salud privada, además, se producen despidos por goteo, como es el caso de la empresa Emergencias Médicas. Ni hablar de los salarios de miseria que la conducción del sindicato negocia a espaldas de los trabajadores: según la junta interna de ATE Indec, la canasta familiar está valorizada en $1.468.989, mientras que los salarios del personal de sanatorios de la comunidad rondan los $750.000 y $860.000.
Con la victoria, aunque ajustada, la CyB de Daer pretende quedarse con un bastión de la oposición para imponer la regimentación al interior de los establecimientos y permitir que avance la reforma laboral, que ya cuenta con el aval de la CGT.
Es por esto que el llamado a que la CGT y ATSA convoquen a un plan de lucha, levantada por la agrupación Bordó (ligada al MST-FITU), no hace otra cosa que generar expectativas en conducciones sindicales que nada bueno tienen para ofrecer a los trabajadores y trabajadoras.
La experiencia con la Celeste y Banca en el Italiano necesariamente deberá ser superada por medio de la organización independiente de los trabajadores y trabajadoras por sus reivindicaciones, sin ninguna confianza en la burocracia sindical.