Escribe Sebastián Chirino
Acepta una paz social en vísperas de las elecciones.
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La burocracia de la Asociación Internacional de Estibadores (ILA, en sus siglas en inglés), representante de los trabajadores portuarios de la costa este de Estados Unidos y el golfo de México que el martes habían declarado el inicio de una “huelga indefinida”, pactó una tregua con la cámara patronal de la USMX, que nuclea a los transportistas internacionales, hasta el 15 de enero, que tiene como base un primer acuerdo salarial, más cercano al número propuesto por las patronales, 62 % de aumento en 6 años, que al que exigían los trabajadores.
La huelga se había iniciado a partir de la negativa de la USMX a aceptar un 77 % de aumento y una protección de los puestos de trabajo ante los avances de la automatización y las nuevas tecnologías en el próximo convenio. Las patronales se limitaron a ofrecer un 50 % de aumento, una propuesta que, con las pérdidas por la inflación de los últimos años, y las perspectivas para los próximos 6 años, sostiene los salarios a la baja, mientras los transportistas, como la danesa Maersk y la china Cosco, agrupados en la USMX desde la pandemia en adelante han aumentado sus ganancias de forma sistemática. “Tanto Maersk como Cosco han sido blanco de las críticas de la ILA por no traducir parte de sus beneficios en mejores salarios para los estibadores. Cosco, por ejemplo, registró unos ingresos de 63.220 millones de dólares en 2022, según cifras proporcionadas por el sindicato, mientras que Maersk se llevó más de 51.000 millones de dólares en el mismo periodo.” (elpais.com 30/9).
La huelga de solo dos días había puesto en jaque a la Casa Blanca, que tomó el tema como una crisis de Estado. El presidente Biden, y su vice Harris, intervinieron activamente para que las partes llegaran a un acuerdo que evite la huelga exhortando a la cámara empresarial a ceder ante los reclamos de los sindicatos. “Los transportistas marítimos extranjeros han obtenido beneficios récord desde la pandemia, cuando los estibadores se arriesgaron para mantener los puertos abiertos. Es hora de que las navieras ofrezcan un contrato sólido y justo que refleje la contribución de los trabajadores de la ILA a nuestra economía”, declaró Biden en un post publicado a última hora del martes en la red social X.
Tanto la candidata demócrata y actual vice, como Donald Trump han tenido declaraciones demagógicas en apoyo a los trabajadores portuarios. Harris señaló mediante un comunicado que "los trabajadores portuarios merecen una compensación justa por su arduo trabajo para llevar bienes esenciales a las comunidades de todo Estados Unidos" y Trump en un mitin del jueves pasado no tuvo ninguna vergüenza en declarar que “los republicanos son ahora el partido del trabajador estadounidense" pasando por alto su historial antiobrero y antisindical como empresario y presidente, y remató: "bajo mi liderazgo los estadounidenses no tendrán que hacer huelga por un mejor salario o una vida mejor".
La tregua aceptada por la burocracia tuvo el objetivo principal de ofrecer una paz social al régimen político estadounidense en las vísperas de las elecciones de noviembre, pero ha dejado a la vista de todos los trabajadores el poder de fuego de la huelga, mas aun en el período del año de mayor actividad comercial en el país. “El cálculo de daños potenciales por día de inactividad se cifra entre 1.000 y 5.000 millones de dólares, según un análisis del gigante ContainerXChange y el banco J.P. Morgan. Según Oxford Economics, una huelga prolongada podría afectar hasta a 100.000 puestos de trabajo y costar a la economía estadounidense entre 4.500 y 7.500 millones de dólares por cada semana de duración.”
La huelga clausurada de los portuarios se inscribe en una tendencia huelguística de los trabajadores estadounidenses en los últimos años, que va desde los guionistas de Hollywood hasta los trabajadores automotrices, y tiene como telón de fondo la pauperización de las condiciones de vida de la clase obrera norteamericana. Por el momento las burocracias sindicales logran encauzar las luchas de la clase obrera.