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Los trabajadores de Planta La China de Granja Tres Arroyos, ubicada en la localidad de Concepción del Uruguay, realizaron el día lunes un paro total de actividades, encabezados por el cuerpo de delegados. La huelga se desató porque la empresa lleva adelante una serie de incumplimientos legales contra el derecho de vacaciones de los trabajadores. El paro finalizó a partir del compromiso de pago de la patronal, que se cumplió ayer a última hora.
La empresa, perteneciente a la familia De Grazia, es la principal productora avícola del país. Se ha alineado con la orientación estratégica del Gobierno de avanzar contra los derechos de la clase obrera, atropellando incluso la legislación vigente.
Como primera acción ilegal, la patronal convocó a los trabajadores que quieran “trabajar las vacaciones”, a que se inscribieran en un listado armado por los jefes de turno. A cambio, esos trabajadores recibirían el equivalente en negro de su salario además del pago de las vacaciones. El derecho a la vacación, como todo derecho laboral, es irrenunciable desde el punto de vista de la ley. Por más consentimiento que el trabajador preste de trabajar durante sus semanas de vacaciones, es ilegal. Súmese a esto la ilegalidad el pago en negro.
Desde el punto de vista de la ley, las vacaciones deben ser notificadas por el empleador 45 días corridos antes de la fecha de inicio. Sin embargo, los trabajadores se encontraron en la cartelera que la empresa dispuso las vacaciones para la siguiente semana, sin cumplir con los plazos legales que le permitan a los trabajadores organizar su descanso. Para colmo, incluso a los trabajadores que se habían inscripto para trabajarlas en negro, la patronal dio marcha atrás y les impuso las vacaciones antes que al resto.
La Ley de contrato de trabajo y el convenio de la Alimentación establecen que el periodo vacacional debe ir de octubre a marzo de cada año. Sin perjuicio de ellos, está claro que las vacaciones son tales cuando los trabajadores pueden gozarlas con sus familias, en la temporada estival. La empresa Granja Tres Arroyos ha pasado por alto esto, imponiendo el receso en septiembre.
La empresa está obligada a abonar las vacaciones por anticipado; como mínimo, en el día anterior a la salida del trabajador. La ley prevé que, en caso de no abonarse, el trabajador puede incluso optar por presentarse a trabajar y rediscutir una nueva fecha de vacaciones. La empresa directamente no abonó nada a una cantidad de trabajadores, y a otros trabajadores les pagó una suma parcial.
Frente a esta suma de atropellos, los delegados de planta, pertenecientes a la Lista Naranja, iniciaron una serie de reclamos para que la empresa se ajuste a lo que corresponde, intentando comunicarse con Recursos Humanos, con Gerentes de Producción y hasta con jerárquicos de la casa central de la empresa, sin recibir respuesta de ningún tipo.
Después de agotar la via del reclamo, los delegados se plantaron en el sector de inicio del proceso de faena, impidiendo que continuara la producción. No contaron con apoyo alguno del STIA Concepción del Uruguay; todo lo contrario, porque éste planteó no estar de acuerdo con la medida. Los atropellos de la patronal se repiten también en otras plantas de la empresa, sin que el Sindicato de la Alimentación dé otra respuesta a los trabajadores que “hay que esperar”.
Apenas se corrió la voz del paro, aparecieron todos -los gerentes de producción, de recursos humanos y hasta los mandamases de Buenos Aires- para llamar a los delegados a que levanten el paro. Los delegados se mantuvieron firmes en la huelga, hasta que la empresa realizó un compromiso de pago de las vacaciones que se cumplió a última hora del día de ayer. Un pequeño triunfo, pero que muestra cómo se le pone límites a los atropellos patronales.
A seguir el ejemplo de los delegados de Granja Tres Arroyos.