CFK de gira: “parole, parole, parole”

Escribe Marcelo Ramal

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En Santiago del Estero, Cristina Kirchner, luego de acusar a Milei de hablar “solamente (sic) ante grandes empresarios”, advirtió al liberticida que “Al mercado lo rescató el Estado”.

La ex presidenta parece vivir en otro país, porque hoy mismo, delante de sus ojos y de todo el país, Milei está rescatando al mercado por medio del Estado. El propósito de asegurar un superávit fiscal no tiene otro objetivo que utilizar ese excedente para pagar los intereses de la deuda pública en manos de “los grandes empresarios”. Lo mismo ha ocurrido con la transferencia de la deuda del Banco Central al Tesoro, por el equivalente a 50 mil millones de dólares, o incluso el blanqueo, que libera de impuestos a los lavadores. El señalamiento de CFK revela que ella comparte la caracterización que Milei tiene de su plan económico, como un plan de impulso a la economía que solamente deberá ser rescatado cuando haya fracasado. No, el rescate es ahora y tampoco lo paga el Estado, sino una gigantesca transferencia de ingresos de los trabajadores activos y pasivos a los fondos financieros y grandes empresas. Es precisamente por esta razón que el Congreso nunca reúne los votos para desbaratar la política de Milei.

La ex presidenta no advierte su error, o lo disimula para la tribuna, porque el kirchnerismo protagonizó uno de los mayores rescates de las últimas décadas cuando refinanció la deuda de Argentina en 2005. El descuento o quita de capital que alegó haber obtenido en esa transa ha sido un fraude. Uno, porque se refiere a la mitad de la deuda, la contraída con acreedores privados, no con el FMI ni organismos internacionales, que no admiten quitas de ningún tipo. Dos, porque esta deuda ‘oficial’ fue inflada por el megacanje realizado por Cavallo, bajo el gobierno de De la Rúa a tasas de interés excepcionalmente altas. Tres, porque añadió el pago de un cupón asociado al PBI, casi equivalente a toda la quita. Años más tarde, CFK admitió haber pagado 174 mil millones de dólares por esa deuda, por medio del uso del FGS de Anses y otros fondos de carácter público. Otro rescate fue el reconocimiento del financiamiento con emisión realizado por Duhalde para rescatar a los bancos que decían no poder devolver los depósitos a los ahorristas – un rescate avalado por el poder judicial. Después de nacionalizar a los fondos de pensión privados, el kirchnerismo hizo de la jubilación pública una gran “AFJP” estatal, donde los ingresos de los jubilados fueron recortados para asegurar el excedente que iba al pago de la deuda. Ya más cerca en el tiempo, el gobierno de los Fernández financió, con emisión monetaria, a las grandes empresas en la pandemia, condenando a ese gobierno a la inflación permanente y a la victoria de Milei.

Para Cristina Fernández , “el peronismo siempre llega para sanar los desastres económicos que nos hacen en nombre del libre comercio y la libre empresa”. Es el bombero del capitalismo; hay que cuidar que no desaparezca. Se ha convertido de este modo, en la garantía de pago del aumento de la deuda pública de estos once meses de libertarianismo, y del préstamo “Repo” que está negociando Caputo. La ex presidenta batió el pache con la crítica al “modelo agroexportador” que impulsa Milei, pero fue su gobierno el que inauguró ese modelo con el acuerdo secreto que firmó con Chevron en 2014, para desarrollar Vaca Muerta, o los acuerdos con Barrick Gold por la minería.

El kirchnerismo carece de un programa que confronte con el de Caputo, como lo demuestra la aceptación de la Reforma Laboral, por parte de la CGT, de Kicillof y de ella misma. CFK se empeña en ofrecer un ‘discurso’, a diferencia del resto de los ‘opositores’, para poder competir en las elecciones de 2025 y evitar que se conviertan en su tumba política. Como dice la canción italiana: “Parole, parole, parole” . El mensaje de Cristina deja establecido que las “conquistas” de los liberticidas contra las masas no serán revertidas. Las actividades y giras de la ex presidenta, en ese sentido, son la pantalla de un gigantesco inmovilismo.

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